David Rodríguez | Vallecasweb
La Universidad Rey Juan Carlos ha organizado, en su Cátedra de Estudios e Investigación en Derecho Deportivo, una mesa redonda en la que hemos tratado sobre la situación actual del fútbol y en la que han participado relevantes personalidades relacionadas con este deporte en sus más diversos ámbitos. La Federación de Peñas del Rayo Vallecano ha sido invitada al evento, y a continuación les ofrezco el discurso que pude pronunciar en el que expresé los que representa hoy el fútbol para los aficionados, comparándolo con lo que significaba para aquellos primeros seguidores del Rayo Vallecano.

“En primer lugar quiero agradecer la invitación al acto llamado “Futbol Moderno, Futbol Negocio”. La idea de dar voz dentro de unas jornadas para profesionales del Derecho Deportivo al colectivo más grande del futbol español y a la vez más desprotegido, nosotros los aficionados, esas 14 millones de personas que acudimos todos los años a los estadios de futbol en primera y segunda división, creo que ha sido una idea muy acertada.

Para la Federación de Peñas del Rayo Vallecano, es un placer poder venir a este evento y así participar entre todos en la construcción de un futbol mejor y más justo. Sin más vueltas, y si me permitís, os voy a dar la opinión de mi Federación: 'Futbol Moderno; ¿Futbol negocio?'.

Permitidme que os lea un pequeño fragmento del Libro 'Los orígenes del Rayo Vallecano' de Juan Jiménez Mancha: “La sociedad Agrupación Deportiva El Rayo nació el 29 de mayo de 1924, a las seis de la tarde, en la calle del Carmen, hoy llamada Puerto del Monasterio 8. Por entonces, las clases humildes no gozaban ni de vacaciones ni de largos viajes ociosos; se tenían que conformar, en todo caso, con realizar excusiones de un día.

Seguidores del Rayo celebran un gol del equipo en Vallecas. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

El 8 de agosto de 1924, El Rayo comunicaba a todos los equipos su decisión de no jugar partidos el siguiente domingo. No los podía aceptar por haber organizado una excursión a San Fernando de Henares.

Aparecía de este modo uno de los rasgos históricos del Rayo Vallecano, uno de sus grandes valores; el sentimiento de formar parte todos de una misma familia, la familia rayista. Esta excursión surgió porque el futbol era entendido entonces como algo más que un deporte, porque por encima de todo, reinaban unos valores que no solo había que respetar sino que había que fomentar. Por desgracia los tiempos han cambiado radicalmente. Ahora, cada jornada, se grita en el campo de Vallecas “Odio eterno al futbol moderno” ¡Que profundo sentido tiene esta frase si evocamos los orígenes del club!”.

Y es ahí, en los orígenes, donde hay que remontarse para, revisando la historia, ver por qué existe a día de hoy, tanta añoranza a los valores y al futbol de antes.

El futbol llegó a Madrid a finales del siglo XIX como un deporte de élite y hasta la década de los años diez se limitaría prácticamente a barrios del norte y centro de la ciudad. En Vallecas, el futbol llegó en 1919. La iniciativa de crear la Agrupación Deportiva El Rayo surgió de un grupo de chavales, entre los 13 y 16 años, pertenecientes al Club Numantino, también del Puente de Vallecas. El Numantino era un club de sociedad, con diferentes secciones recreativas, realizaban bailes, teatro, participaban en carreras populares y además tenían un equipo de futbol.

Las sociedades anónimas deportivas han convertido los clubes de fútbol en meras empresas mercantiles. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Algunos jugadores del Numantino abandonaron el club para formar una sociedad más centrada en la actividad del futbol y dejar de ser una sección más. Así nació la Agrupación Deportiva El Rayo hace ahora más de 92 años.
Y es que el Rayo se constituyó como una sociedad recreativa de barrio, como una entidad social y cultural que permitía a sus integrantes disfrutar de sus dos grandes pasiones: jugar al futbol y al mismo tiempo visitar poblaciones cercanas a la provincia de Madrid.

Y los orígenes de mi club y su posterior evolución, son muy similares al resto de los clubes nacidos en España, todos guardan una misma seña de identidad, se constituyeron a través de iniciativas desinteresadas como entidades sociales y culturales que a través de la práctica del futbol cumplían los objetivos de sus socios.

Por tanto, los aficionados somos la razón del origen y de la existencia de nuestros clubes, somos quienes los hemos financiado económicamente y apoyado partido tras partido desde su nacimiento, generación tras generación durante muchísimos años, con un altísimo grado de participación, involucración y de identificación con el club.

Y durante casi 70 años, mi club y el resto de los clubes funcionaron democráticamente, donde en asambleas los socios elegían y controlaban a sus presidentes, que solían proceder de su masa social y por tanto, compartían las mismas emociones, intereses y sentimiento de pertenencia.

Y tan asumida y aceptada estaba esta forma democrática de funcionar, y de participación de los socios, que 20 años antes de la llegada de la democracia a España, y cuando el Rayo Vallecano todavía jugaba en campos de Tercera División, en el periódico Marca del 10 de junio de 1954, se recibió la carta de un socio rayista que ponía el grito en el cielo porque a su parecer no se estaban guardando las más elementales normas de la democracia para la elección del nuevo presidente.

Desgraciadamente todo esto ha cambiado, y precisamente ahora, que en España sí que existe democracia, en los últimos 25 años, con la entrada de las Sociedades Anónimas Deportivas SAD —que significa 'triste' en inglés, nunca el legislador eligió mejor un nombre—, en el futbol ya no existe. Nos han quitado nuestra voz y nuestra capacidad de decidir como socios y, a cambio, con esta nueva forma jurídica, impuesta por la Ley del Deporte de 1990, y que ha demostrado no funcionar para el fin inicialmente previsto, que no era otro sino acabar con la situación de continuo endeudamiento de los clubes, se ha permitido la entrada a personajes interesados en el futbol exclusivamente desde un punto mercantil, desde el punto de vista del fútbol-negocio y olvidándose de su razón de ser, de su esencia que es cumplir los objetivos de sus socios y aficionados.

Los intereses económicos que rigen al fútbol actual chocan de frente con la pasión que siguen poniendo los aficionados. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Hoy, más que nunca, estamos alejados de los motivos y orígenes por los que fueron fundados nuestros clubes, hemos pasado de ser dueños a ser meros consumidores, completamente ignorados en la gran mayoría de los casos por nuestras directivas y por las instituciones que rigen el mundo del futbol.

Y de esta ausencia de escucha, de esta falta de sensibilidad, de este alejamiento de los directivos hacia los aficionados, provienen la gran mayoría de las quejas que a día de hoy se escuchan sobre los horarios, precios de las entradas, la falta de identificación con el club, el trato que se nos da, el mantenimiento de los estadios, en definitiva, sobre el ninguneo que sufre el espectador, el aficionado local, el aficionado de siempre, frente a los intereses del futbol negocio y su obsesión por maximizar su beneficio económico.

Por eso en Vallecas, se canta y se seguirá cantando mientras no cambie esta situación: Odio Eterno, al Futbol Moderno”.

David Rodríguez
Federación de Peñas del Rayo Vallecano

(*) En la imagen que abre esta información, los aficionados del Rayo Vallecano parecen tener claro que el fútbol ya no es suyo, sino de Javier Tebas. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

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