Antonio Luquero | Vallecasweb
¿Qué tienen en común Vallecas y Aravaca?, ¿y Fuencarral con Villaverde?, ¿o Barajas con Hortaleza? En el 70 aniversario de la anexión de Vicálvaro a Madrid, la Asociación Vicus Albus ha organizado una charla y posterior coloquio con representantes y estudiosos de la historia de los municipios que sufrieron aquella anexión para analizar las ventajas e inconvenientes que les ha reportado formar parte, como simples barrios, de la capital del país. Por Vallecas, intervino en el acto José Molina Blázquez, presidente de Vallecas Todo Cultura.

En un periodo de apenas seis años que abarca de 1948 a 1954, trece antiguos municipios fueron anexionados mediante decreto a Madrid con el fin de convertir la capital en una “gran ciudad”. Con motivo del 70 aniversario de aquella anexión que ahora cumple el distrito de Vicálvaro, la Asociación Vicus Albus, que centra sus esfuerzos en recuperar la historia perdida y olvidada de este antiguo municipio, ha organizado una mesa redonda con representantes de estas poblaciones. A la convocatoria han acudido ocho representantes de estos distritos que antes fueron municipios independientes para analizar, ante el numeroso público asistente que se dio cita en el Centro Cultural El Madroño de Vicálvaro, las ventajas e inconvenientes que les ha reportado formar parte de la ciudad de Madrid.

Virginia Olmedo es periodista y aravaqueña de nacimiento. Su familia lleva viviendo en Aravaca desde el siglo XVIII y conoce como nadie los rincones históricos del lugar en que nació. El origen de la población está en un fuero que aprobó Alfonso VIII en 1222 pero su trayectoria como municipio independiente llegó a su fin en 1951 al ser anexionado por Madrid: “Lo primero que os sorprenderá al verme, pese a la imagen que tendréis de Aravaca, es que no soy una pija. En Aravaca tenemos todas las carencias que os podáis imaginar. Mi pueblo comenzó formando parte del distrito de Latina y ahora pertenecemos a Moncloa. Una de las cosas que me ha gustado al venir aquí, a Vicálvaro, es el mercado. Nosotros nunca tuvimos mercado, jamás. Tampoco tenemos instituto, ni biblioteca pública. El búho lo hemos conseguido hace apenas dos años y como ésta os contaría miles de cosas...”.

Virgina desvela que tuvieron una casa de socorro abierta las 24 horas pero que se la cerraron en los años 90: “En Aravaca no tenemos servicio de urgencia”, se queja. Este antiguo municipio fue históricamente un marquesado y resultó arrasado en la Guerra Civil: “Tras la guerra cuatro familias se repartieron los terrenos, una de ellas los Oriol, los mismos de Hidroeléctrica; los otros fueron los Sanchís, Sierra y Marroquina. Este último hizo su fortuna construyendo chalets en Aravaca después de la guerra con mano de obra traída del Valle de los Caídos”.

La periodista recuerda que “el pueblo se reconstruyó tras la guerra con unas casas muy bonitas, pero a medida que las personas que las habitaban se han hecho mayores, se han vendido y derribado para hacer otras de dos alturas que han destrozado completamente nuestro patrimonio. Aravaca tiene una fama merecida, pero no todos somos como os imagináis. Como os decía no soy pija como tal vez os esperabais; me he pasado la vida solicitando servicios públicos porque me parece de justicia. Respecto al patrimonio, que fue arrasado por la guerra y después por la especulación inmobiliaria, sólo se han salvado la Fuente del Rey que hizo Sabatini y la Puerta de Aravaca que da a la Casa de Campo, pero que disfruta el Club de Campo y no los aravaqueños”, concluyó.

La periodista aravaqueña Virginia Olmedo y David Carrascosa, impulsor de la Asociación Barajas BIC. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

La charla despertó el interés del numeroso público asistente. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Virginia Olmedo recordó que Aravaca es un distrito con muchas desigualdades y carencias. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

David Carrascosa es impulsor de la Asociación Barajas BIC. Licenciado en Derecho y Filosofía y periodista en medios locales, está implicado en la vida política y social del distrito desde 1998. Barajas dejó de existir como municipio independiente en 1950. Carrascosa comenzó su intervención dirigiéndose a Valentín González —presidente de Vicus Albus y promotor de la mesa redonda— en estos términos: “Os doy el pésame por este setenta aniversario de la anexión”, en referencia a la “celebración” de los 70 años de la anexión de Vicálvaro a Madrid.

