20 Mayo 2019

Vicente Córdoba Boti y su hijo Juan Vicente Córdoba, dos referentes en la historia de Vallecas

Publicado en Reportajes

Vallecanos con historia

Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
Vallecas está repleta de gente con historias increíbles apenas conocidas. Son innumerables los vallecanos que continúan aún pendientes de ser rescatados de un olvido injusto. Los casos de Vicente Córdoba Boti, el torero más relevante que ha tenido nunca Entrevías, y, en menor medida, el de su hijo Juan Vicente, el cineasta por antonomasia de Vallecas, son buenos ejemplos de ello.



Las raíces taurinas de esta familia se remontan a los años veinte. El padre de Vicente, Vicente Córdoba “Chicorro”, había sido un prometedor novillero. Debutó en 1922 y toreó en plazas como las de Madrid y en las de distintos pueblos castellanos, manchegos y andaluces. El 11 de septiembre de 1924, el diario El Liberal le destacó como un novillero “superior toreando, banderilleando y matando”, y en febrero de 1925, la famosa revista La Lidia, con motivo de varias faenas en Becerril de la Sierra, como “novel y valiente”, del que decían los que le habían visto torear que atesoraba grandes “hechuras de torero y matador”. Lo que se desprende del conjunto de crónicas taurinas de la época es que se trataba de un diestro con clase.

En octubre de 1924, “Chicorro”, como le apodaban en el mundillo taurino, entró a trabajar en el nuevo Matadero, recién inaugurado, de Legazpi. Hasta finales de 1925 compaginó la lidia con su puesto de cargador en el matadero municipal, pero acabó dejando los toros. En el Matadero ascendería con los años a jefe de reparto. En 1929 nació su hijo Vicente Córdoba Boti. La familia residía en la calle madrileña de Fernán González, entonces rodeada de campo. Dos años después, se trasladó a vivir a Entrevías. Se instaló en la colonia de “hotelillos” del Ministerio de la Vivienda que había en San Diego, en la calle Pablo Rica, dotados de dos plantas y de un gran jardín. Todavía quedan en pie algunas de estas viviendas. Se encuentran cerca de la gasolinera que hay en Monte Igueldo. La vida de “Chicorro” pasó a ser similar a la de numerosos vallecanos que trabajaban en el Matadero de Legazpi, a donde iban y venían andando cada jornada atravesando los descampados del actual barrio de Méndez Álvaro.

El torero Vicente Córdoba “Chicorro” en 1922. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)El torero Vicente Córdoba “Chicorro” en 1922. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Dibujo de un pase de pecho de “Chicorro” realizado por el dibujante Cuadrado. (© Foto: Revista KchT, 22 de marzo de 1925)Dibujo de un pase de pecho de “Chicorro” realizado por el dibujante Cuadrado. (© Foto: Revista KchT, 22 de marzo de 1925)

Algunos años antes —a finales de los años diez— llegaban a Entrevías procedentes de Algora (Guadalajara), Demetrio e Isabel, padres de la futura mujer de Vicente Córdoba Boti, María Teresa Navalpotro Gallego, emparentados con Tomás Esteras Navalpotro, destacado industrial de Vallecas que sería presidente del Rayo Vallecano de 1958 a 1961. Esta rama de los Navalpotro fue pionera en poblar Entrevías. Se instaló en la calle Cardeñosa.

El horror de la guerra civil en Entrevías
Vallecas resultó muy castigada por las tropas del ejército nacionalista durante la Guerra Civil. Entrevías fue, sin duda, uno de los barrios vallecanos que más sufrieron los devastadores efectos de las bombas y las metrallas. En noviembre de 1936, en especial el día 7, los intensos bombardeos de aviones y el fuego de los cañones enemigos hicieron que se evacuase gran parte de su población, con el militar republicano Enrique Líster, que tenía al 4º Batallón de su 1ª Brigada Mixta enclavado en sus calles, al frente. Los soldados fueron casa por casa sacando a las personas. Poco después, en enero de 1937, los bombardeos sobre la zona resultaron de nuevo demoledores, sobre todo, según los partes de guerra, los sufridos el día 20. En febrero se tuvo que evacuar otra vez a buena parte de los residentes. El barrio estaba ya casi totalmente destruido. A lo largo de 1937 se repitieron los ataques, sobre una población indefensa que, literalmente, apenas sabía dónde refugiarse.

