Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
El jueves 29 de mayo de 1924, hace hoy 95 años, un grupo de chavales funda el Rayo Vallecano en la casa de una familia humilde de Vallecas. El Rayo y Vallecas caminarán desde entonces siempre juntos. Las dificultades encontradas por los dos han sido innumerables, pero siempre superadas. Con los años este equipo, tan querido, será sentido como patrimonio de Vallecas. 29 de mayo de 2019, 95 años después, el Rayo Vallecano es uno de los equipos más importantes y admirados de España, pero tiene un problema muy grave de difícil solución: convertido en sociedad anónima en 1991, su actual propietario mayoritario lo entiende principalmente como un negocio propio y no quiere compartir su quebrada marcha ni con Vallecas ni con nadie.

El Rayo Vallecano nació de una manera maravillosa. Fue idea de un grupo de jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 12 y los 16 años que residían en la calle de Nuestra Señora del Carmen (hoy Puerto del Monasterio) y en calles cercanas. Querían disfrutar de un deporte que se estaba poniendo de moda en las barriadas modestas madrileñas porque para practicarlo solo hacía falta un descampado —y el pueblo de Vallecas tenía muchos—, un balón —o trapos que hicieran de ello— y piedras o ropas que sirvieran de porterías. Pronto el extrarradio de Madrid se transformó en un hervidero de equipos de fútbol amateur quienes, al no existir todavía competiciones oficiales, se retaban para disputar partidos u organizaban pequeños torneos.

Tras varias reuniones previas en el cercano bar La Estufa, el más empleado para sentarse y charlar de la zona, los futuros primeros rayistas quedaron el jueves 29 de mayo a las 6 de la tarde en el domicilio de doña Prudencia Priego, madre de dos jugadores, para fundar el nuevo club. La casa estaba ubicada en el número 28 de la calle antes citada, conocida como calle del Carmen. Prudencia, viuda de Julián Huerta, un antiguo empedrador de calles, y que trabajaba limpiando casas para subsistir, les permitió que su hogar fuera su primera sede social y que lo utilizaran para guardar el material y como vestuarios. Además, les lavaría y cosería la ropa. La humildad y generosidad vallecana tienen a doña Prudencia Priego como su primer exponente histórico; en adelante, la seguirán miles de vallecanas y vallecanos.



El nombre inicial del club fue Agrupación Deportiva El Rayo. Se le ocurrió al jugador Luis González Rubio. Lo de agrupación deportiva, denominación propia de equipos amateurs, fue escogido tomando el ejemplo de otros clubs que se habían hecho muy populares en Madrid, como —el más famoso— la Agrupación Deportiva Ferroviaria (“La Ferro”), o las agrupaciones deportivas del Carmen, Argumosa, Tranviaria, Argüelles o Ciudad Lineal. Lo de “El Rayo” se debió a que habían surgido por entonces otros equipos bautizados con nombres de fenómenos atmosféricos similares, como El Trueno y El Relámpago. La reivindicación permanente de la afición del Rayo Vallecano de que el club reincorpore al nombre del equipo lo de agrupación deportiva, resulta algo lógico y encomiable. La Agrupación Deportiva El Rayo pasaría a llamarse Agrupación Deportiva Rayo Vallecano en 1947, y en 1994 —con Teresa Rivero de presidenta— Rayo Vallecano de Madrid (Sociedad Anónima Deportiva).

En la reunión para la fundación del club se fijaron unos estatutos muy elementales y se nombró presidente a Julián Huerta, de oficio guardia civil. Que el primer presidente de la historia del Rayo Vallecano fuera un guardia civil no deja de parecer curioso, dadas las difíciles relaciones entre la población de Vallecas, condenada a luchar día a día por una subsistencia básica, y la Benemérita durante gran parte del siglo XX. Como capitán se eligió a Juan Huerta. El uniforme acordado consistía en camisetas y pantalones de color blanco y medias negras con vueltas blancas. Las camisetas las envió desde Barcelona el padre del jugador Ricardo Benavides. El Rayo Vallecano vistió de blanco hasta la temporada 1949/50, momento en que incorporó a su elástica la franja roja, su atributo visual más venerado.

