Manolo del Kas | Vallecasweb
A veces suceden cosas que son difíciles de explicar aunque a los ciudadanos normales, a personas de a pie como usted o como yo, nos resulten fáciles de comprender y solucionar. Resulta que un día alguien —tal vez el aire, que sopló con fuerza— se llevó esta tapa de alcantarilla y es a día de hoy, casi un mes después, que sigue sin reponerse. El desaguisado está en una calle sin apenas tráfico, una vía sencilla por la que no pasa nadie y que seguramente no les sonará. Una tal Avenida de la Albufera…

Si todos tenemos un concepto de la palabra “eficacia” vayan desterrándolo para el caso que les voy a contar. Se trata de una tapa de alcantarilla que alguien cambió de lugar (menudo eufemismo para definir una “chorizada”) en un registro de alcantarillado situado en la Avenida de la Albufera a la altura de la calle de don Pío Felipe.

La “sustracción” o el “despiste” de la citada tapa no dejaría de ser una mera incidencia de no concurrir en ella varios agravantes. El primero es que “mangar” un bien público debería estar penado, y perseguido. La cámara de tráfico que controla la zona podría utilizarse para perseguir vandalismos de este tipo, y no sólo para visualizar cómo circulan los coches para arriba y para abajo.

En segundo lugar, la tapa desaparecida está situada justo al lado de la boca que da acceso a la estación de Metro de Buenos Aires y la parada de autobús donde “descargan” viajeros las líneas 58, 103 y 136 de la Empresa Municipal de Transportes. Lo dicho, un lugar de poco tránsito...

A ello le podríamos añadir, en tercer lugar, que numerosos vecinos han denunciado la sustracción de esta tapa hace ya un mes y que la “famosa” Línea Madrid, encargada de recibir este tipo de incidencias, ha abierto parte de aviso pero que la alcantarilla sigue ahí, sin tapa y protegida por un sonrojante tablón de madera por el que cualquier peatón puede meter un pie, el tronco y hasta el resto de extremidades.

No seré yo quien diga que la culpa es del Ayuntamiento, ni de las contratas de mantenimiento, ni de Línea Madrid. Y mucho menos echaré la culpa al aire, por soplar tan fuerte que se llevó una tapa metálica que pesa un quintal. Tampoco al supuesto “sustractor”, porque a lo mejor se llevó la tapa obligado por la necesidad de tapar cualquier otro tipo de agujero.

La culpa, sin duda, es del peatón, que bien podría ir por la acera de enfrente, que sin duda es más segura, y evitarse sobresaltos. ¡Ah, no!, que desde hace más de un mes una obra del Canal de Isabel II la tiene también cortada. Lo dicho, ante tanta muestra de celeridad y eficacia, lo mejor es que se queden en casa.

(*) En la imagen que abre esta información, un tablón de madera, un cono fosforito y una cinta de plástico de dudosa eficacia, protegen a los viandantes de meter el pie “donde nos les llaman” en esta acera de la Avenida de la Albufera. (© Foto: P. MARTÍN / Vallecasweb.com)

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