Vicente Córdoba Boti, que tenía siete años al estallar la guerra, y que ahora tiene noventa, recuerda horrorizado aquella etapa de su vida. Evoca cómo les pasaban por encima los aviones y cómo se escondían donde podían. Su familia, como muchas, lo hacía en un profundo agujero escarbado sobre el suelo del patio de la casa, en una especie de estrecha cueva de techo bajo la cual, reflexiona, seguramente poco daño habría podido evitar de caer encima una bomba. Llamar a estos lugares cuevas, como se ha hecho con reiteración, parece excesivo. La tierra era además muy húmeda, como “jabonosa”. Los aviones procedían de Getafe, indica. Dos cañones situados en un terraplén junto a la actual gasolinera de Monte Igueldo, al lado del túnel que aún existe, presidían un día a día donde reinaba tanto el hambre que la gente se comía hasta las cáscaras de las naranjas. Su madre, Magdalena Boti, que trabajaba en la Tabacalera de Embajadores, traía a casa tabaco picado que les daban y que cambiaban por comida en tiendas de la calle Monte Igueldo.

Vicente Córdoba Boti, que contaba con tan solo siete años cuando estalló la Guerra Civil, en su casa de Entrevías. (Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Vicente Córdoba Boti, a pesar de tener tan sólo siete años de edad cuando estalló la Guerra Civil, recuerda con nitidez el sobrevuelo de los aviones sobre Entrevías y la caída de las bombas sobre las casas. (Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

Zona de Entrevías tras los ataques de enero de 1937. La casa que está casi en el centro, de la que se ven dos puertas, es la famosa de Peironcely nº 10, fotografiada por Robert Capa. (© Foto: “VALLECAS BOMBARDEADA”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura en 2010)Zona de Entrevías tras los ataques de enero de 1937. La casa que está casi en el centro, de la que se ven dos puertas, es la famosa de Peironcely nº 10, fotografiada por Robert Capa. (© Foto: “VALLECAS BOMBARDEADA”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura en 2010)

Descampado de Entrevías en enero de 1937. Este tipo de agujeros en el suelo, que se han venido a llamar cuevas, era donde se escondían muchas familias durante los bombardeos. Niños jugando alrededor mientras un hombre trabaja sobre el escondrijo. (© Foto: “VALLECAS BOMBARDEADA”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura en 2010)Descampado de Entrevías en enero de 1937. Este tipo de agujeros en el suelo, que se han venido a llamar cuevas, era donde se escondían muchas familias durante los bombardeos. Niños jugando alrededor mientras un hombre trabaja sobre el escondrijo. (© Foto: “VALLECAS BOMBARDEADA”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura en 2010)

Casa destrozada de Entrevías, como muchas, en enero de 1937. La familia desalojándola. (© Foto: “VALLECAS BOMBARDEADA”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura en 2010)Casa destrozada de Entrevías, como muchas, en enero de 1937. La familia desalojándola. (© Foto: “VALLECAS BOMBARDEADA”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura en 2010)

Vicente Córdoba Boti recuerda lo cruel que fue la posguerra con los vencidos. En la colonia donde vivían se sucedieron los chivatazos y las detenciones, con frecuencia simplemente por caer mal a alguien, o por envidias. A un bar próximo a donde habían estado los dos cañones, frecuentado por trabajadores ferroviarios, acudían falangistas armados que propinaban palizas a los obreros sin causa alguna, porque sí.

Su madre, Magdalena Boti, fue delatada por vecinos fascistas de su propia colonia y conducida a dependencias de la Falange, donde pasó varios días encerrada. Fue torturada con aceite de ricino para que delatara a otras personas. Tuvo la suerte de obtener la libertad gracias a un falangista que conocía a la familia.

Peor lo pasó todavía la familia de su futura mujer, recuerda Vicente. Su padre, Demetrio Navalpotro, ferroviario como tantos vallecanos, fue delatado por un familiar fascista que había pretendido tiempo atrás tener una relación sentimental con su esposa y resultó encarcelado. Su esposa, Isabel Gallego, tuvo que encargarse entonces en solitario del cuidado y alimentación de sus cinco hijas, pasando mil penurias.