El 24 de julio de 1924 ofreció en prensa su campo, recién adquirido, a otros equipos, indicando que ya poseía tres formaciones: primer equipo, equipo reserva y equipo de infantil. La categoría de juveniles no nació en España hasta los años cincuenta. En el mes de septiembre tendría ya una segunda formación de infantil. El campo era el de Las Erillas, lindante con la casa de los Huerta. En realidad era alquilado; se pagaba por su uso 15 duros al año. Los días de partido lo rodeaban con alambre y sacaban las porterías de la casa de los Huerta para colocarlas en su sitio. Luego las volvían a guardar para que no sirvieran de leña en algún hogar. El campo de las Erillas sería vallado tras la Guerra Civil para ser convertido en el campo del Rodival. Ya en el verano de 1924, el equipo participaría en las fiestas populares de distintos barrios de Vallecas, confirmándose una unión que se ha mantenido inalterable hasta nuestros días: Rayo Vallecano y Vallecas no pueden vivir el uno sin el otro.

La Agrupación Deportiva El Rayo se presenta en sociedad pocos días después de nacer. La Libertad, 4 de junio de 1924. Hemeroteca Municipal de Madrid. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Anuncio del bar La Estufa, lugar donde se gestó el Rayo Vallecano y que sirvió para reuniones del club. Guía Práctica de Vallecas (Puente y Villa) de 1936. Biblioteca Histórica Municipal de Madrid. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Casa donde nació el Rayo Vallecano el 29 de mayo de 1924. (© Foto: COLECCIÓN JULIÁN HUERTA MIRANDA / Vallecasweb.com)

Julián Huerta Priego, de oficio guardia civil, primer presidente en la historia del Rayo Vallecano. (© Foto: COLECCIÓN JULIÁN HUERTA MIRANDA / Vallecasweb.com)

La primera alineación publicada en prensa de alguna formación del Rayo fue de su primer equipo infantil con ocasión de su reto a la Furia Española. La Libertad, 17 de julio de 1924. Hemeroteca Municipal de Madrid. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Directivos del club tras una reunión en los años veinte. El ambiente era de camaradería. Tu Revista, nº 1, enero de 1989. (© Foto: COLECCIÓN JULIÁN HUERTA MIRANDA / Vallecasweb.com)

Formación del Rayo en el campeonato obrero, años treinta. Durante muchos años el equipo vistió de blanco. Tu Revista, nº 1, enero de 1989. (© Foto: COLECCIÓN JULIÁN HUERTA MIRANDA / Vallecasweb.com)

Francisco González, Agustín Garrote y Tomás Rodríguez Rubio. Obsérvese la disparidad de las medias que vestían. Tu Revista, nº 1, enero de 1989. (© Foto: COLECCIÓN JULIÁN HUERTA MIRANDA / Vallecasweb.com)

El Rayo informando que tiene ya campo propio. La Libertad, 24 de julio de 1924 de 1924. Hemeroteca Municipal de Madrid. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Noticia sobre la inauguración del campo de las Erillas. Primera vez que se publica una alineación del primer equipo. La Libertad, 30 de julio de 1924. Hemeroteca Municipal de Madrid. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Fotografía aérea de 1930 donde se observa en primer término el antiguo Estadio de Vallecas, que estaba donde el actual, y que era feudo del Racing de Chamberí, en término medio la huella de la plaza de toros de Puente de Vallecas, y al fondo del todo el barrio de las Erillas, con el campo que usaba entonces el Rayo Vallecano. Fotografía del Archivo Histórico del Ejército del Aire. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Noventa y cinco años después, el Rayo Vallecano se encuentra en una encrucijada, y lo malo es que uno de los caminos que se atisban es el del hundimiento institucional. La trayectoria histórica del club se está viendo seriamente dañada por la línea de actuación que llevan sus dirigentes. Ni los aficionados ni Vallecas parecen contar apenas nada. Los aficionados miran hacia al palco con triste indiferencia —en el mejor de los casos— o con indignación. Por otra parte, el presidente quiere estar en todas las decisiones, por nimias que sean, del día a día, y encima no apuesta apenas nada por invertir; lo suyo es una dirección a cortísimo plazo, rácana en el desembolso económico y donde no tiene cabida lo que piensan o quieren los demás.