“Barajas es mucho más que un aeropuerto. La cercanía del río Jarama ha hecho que esta zona estuviera habitada desde edades muy tempranas por romanos, visigodos…; fue señorío y condado, con una plaza mayor que es más antigua que la Plaza Mayor de Madrid”, recordó David Carrascosa. El antiguo municipio fue anexionado a Madrid en marzo de 1950 dentro del macrodistrito de Chamartín: “En un principio la estrategia de Madrid no era anexionarse el pueblo de Barajas sino sólo el aeropuerto; el municipio no les interesaba tanto, era como si sobrara. Hasta 1988 no se creó el distrito de Barajas y hasta entonces no se observó ninguna mejoría. Con la creación del distrito comenzó a haber inversiones para solucionar los problemas de diario de los vecinos de Barajas. En cuanto a las carencias, un centro cultural como este de Vicálvaro no lo hay en Barajas, por ejemplo”. Con respecto al transporte y comunicación con la ciudad a la que el antiguo municipio pertenece, Carrascosa recordó la famosa frase que un conocido concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid llegó a pronunciar: “Un vecino de Barajas tarda menos en llegar a Berlín que al centro de Madrid”. Según Carrascosa, “la lejanía y la falta de conexión con Madrid fue palpable hasta la llegada de las líneas 5 y 8 del Metro”.

Para el representante de Barajas, el hecho de que el pueblo estuviera tan cerca del aeropuerto les reportó algunas ventajas: “Gracias a la cercanía con el aeropuerto no ha habido una especulación urbanística por lo que se ha conservado muchísimo patrimonio, como el Jardín Histórico de El Capricho con su búnker, el castillo de La Alameda que es del siglo XIV, y el Olivar de la Hinojosa… Desde la Asociación Barajas BIC estamos intentando convertirnos en un referente cultural para Madrid porque es necesario descentralizar la política cultural. En Madrid, la cultura se ha reducido a la almendra central y creo que no sólo Barajas sino todos los distritos que estamos aquí podríamos aportar mucho a esa descentralización”, reclamó.

Al municipio de Canillas se le acabó la vida en solitario el 30 de marzo de 1950, cuando fue anexionado a Madrid. Miguel Ángel Rengel lo sabe muy bien. Licenciado en Sociología, máster en Historia Moderna por la Universidad Autónoma de Madrid e investigador de temas y personajes relacionados con la historia de Madrid, especialmente de los antiguos pueblos de Canillas y Hortaleza, Rengel resumió en quince palabras lo que queda a día de hoy de aquel antiguo municipio: “No queda nada del antiguo municipio de Canillas, sólo la iglesia que es de 1690”. Para el historiador, lo dramático no fue sólo la desaparición de los edificios, sino también de las costumbres, de la vida cotidiana de Canillas: “La fiesta más importante era San Blas, en la que se repartían panecillos. La especulación hizo que en Canillas no queden ya terrenos libres. Además, la construcción de la N-II hizo que el municipio quedara dividido en dos. Canillas es un municipio que cuenta con una zona, el Parque del Conde de Orgaz, que cuenta con viviendas de mucha calidad urbanística, pero en el resto del municipio hay pobreza”, concluyó.

Miguel Ángel Rengel, amplio conocedor de la historia de Canillas junto a Antonio Checa, autor del libro “Fuencarral y las fuencarraleras, un pueblo en la literatura madrileña”. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

En 1951 otro histórico municipio, Fuencarral, dejó de tener vida propia para integrarse en el “gran Madrid”. Antonio Checa, profesor de Historia, es autor del libro “Fuencarral y las fuencarraleras, un pueblo en la literatura madrileña”. Entre las ventajas que siempre tuvo Fuencarral fue su cercanía a Madrid: “Está tan cerca que se podía ir y venir a la ciudad en el mismo día. Se practicaba la agricultura comercial que se vendía en los mercados de Madrid. Había muchas viñas que daban un vino moscatel muy reconocido y huertas con nabos. Las mujeres se encargaban de ir y venir a Madrid todos los días con estos productos. Los fuencarraleros eran campesinos, pero era un pueblo relativamente próspero”, destacó Checa sobre la vida en su municipio.

La llegada a Fuencarral de numerosa población en los años inmediatamente anteriores y posteriores a la anexión hizo que su censo se multiplicara por cuatro y con ello los problemas, como la falta de servicios. En cuanto al patrimonio, Checa señaló que “en Fuencarral se mantiene aún un casco viejo autóctono muy reducido con algún edificio del siglo XVIII”. Sin embargo, se mostró muy crítico con los problemas que la anexión trajo consigo: “Uno de los efectos de la anexión ha sido la urbanización brutal a la que han sometido a Fuencarral”, y puso como ejemplo a seguir lo sucedido en dos municipios cercanos que sí mantuvieron su ayuntamiento: “Siento envidia de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, por ejemplo, que han podido controlar su urbanización mientras que Fuencarral no ha podido hacerlo”.