Vicente Córdoba Boti, el torero de Entrevías
Vicente Córdoba Boti comenzó a torear cuando apenas era un joven adolescente. En 1942, con apenas 13 años, formaba pareja con otro muchacho de Entrevías, Paquito Cabezuelo, lidiando en las becerradas matinales que se daban los domingos en Las Ventas. Formaron tándem durante dos o tres años. El padre de Vicente les apoderaba. A continuación, Vicente se consolidó como novillero.

En abril de 1947 entró a trabajar en el Matadero de Legazpi. Se repitió con él una incógnita que había surgido con su padre: el tiempo dictaría si era capaz de compaginar o no el oficio de torero con un empleo rutinario como los que tenían la mayoría de las personas. En su caso sucedió que sí. En adelante se dedicaría a ambas tareas a la vez. En el Matadero pedía días de libranza o acudía a su puesto a primera hora de la mañana tras viajes nocturnos desde los lugares en donde había toreado. También se hizo diestro su hermano, Pablo Córdoba. En Legazpi, donde también trabajó éste, era mondonguero (persona que se dedica a faenar con las vísceras: callos, mollejas, asaduría, etc.).

En el mundo taurino contaba con el respaldo de su tío Francisco Córdoba, que se valía para ayudarle de su trato cercano con influyentes personalidades del Madrid de la época por ser el cerillero de la cervecería La Tropical. En este lugar, también café, que se hallaba en la calle Alcalá a la altura de la calle Sevilla, se organizaban diferentes tertulias, como las formadas por políticos y ministros, periodistas, aficionados del Real Madrid o la de toreros y aficionados taurinos. Francisco Córdoba le consiguió a Vicente salvoconductos para lidiar en Burdeos o cerca de la frontera con Portugal.

Vicente Córdoba Boti llegó a torear en más de 1.100 corridas. Lidió en numerosas plazas, entre las que estuvo la del pueblo de Vallecas, donde llegó a salir a hombros con Miguel Palomino, también vallecano. Dejó los novillos a mediados de los cincuenta para ir integrándose como banderillero en las cuadrillas de diferentes matadores de toros.

“Parejilla juvenil” de torerillos de Entrevías, con dirección en la calle Pablo Rica. Hacia 1943. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)“Parejilla juvenil” de torerillos de Entrevías, con dirección en la calle Pablo Rica. Hacia 1943. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

La pareja de pequeños toreros antes de iniciar sus faenas en Las Ventas. Hacia 1943. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)La pareja de pequeños toreros antes de iniciar sus faenas en Las Ventas. Hacia 1943. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

El torero Juan Vicente Córdoba Boti en el patio de su casa en la calle Pablo Rica. Hacia 1943. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)El torero Juan Vicente Córdoba Boti en el patio de su casa en la calle Pablo Rica. Hacia 1943. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

En la plaza de toros portátil del pueblo de Vallecas, frente a la iglesia de San Pedro Ad Vincula. 30 de septiembre de 1945. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Dos imágenes de la plaza de toros portátil del pueblo de Vallecas, situada frente a la iglesia de San Pedro Ad Vincula el 30 de septiembre de 1945. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Toreando en la plaza de Burdeos, año 1950. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Toreando en la plaza de Burdeos, año 1950. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Vicente Córdoba Boti, con pañuelo en la frente, posando con el equipo de fútbol San Diego C.F., en el campo que había detrás del colegio Raimundo Lulio. Jugaba de delantero. Primeros años cincuenta. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Vicente Córdoba Boti, con pañuelo en la frente, posando con el equipo de fútbol San Diego C.F., en el campo que había detrás del colegio Raimundo Lulio. Jugaba de delantero. Primeros años cincuenta. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Cartel de la plaza de toros portátil que hubo en 1963 en San Diego. Vicente participó en la corrida del 17 de julio como banderillero. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Cartel de la plaza de toros portátil que hubo en 1963 en San Diego. Vicente participó en la corrida del 17 de julio como banderillero. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