Hubiera sido una gozada —cómo no— que la afición franjirroja se sintiese alegre y orgullosa por su 95 cumpleaños, pero por desgracia no ha podido ser así. Su aniversario está siendo triste porque, para empezar, ni siquiera, que se sepa, el club ha preparado iniciativa conmemorativa alguna. Y si ha preparado algo, no ha comunicado nada al respecto ni a la afición ni a sus peñas. Es más, ante las propuestas de acciones de diferentes colectivos rayistas, la directiva ha respondido sólo con el silencio. Esto es lo que le importa al club su Historia.

Aunque el presidente no quiera reconocerlo, las relaciones entre el club y los aficionados rayistas las rige un hondo abismo. Ni siquiera el reciente informe encargado, y pagado, a la empresa PricewaterhouseCoopers es capaz de disimularlo. Y este abismo no para de crecer porque la directiva no cesa de tomar medidas que duelen a los aficionados contrarias a lo que son los valores y sentimientos rayistas.

A los rayistas les ha dolido cuando algunos empleados del club han sido despedidos sin contemplar siquiera opciones de mantenerlos en sus puestos. Les ha indignado el pulso sostenido con Natalia Pablos, un emblema en Vallecas, ante la cual sólo cabe el aplauso por querer renunciar a su suculento contrato para dedicarse a su verdadera vocación, la enseñanza a niños (¿de verdad que no le parece admirable, señor Martín Presa?).

A los rayistas les avergüenza el absoluto abandono de los campitos que llevan el nombre de Manuel Peñalva, un mito de la historia del Rayo Vallecano; les apena la ausencia de relaciones con los socios más antiguos, que son justo los más necesitados de atención; les resulta insufrible el poco interés en contar con una buena tienda, en cuanto a espacio y en cuanto a género en venta, ¿no se puede invertir en algún local próximo al estadio y crear una tienda como es debido? ¡es que no puedo ni comprar los reyes de mi hijo!, se quejan muchos; o lo arcaica que es la web del club; o el escasísimo apoyo al Rayo Femenino y a la cantera franjirroja, los dos grandes orgullos actuales de las afición; o la falta de recursos y las limitadas actividades de la Fundación, imperdonable en un lugar tan falto de ayuda como es Vallecas; o la soledad absoluta con la que se desplazan los aficionados a ver al equipo fuera ¿no hay una persona que se encarga de las relaciones club-afición?, ¡pues que viaje!, o alguien en su lugar; o las lamentables relaciones que se mantienen con los periodistas que trabajan siguiendo la actualidad del Rayo Vallecano; o la falta de seriedad a la hora de cumplir con los trámites en las asambleas de socios; o la falta de respeto al trabajo de colectivos de rayistas tan claves como son la Asociación Accionistas ADRV y la Plataforma ADRV; y tantas y tantas cosas. El informe de PricewaterhouseCoopers debería haberse dedicado a estos apartados, tan susceptibles de ser mejorados, tan reales y que tanto daño están haciendo al Rayismo.

A falta de iniciativas por parte del club, ha sido toda la afición y en especial la Plataforma ADRV quienes se han encargado de recuperar la historia del Rayo Vallecano. En la imagen, lateral de la casa de Prudencia Priego con un mosaico de azulejos en su recuerdo, y al fondo a la derecha el edificio del antiguo Ayuntamiento de la Villa de Vallecas. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Natalia Pablos, jugadora internacional del Rayo Femenino, recibiendo el homenaje de la Federación de Peñas del Rayo Vallecano durante las pasadas Fiestas de la Virgen de la Torre 2018, en Villa de Vallecas. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