Si hay alguien que conoce la historia de Hortaleza (y de Vallecas) ese es Juan Jiménez Mancha. Archivero-bibliotecario y museólogo del Ayuntamiento de Madrid, dirige actualmente la Biblioteca Huerta de la Salud en Hortaleza. Además, muchos de nuestros lectores asociarán su nombre a maravillosos artículos de recuperación de la Historia de Vallecas publicados en nuestro periódico Vallecasweb.

Jiménez Mancha comenzó su intervención recordando que, antes de ser anexionado en1950, “Hortaleza era un municipio especializado en prestar servicio a Madrid. Ya en el siglo XVIII las mujeres hortalinas lavaban la ropa de la gente de Madrid”. Con respecto a sus edificaciones, destacó que “en la actualidad conserva interesantes muestras de su patrimonio como el Silo, el lavadero municipal y la iglesia de San Matías”.

El director de la Biblioteca Huerta de la Salud recordó que “en gran parte, estos pueblos de los que estamos hablando se querían unir a Madrid pues se veían incapaces de poder asumir los servicios que debían prestar a las personas que estaban llegando a ellos en aluvión”. Para Jiménez Mancha la anexión a Madrid y el incremento de la población fue brutal: “Antes de la anexión en Hortaleza sólo vivían 1.515 personas, era un pueblo muy pequeño”.

Jiménez Mancha finalizó asegurando que “Madrid nunca tuvo ningún reconocimiento hacia estos pueblos. Hubo y hay una falta de cariño tremendo hacia todo lo que representan. En Hortaleza, gracias a medios como Radio Enlace, Hortaleza Periódico Vecinal o iniciativas como Salvar Hortaleza, se están empezando a valorar el casco histórico y la historia de Hortaleza. Por eso hay que destacar la magnífica labor que supone la existencia de iniciativas como Vicus Albus, capaz de poner en marcha el Museo de Vicálvaro”.

Juan Jiménez Mancha, director de la biblioteca Huerta de la Salud de Hortaleza; y Pepe Molina, presidente de Vallecas Todo Cultura. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Juan Jiménez Mancha destacó la falta de cariño que el Ayuntamiento de Madrid ha tenido siempre hacia los vecinos de los municipios anexionados hace ahora 70 años. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

José Molina Blázquez, “Pepe Molina”, es una persona archiconocida en Vallecas. Líder vecinal desde la época de la dictadura con una amplia trayectoria en la reivindicación de mejoras para los vecinos, Molina fue una persona clave dentro del grupo de expertos que llevó a cabo la mayor remodelación de un barrio en Europa desde la II Guerra Mundial como fue el realojo de 12.000 familias en Palomeras, Puente de Vallecas. Actual presidente de la Asociación de Vecinos de Palomeras Sureste, Pepe Molina preside también la asociación Vallecas Todo Cultura dedicada a recuperar, poner en valor y difundir el patrimonio histórico de Vallecas.

“¿Ha ganado o ha perdido Vallecas con la anexión a Madrid?” Con esta pregunta comenzó Molina su intervención recordando que “Vallecas, antes de la anexión, era un pueblo agrícola que también vivía de la minería, las canteras de piedra y el pan que vendía a Madrid”. Su situación privilegiada, pues la carretera de Valencia transitaba por el centro del municipio, hizo que los comerciantes de Levante que querían traer sus productos a Madrid tuvieran que pasar por él: “También, durante la Guerra Civil, Vallecas vivió el paso de las tropas hacia Valencia. Y durante un tiempo se puso de moda cuando numerosos nobles se instalaron en la villa; de esas casas no queda ningún rastro”.

Molina vincula la cercanía a Madrid de uno de los barrios de Vallecas (el Puente de Vallecas) con las ansias de la capital por anexionarse el municipio: “En 1900 el pueblo de Vallecas se empieza a quedar pequeño en comparación con el enorme crecimiento que experimenta uno de sus barrios, el Puente de Vallecas, situado a tan sólo 30 minutos andando del centro de Madrid. Cuando se producían inundaciones en el Puente, los vecinos siempre solicitaban ayuda a Madrid ante la imposibilidad de recibirla de su propio ayuntamiento. También pedían la asistencia social y sanitaria a Madrid”. Incluso ya en 1923 “hay periódicos de Madrid que publican artículos pidiendo que el Puente de Vallecas se anexione a Madrid. A partir de esa época y en las décadas posteriores, llega a Vallecas un aluvión de personas buscando trabajo en Madrid y el municipio se llena de chabolas y carencias, sobre todo en la zona del Puente de Vallecas”.