El Yiyo flanqueado por los hermanos Córdoba Boti. A su derecha Pablo, y a su izquierda Vicente. Primeros años ochenta. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)El Yiyo flanqueado por los hermanos Córdoba Boti. A su derecha Pablo, y a su izquierda Vicente. Primeros años ochenta. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Vicente Córdoba Boti en su etapa final como torero. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Vicente Córdoba Boti en su etapa final como torero. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

A principio de los años sesenta se introdujo en el mundo del rejoneo, al incorporase a la cuadrilla del portugués José Samuel Lupi. La cercanía de Vicente con Lupi era tal, que el portugués le dejaba su Jaguar para que lo cuidara y le permitía que se lo llevara a Entrevías. ¡Imagínense un Jaguar transitando por el Vallecas de la época! Los hijos de Vicente, entusiasmados, gozaban como nadie cuando su padre les daba una vuelta con el vehículo por el barrio, sobre todo cuando iban a coger velocidad a la carretera de Valencia. Lupi, Álvaro Domecq, Ángel Peralta y Rafael Peralta formaron en 1970 el mítico grupo de rejoneadores “Los cuatro jinetes del Apoteosis”, con Vicente como uno de los hombres de confianza de la cuadrilla.

Vicente Córdoba se retiró de los toros en 1985. De su empleo en el Matadero de Legazpi se jubiló, como funcionario del Ayuntamiento de Madrid, en 1990.

Juan Vicente Córdoba, el director de cine de Vallecas
El torero Vicente Córdoba Boti participó en los años cincuenta en las actividades para jóvenes que organizaba Acción Católica en la Iglesia de San Diego, por entonces un centro un tanto aperturista. En 1955 conoció en sus locales a María Teresa Navalpotro Gallego, con la que contraería matrimonio, en este mismo templo, al año siguiente. Fijaron su residencia en otro número de la calle Cardeñosa. Fue padrino de la boda Tomás Esteras, tío de la novia, poderoso industrial de Vallecas sobre todo por ser el propietario de la Imprenta Moderna, situada en la calle Melquiades Biencinto. Esteras sería para el matrimonio y sus hijos una especie de padrino tipo José Luis López Vázquez en “La gran familia”, aunque sin el trato casi diario que se observa en la película y quitando la exageración otorgada en la ficción. En 1957, fue padrino de bautizo de Juan Vicente Córdoba, el futuro director de cine vallecano. Cada año, organizaba una comida en los Salones de Torres, en la Avenida de la Albufera nº 41, a la que invitaba a su familia y a las personas que trabajaban para él.

El ambiente taurino influyó, como no podía ser de otro modo, al niño Juan Vicente Córdoba; hasta tal punto que en su entorno se le veía como a un fututo torero. En el patio jugaba con su hermano a las corridas de toros, de una manera muy lucida porque lo hacían con muletas y atuendos de verdad, que le habían regalado en sus cumpleaños o por reyes. Él era el torero y su hermano, más pequeño, el toro. Otros niños configuraban el público en la plaza. Cuando su padre toreaba en Madrid, le llevaba por la mañana al sorteo de toros previo a las corridas, y si iba a los bares de reunión taurina, como los cercanos a la Plaza de Santa Ana, también marchaban al destino los dos juntos.

Pero, poco después, fue naciendo su gusto por el cine. En su formación cinematográfica le influyó su tío Rafael Delgado Durán, delineante, pintor y dibujante de cómics, que trabajaba en un estudio de la calle Delicias realizando títulos de crédito a mano para Cifesa y otras productoras. Juan Vicente iba a verle trabajar, a contemplar como hacía los dibujos. Rafael era además vecino; vivía en el mismo edificio que él y sus padres. Junto a su hermano Reyes, llevaban la distribución de películas que se proyectaban en el cine de verano de la Iglesia de San Carlos Borromeo. Poseía una cámara de Super 8 con la que rodaba escenas en Vallecas. Al llegar la Transición se afilió al PSOE y continuó capturando imágenes del barrio, pero ya para este partido.

