Antonio Luquero | Vallecasweb
Intento imaginar cuántos aficionados del Rayo Vallecano no habrán podido pegar ojo esta noche por culpa de la eliminación en Copa, y creo que en la cuenta me sale que ninguno. El escaso apego que la afición Rayista dispensa a esta competición permite aminorar las malas sensaciones, como que el Rey Felipe no se dignara a acudir al palco, con la de sitio libre que había, o que un penalti tirado por Trashorras —que fue gol— se quedara reducido para la historia en un nuevo 'gol fantasma'.

Hablando de fantasmas. Eché de menos en Vallecas, anoche, a la Infanta Leonor, o doña Leonor, dicho sea con propiedad. Yo creo que una niña que es capaz de ir por la mañana a un acto en el que cientos de militares desfilan arma en ristre, está sobradamente capacitada para acudir a Vallecas por la tarde a escuchar el “¡A las armas!”, canto glorioso al antibelicismo. A mal a mal, y de no gustarle el fútbol más que jugar a los desfiles, podría haberse dado una vuelta por el Hospital que lleva su nombre en el barrio. En Vallecas aún hay gente que piensa que les 'colaron' el nombre del recinto hospitalario con nocturnidad y alevosía, y hay republicanos que todavía no se han recuperado.

Impresionante la afición del Rayo durante todo el partido: “Volveremos, ADRV”. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Seguimos con los fantasmas. Me pareció ver anoche, en Vallecas, la sombra de un Miku reconciliado consigo mismo. Luchó, peleó y hasta despejó de cabeza algún centro peligroso contra la portería de Gazzaniga. Aunque no tuvo fortuna en el penalti que nos habría dado en el minuto 93 el paso a la siguiente ronda, tampoco se puede pedir más a quien hasta hace dos días se quería marchar de aquí a toda costa, y ahora parece buscar asiento y acomodo entre una afición que le perdona “pero no olvida”.

Miku se duele en el suelo tras un golpe recibido. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

El perdón a Miku por parte de los aficionados no significa olvido. Por eso han decidido dejárselo por escrito. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

El que sí volvió por sus fueros fue el señor Bangoura, don Lass. No he visto en mi vida a un jugador del Rayo al que le hayan dado tantas oportunidades y que se empeñe en desaprovecharlas una tras otra. Parecía que con Sandoval había aprendido aquello de regatear y centrar (a ser posible, bien), pero anoche se le olvidó del todo y a punto estuvo de ser 'devorado' por Manucho, que no paraba de gritarle y pedirle el balón, a veces con sus dos enormes brazos extendidos: “¡Laaaaaaasssssss paaaasaaaa; Laaaaassss miiiraaaaaa!”. Pues que si quieres arroz, Catalina… En la segunda parte parece que el guineano recapacitó y al fin se decidió a centrar, mal por lo general.

Lass durante una demostración de regates en la que sortea a cuatro rivales, esquiva a varios aficionados, recorta a dos vigilantes de seguridad y al final retorna al punto de partida. Al fondo Manucho, brazos en alto, ya no sabe cómo hacer para que el guineano le centre el balón. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Por cierto, ¿han visto qué delantera tan 'desafortunada' tenemos? Mil tiros a puerta y sólo dos resultados: o balonazo bien dado al rival, o balón al aire camino de las nubes que cubren los cielos de Teniente Muñoz Díaz y Payaso Fofó. Casi ninguna jugada a la contra y nulas llegadas en el uno contra uno. Así, va a ser difícil que el aficionado Rayista pueda ver partidos en los que el marcador sea manifiestamente favorable.

Quini le mete una patada al cartel publicitario, descargando su ira por una ocasión fallada. No es por nada, pero está el estadio como para ir dándole patadas por ahí… (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

A la Reina Letizia le habría encantado la tanda de penaltis. Ella, que en tiempos fue obrera con casa en Valdebernardo y enamorada del periodismo a pie de chapapote, habría disfrutado narrando tanto tiro, y tanto fallo. Sobre todo de los jugadores del Rayo. Porque una tanda de penaltis produce una noticia cada 45 segundos, justo el tiempo que hay entre penalti y penalti.

El Rayo terminó el partido con 1-1 y acabó pringado de chapapote en las tandas de penaltis, diciendo 'adiós' a la Copa del Rey y 'hasta la vista' a la Familia Real. Ni el gol fantasma de Trashorras que el colegiado no vio, ni el recurso que el Rayo está dispuesto a presentar y que no prosperará en absoluto, pues se trató de un error de apreciación, servirán para traernos a Vallecas al Rey, a la Reina y a sus retoñas Infantas. Una pena, porque seguro que habrían terminado cantando aquello de “¡Sin trabajar, sin estudiar…!”. Porque ya saben que Vallecas engancha, y a lo peor habrían terminado declarándose republicanos. De hecho, ya me imagino la respuesta de más de un aficionado: “¿No es la Copa del Rey? ¡Pues que se la quede el Rey!”.

(*) En la imagen que abre esta información, Piti pelea un balón en el área del Nástic de Tarragona. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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