Molina finalizó destacando el fuerte arraigo que los vecinos sienten por Vallecas, hasta tal punto que “a partir de 1975, con la aparición de la “K” como signo diferencial, surge un movimiento de identidad vallecano, identidad que, dicho sea de paso, nunca ha desaparecido. En Vallecas existe desde siempre un fuerte sentimiento de identidad”.

Vicálvaro cumple los 70 años de anexión a Madrid tras unirse a la capital en 1951. Valentín González llegó hace muchos años a este antiguo municipio desde su Extremadura natal y aquí fijó sus raíces, hasta tal punto, que puso en marcha en 1986 la Asociación de Investigación Histórica de Vicálvaro Vicus Albus. Y también algo único entre los trece municipios anexionados por Madrid: el Museo de Vicálvaro.

Valentín González recordó que frente a los 70 años en que Vicálvaro carece de ayuntamiento “hay otros 599 años en los que sí tuvo ayuntamiento propio”. Al referirse a la anexión a Madrid, se mostró muy crítico al asegurar que “aunque había listas de pobres como en muchos municipios y la situación no era muy buena, el 20 de octubre de 1951, día en que se llevó a cabo la anexión, fue una desgracia. Yo miro ahora a Coslada, Rivas, Leganés y Getafe, que también eran pueblos con sus carencias como nosotros, los veo y ¡mira cómo están!”. Valentín González lanzó también un mensaje a “aquellos advenedizos que durante la República vivían en Vicálvaro pero que no querían ser de Vicálvaro”. Por último, dio su opinión sobre las políticas que se han seguido con el distrito tras la anexión: “Los políticos madrileños han tenido una falta total de empatía con Vicálvaro. No veo ninguna ventaja al haberse anexionado a Madrid”.

Valentín González, impulsor de la Asociación de Investigación Histórica de Vicálvaro Vicus Albus y del Museo de Vicálvaro junto a José Sánchez, miembro de la junta directiva de la Asociación Vecinal La Incolora de Villaverde Alto. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

El periodista Ricardo Blanco, autor de numerosos artículos sobre la historia de Vicálvaro, ejerció de moderador. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Valentín González, de Vicus Albus, entregó a cada ponente un diploma en agradecimiento por su participación en el evento. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

El último municipio en anexionarse a Madrid fue Villaverde, en 1954. El pueblo aparece por primera vez en el fuero de Fernando II el Santo de 1222. José Sánchez es miembro de la junta directiva de la Asociación Vecinal La Incolora de Villaverde Alto y un buen conocedor de los vaivenes que el distrito ha experimentado a lo largo de su historia: “Villaverde fue históricamente un pueblo próspero, con un término municipal muy grande. Tras la Guerra Civil se convirtió en una zona industrial enorme, incluso a nivel nacional”. Sin embargo, según recuerda José, “tras la crisis de los años 70 comenzaron a cerrar empresas y empezó a llegar la droga”.

José Sánchez terminó afirmando: “Tenemos envidia al ver a nuestros vecinos de Getafe y Leganés por la prosperidad que han experimentado mientras nosotros somos, ahora, el basurero de Madrid. Incluso desde hace unos años nos han traído la prostitución, algo que en Villaverde no había existido nunca. La echaron de la zona de Méndez Álvaro y nos la han traído aquí”.

Tras las intervenciones de los ponentes de los antiguos municipios anexionados a Madrid en este debate moderado por el periodista vicalvareño Ricardo Blanco, llegó el turno de un amplio coloquio con el público asistente al acto. En la mayoría de los casos, hubo quejas sobre el trato discriminatorio que Madrid ha dado desde siempre a los distritos situados más allá de la M-30, así como el escaso interés en preservar sus tradiciones y patrimonio. La existencia de una identidad propia en muchos de ellos les lleva a reconocer que, cuando viajan al centro de la capital aún en la actualidad, un buen número de vecinos continúa utilizando expresiones como ésta: “Me voy a Madrid”.

(*) En la imagen que abre esta información: los representantes de ocho municipios anexionados a Madrid, durante la charla celebrada en el Centro Cultural El Madroño de Vicálvaro. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

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