23 Noviembre 2016

Luis Pastor, un mito que rebosa ternura

Publicado en Ocio y Cultura

Actuó en el Centro Social de Entrevías el 19 de noviembre de 2016

Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
Pura historia de Vallecas, a la que siempre lleva en el corazón, Luis Pastor ha de ser considerado junto a varias decenas de cantautores más, como los grandes abanderados del cambio social y político que se gestó en España poco antes y después de la muerte de Franco. La Historia aún no les ha hecho justicia. Pero Luis Pastor es hoy un gran músico que de manera generosa no cesa de transmitir ternura.


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Pocos españoles recuerdan ahora lo que era escuchar en el sigilo de la habitación o en el fragor de los grandes estadios canciones, convertidas en himnos, de cantautores como Elisa Serna, Joaquín Carbonell, Adolfo Celdrán, Labordeta, Paco Ibáñez, Luis Llach, Raimon, María del Mar Bonet, Pi de la Serra y tantos otros. Luis Pastor era uno de los intérpretes más populares. Temas suyos como “Con tu puedo y mi quiero” y “Vengan a ver” no paraban de sonar en los hogares y en las calles. Gracias a la música de estos cantantes y de sus hermanos latinoamericanos (Víctor Jara, Violeta Parra, Daniel Viglietti, Quilapayún, Mercedes Sosa, etc.) buena parte de la juventud fue arrastrada desde los billares y las discotecas hacia el mundo de la cultura y de la lucha política. Los tiempos, que estaban cambiando, como decía otra canción de Luis, obligaban a cantar así. La influencia en la gente de estos juglares era mayor que la de los políticos. Los cantautores, sin pretenderlo, eran los líderes del pueblo.

Luego se impuso la diversión sin límites y la música anglosajona, el pop y el rock, y los cantautores fueron quedando relegados al olvido. “¿Qué fue de los cantautores?”, volvió a recitar en Vallecas, con dolor contenido, Luis Pastor ante el auditorio. Los que vivimos los años setenta entendemos muy bien lo que quiere decir Luis con su pregunta.

En su concierto en el Centro Social de Entrevías brilló el Luis Pastor actual, el que deleita con el susurro y con la “percusión vocal”, el que desborda con su alegría, el músico tierno y entrañable. Acompañado de Ohad Levy en la guitarra, Felipe Arbeláez en la percusión y, ocasionalmente, de Pablo Pollo en el bajo (que además interpretó un tema propio), ofreció un recital gozoso de principio a fin, además de repleto de momentos irrepetibles.

Luis estuvo acompañado, además de por “La Jose”, de Ohad Levy en la guitarra, Felipe Arbeláez en la percusión y de Pablo Pollo en el bajo. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)Luis estuvo acompañado, además de por “La Jose”, de Ohad Levy en la guitarra, Felipe Arbeláez en la percusión y de Pablo Pollo en el bajo. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)

Desde una mesa vecina, Josefina Gómez “La Jose”, con su aflamencada y preciosa voz, se sumaba a la fiesta improvisando ocurrentes acompañamientos, aparte de subir al escenario para interpretar los temas del cantautor “Pastores”, con versos de Miguel Hernández, y “Tiempo y silencio”, y seguir apoyando en todo momento a Luis. Los dúos que surgieron entre ambas voces sonaron con deliciosa naturalidad. Eran un regalo para los oídos y la vista.

La primera canción que sonó fue la conmovedora “Soy”: un canto a la infancia, a nuestros padres, a nuestras raíces; y a Vallecas: “Soy memoria de un tiempo de barrio, ciudad de extrarradio de lata y cartón”. No se puede ser más vallecano sin olvidar la tierra de origen, su Extremadura. A continuación, siguieron brotando temas llenos de poesía y de humanidad. De su primera época sobresalió “Amar es combatir”, y de su repertorio posterior, la hermosa “Borra de mí esta tristeza”.

Josefina Gómez “La Jose” acompañó a Luis Pastor con su preciosa y aflamencada voz. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)Josefina Gómez “La Jose” acompañó a Luis Pastor con su preciosa y aflamencada voz. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)

Luis Pastor pasó a leer varias poesías de su libro, recientemente publicado, “De un tiempo de cerezas”. La primera, y primera en el libro, “A Manolo y Nicolasa, mis padres”, otro nuevo emotivo canto a las raíces. Y luego otras en una mezcla de ternura, recuerdos a seres queridos y humor, que nunca faltó en la velada. El libro, su primera obra íntegramente poética, ha sido editado este año por Bartleby Editores y está cosechando excelentes críticas.

Luis cantó a diferentes poetas pero de manera especial a José Saramago. En la sola manera de pronunciar su nombre, se apreciaba la profunda admiración que siente el extremeño hacia el escritor portugués. Algunos de los momentos más bonitos de la noche fueron cuando Luis interpretó sus poemas “Aproximación”, “En esta esquina del tiempo” y “De paz y de guerra”, el último perteneciente a la obra teatral “El viaje del elefante”, basada en la novela homónima del escritor luso y cuya música fue compuesta por él. Otros temas de la noche que cautivaron al público fueron “Alma mía”, “Aguas abril”, “Por el mar de tu mano” y su chotis dedicado a los nuevos chulapos de Madrid, un divertido ejercicio de antirracismo: “yo soy la negra de tu chotís…”.

A medida que avanzaba el concierto, el cantante se fue saltando las barreras físicas que le separaban del público (las sentimentales nunca existieron). Desde fuera del escenario, llegó a apoyarse guitarra en ristre sobre el escalón que divide escena y platea, y luego se paseó cantando entre el respetable con total desenfado. Fueron muestras de oficio de un artista con absoluto dominio de las tablas.

Si alguien duda del interés que sigue despertando los cantautores, es que no estuvo en el Centro Social de Entrevías. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)Si alguien duda del interés que siguen despertando los cantautores, es que no estuvo en el Centro Social de Entrevías. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)

Cuando el cantautor vallecano “apagó” los equipos, se acercó al público y siguió cantando, recitando y charlando con los espectadores hasta pasada la medianoche. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)Cuando el cantautor vallecano “apagó” los equipos, se acercó al público y siguió cantando, recitando y charlando con los espectadores hasta pasada la medianoche. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)

El final de la noche fue en familia. Desenchufados los aparatos de música a media noche, Luis Pastor se acercó físicamente a todos los presentes y se abrió más, si cabe, a su público. Interpretó “Quién” y, con su habitual percusión de golpes sobre el pecho, “Mariposa de noviembre”, y un genial vals, al parecer todavía sin título y no publicado, que provocó no pocas carnes de gallina.

Y también entonó, a petición de un espectador, su “Vengan a ver”, reeditado este año junto al resto de canciones del legendario LP “Vallecas”. Sobrecogía verle desgañitarse reclamando la visita de unos gobernantes que no querían pisar Vallecas. Aunque a esas alturas del concierto la ternura del cantante había empapado a los asistentes, la osada histórica invitación del extremeño resultó, una vez más, creíble. De nuevo en 2016, Luis Pastor se despidió de su público con nuevas muestras de cariño y alegría. Seguro que tras el cierre del Centro Social Entrevías, lo que quedó en la sala fue su tierna y socarrona sonrisa.

(*) En la imagen que abre esta información, Luis Pastor durante su actuación en el Centro Social de Entrevías. (© Foto: RAÚL SAINZ-EZKERRA / Vallecasweb.com)

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