Boda de Vicente Córdoba Boti y María Teresa Navalpotro Gallego en la iglesia de San Diego, en 1956. A la izquierda Tomás Esteras, padrino del enlace. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Boda de Vicente Córdoba Boti y María Teresa Navalpotro Gallego en la iglesia de San Diego, en 1956. A la izquierda Tomás Esteras, padrino del enlace. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Celebración de la boda en los Salones Sol y Aire, en la Avenida de la Albufera casi frente al Estadio de Vallecas, lugar donde, en sus cincuenta años de historia, llegaron a festejar sus bodas más de 15.000 parejas. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Celebración de la boda en los Salones Sol y Aire, en la Avenida de la Albufera casi frente al Estadio de Vallecas, lugar donde, en sus cincuenta años de historia, llegaron a festejar sus bodas más de 15.000 parejas. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Bautizo de Juan Vicente Córdoba, futuro director de cine, en la iglesia de San Diego, en 1957. En el centro Tomás Esteras, que fue el padrino; tras él, su mujer Fe. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Bautizo de Juan Vicente Córdoba, futuro director de cine, en la iglesia de San Diego, en 1957. En el centro Tomás Esteras, que fue el padrino; tras él, su mujer Fe. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Banquete anual en los Salones de Torres en el que Tomás Esteras invitaba a sus familiares y personas que trabajaban para él. Junio de 1961. A la izquierda, Vicente Córdoba Boti y su hijo Juan Vicente. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Banquete anual en los Salones de Torres en el que Tomás Esteras invitaba a sus familiares y personas que trabajaban para él. Junio de 1961. A la izquierda, Vicente Córdoba Boti y su hijo Juan Vicente. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Tarjeta postal de regalo dibujada por Rafael Delgado a su sobrino Juan Vicente Córdoba, retratándole como torero, y a su hermano como quien le vestía. En el dorso, Maribel, la hija del dibujante, escribió unas cariñosas palabras. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Tarjeta postal de regalo dibujada por Rafael Delgado a su sobrino Juan Vicente Córdoba, retratándole como torero, y a su hermano como quien le vestía. En el dorso, Maribel, la hija del dibujante, escribió unas cariñosas palabras. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Vicente Córdoba, a la izquierda de la foto, con Glenn Ford y Debbie Reynolds en el rodaje de la película Vicente Córdoba, a la izquierda de la foto, con Glenn Ford y Debbie Reynolds en el rodaje de la película "Empezó con un beso" de George Marshall, 1959. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)


Vicente Córdoba Boti y Juan Jiménez Mancha, autor de este reportaje, durante la entrevista realizada en Entrevías. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Vicente Córdoba Boti y Juan Jiménez Mancha, autor de este reportaje, durante la entrevista realizada en Entrevías. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

Entrevías y Vallecas anidan en las películas de Juan Vicente Córdoba como un elemento vital. Su trayectoria cinematográfica está íntimamente ligada a su barrio de nacimiento. Siempre con orgullo y para poner en valor, como un verdadero antropólogo, la historia del lugar y las cualidades y dificultades de su vecindario.

La carrera en el cine de Juan Vicente se inició, tras numerosos trabajos en Super 8, con los cortometrajes “El rey tuerto” (1990) y “Directo al corazón” (1991). En 1995 produjo y participó en el guion del largometraje “Alma gitana”, dirigido por Chus Gutiérrez. Ese mismo año dirigió “Entre Vías”, un homenaje a su barrio que fue nominado al Goya al Mejor Cortometraje y con el que fue premiado en varios festivales.

En 2000 debutó en la dirección de largometrajes con “Aunque tú no lo sepas”, inicialmente adaptación del cuento “El vocabulario de los balcones”, de Almudena Grandes, y con posterioridad del poema de Luis García Montero titulado igual que la película. Varios años después, el poeta le dedicó a Juan Vicente un poema de su libro "La intimidad de la serpiente". La película fue Premio al Mejor Guion Adaptado del Círculo de Escritores Cinematográficos y Premio al Mejor Primer Trabajo en Madridimagen. En ella participó por primera vez en el guion junto a Juan Vicente su pareja sentimental, y desde entonces asidua colaboradora, la actriz y directora María Reyes Arias, que además interpretaba un papel.

En 2003 volvió al cortometraje y a Entrevías para rodar el documental “Yo soy de mi barrio”, nueva nominación a los premios Goya.

