Les escribo con toda la indignación que me produce lo que hemos vivido mi hija y yo el pasado 5 de enero en Vallecas. Ese día, por la tarde, acudimos las dos a la Cabalgata de Reyes de Puente de Vallecas que, por cierto, nos pareció humilde pero preciosa, sobre todo a mi hija Alejandra que tiene 4 años. Mi indignación viene motivada porque hasta ese día, hasta este año, ambas disfrutábamos de la llegada de los Reyes Magos en Villa de Vallecas, donde vivimos.