La cantera forma parte del Rayo Vallecano desde su fundación. Al club corresponde cuidarla  y dotarla de los medios necesarios para que pueda cumplir su labor formativa. La imagen está tomada en la Ciudad Deportiva el 29 de mayo de 2014, con motivo del 90 aniversario del nacimiento de la Agrupación Deportiva El Rayo. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Desde hace ocho años los aficionados organizan unas Jornadas del Rayismo en las que llevan a cabo numerosas actividades. El club no sólo no participa en ellas, sino que llega a prohibir la realización de algunos de los actos previstos. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

¿Esta taquilla del estadio está abierta o cerrada? Ninguna de las dos cosas: está abandonada. La falta de cariño y de mantenimiento permite mostrar imágenes como ésta, en la que una taquilla puede estar sin ventana durante años. La fotografía es del 27 de mayo de 2019. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

La tienda oficial del Rayo Vallecano es el vivo ejemplo de la desidia. Abre 6 horas al día (cuando abre) y no siempre lo hace acertadamente. En la imagen la tienda ya ha cerrado sus puertas cuando los aficionados, aún dentro del estadio, presencian el encuentro Rayo Vallecano - Granada un 2 de diciembre de 2017. La imagen está tomada por un seguidor rayista a las 18:45 horas. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

No sólo es cuestión de cariño, sino también de respeto. Los campos Manuel Peñalva se abrieron en los aledaños del Estadio de Vallecas para acoger partidos de fútbol 7 de la Fundación y la cantera. Ahora, sucios y destartalados, asocian el nombre del querido jugador del Rayo Vallecano a un lugar con el lúgubre aspecto de una discoteca abandonada. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Infame por fuera… y por dentro. Pese al lavado de cara que el Estadio de Vallecas ha sufrido recientemente, éste es el aspecto que presenta la zona de prensa a día de hoy; es el lugar al que acuden periodistas de todo el país a cubrir los partidos de sus equipos en Vallecas. Sobre esas cimbreantes tablas de madera, tan poco de fiar, manejan sus ordenadores haciendo equilibrios al escribir la crónica del partido. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

A falta de canales de comunicación fiables por parte del club, los aficionados editan una revista con temas de actualidad, opinión y recuperación de la historia de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano. El Fanzine de Bukaneros de mayo de 2019, que coincide con el 95 aniversario del nacimiento de la entidad, lleva en su portada una fotografía hasta ahora inédita de Doña Prudencia Priego. (© Foto: BUKANEROS / Vallecasweb.com)

Pero, ¿cómo puede estar contenta la afición? Lo que sucede con la situación del Estadio de Vallecas no tiene nombre. ¿Es consciente la directiva de lo que supone ir a ver a tu equipo obligatoriamente pasando antes por el cuarto de baño antes de entrar?, ¿o tener que llevarte forzosamente ropa vieja porque sabes que te vas a manchar fijo en los asientos? Y mientras, el propio club negando la evidencia. Cuando la afición va con invitados, recurre enseguida al humor para esquivar la vergüenza. Y, ¿qué deben pensar los niños? No es exageración, no, y además queda mucho por hacer.

Y si ya pensamos en el Rayo Vallecano que nos estamos perdiendo, no acabamos nunca. El club está rodeado de personas con una gran imaginación e iniciativa. Si la directiva deja trabajar a sus empleados y a los rayistas en general, en especial a su juventud, puede ir acercándose a la modernidad que, sin duda, le falta, y que tan buenos resultados está dando en equipos como el Getafe y el Leganés. En la estructura del club faltan diseñadores, periodistas, informáticos, personas creativas… y sobre todo gente joven que sumarse a la actual. El Rayo Vallecano debe abrir de par en par todas sus ventanas para que entre de una vez aire fresco.

Y, ya que tiene 95 años, preservar su historia creando un museo-archivo donde poder disfrutar de su dilatada vida y de sus trofeos, a la vez que se conservan y catalogan sus papeles, fotografías, videos y todo lo que representa el Rayismo.

(*) En la fotografía que abre esta información: Prudencia Priego Borbolla, original propiedad de los descendientes de Prudencia Priego. (© Foto: CEDIDA POR BUKANEROS / Vallecasweb.com)

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