En 2005 dirigió su segundo largometraje, titulado “A golpes”, protagonizado por Natalia Verbeke y Daniel Guzmán. Éste, uno de los mejores amigos de Juan Vicente, se consolidó como actor asiduo en sus trabajos tras sus intervenciones en “Entre Vías”“Aunque tú no lo sepas” y esta película. Otro gran amigo suyo es el también actor Andrés Gertrúdix, alter ego del director en "Aunque tú no lo sepas" y con papel en otros de sus filmes.

En 2008 regresó a Vallecas con el documental “Flores de luna”, su tercer largometraje, un extraordinario filme donde cuenta la historia del Pozo del Tío Raimundo y su poblado de chabolas. La película fue Premio Luis Buñuel del Ayuntamiento de Madrid.

En 2011, la película “Una caja de botones”, dirigida por María Reyes Arias y producida por Juan Vicente, y protagonizada por Antonio de la Torre, obtuvo el Goya al Mejor Cortometraje de Ficción.  Y en 2016 será Juan Vicente el que extenderá sus manos para recibir un nuevo “cabezón”, en esta ocasión al Mejor Cortometraje Documental por “Cabezas habladoras”.

Fotografía del rodaje de la película “Aunque tú no lo sepas” realizada en las cocheras de RENFE que había en la Avenida de Entrevías. En primer término, el actor Daniel Guzmán haciendo de pandillero. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Fotografía del rodaje de la película “Aunque tú no lo sepas” realizada en las cocheras de RENFE que había en la Avenida de Entrevías. En primer término, el actor Daniel Guzmán haciendo de pandillero. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

La actriz y directora María Reyes Arias recogiendo con el director vallecano Juan Vicente Córdoba el Goya de 2011 al Mejor Cortometraje de Ficción, por “Una caja de botones”. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)La actriz y directora María Reyes Arias recogiendo con el director vallecano Juan Vicente Córdoba el Goya de 2011 al Mejor Cortometraje de Ficción, por “Una caja de botones”. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Juan Vicente con el Goya de 2016 al Mejor Cortometraje Documental, que obtuvo con “Cabezas habladoras”. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)Juan Vicente con el Goya de 2016 al Mejor Cortometraje Documental, que obtuvo con “Cabezas habladoras”. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

María y Juan Vicente en el homenaje que les tributó la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas en 2017. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)María y Juan Vicente en el homenaje que les tributó la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas en 2017. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

La alternancia de ficción y documental en el realizador vallecano conocerá su cénit en su cuarto largometraje, estrenado en 2018: “Quinqui Stars”, con María Reyes de nuevo como coguionista y con el rapero El Coleta como protagonista. Se trata de una valiente apuesta ajena al cine comercial donde Juan Vicente homenajea no sólo al cine quinqui de los años setenta y ochenta, sino también a la cultura de barrio, en especial a su música actual, con imágenes de Vallecas —sobre todo una nevada sobre sus edificios— que quedarán grabadas para siempre en la memoria de los espectadores que quieren al castigado barrio del sur de Madrid. Daniel Guzmán, José Sacristán y Enrique San Francisco intervienen en una película diferente, muy recomendable, tal vez adelantada a su tiempo.

Epílogo
Abril de 2019. Un piso de la calle Cardeñosa del barrio vallecano de Entrevías, domicilio del antiguo torero Vicente Córdoba Boti. En su comedor, se encuentran él, un roble enjuto pese a sus noventa años de edad, y su hijo el cineasta Juan Vicente Córdoba. El padre, alentado por su hijo, recupera recuerdos del Entrevías de antaño y de su trayectoria personal como torero. Fotos antiguas esparcidas por mesas y sillas. Ojos brillantes en la pareja. El hijo deja caer que su padre vive momentos complicados por el fallecimiento de su esposa, María Teresa, el año pasado. Nada ni nadie importantes quedan en el olvido. Salen los nombres de los hermanos de Juan Vicente: Miguel Ángel, fotógrafo de famosos y actores perteneciente a la Academia de Cine, y Carlos, funcionario del Ayuntamiento de Madrid.

Entre medias, padre e hijo debaten sobre lo que significa para ellos el toreo, al tiempo que evocan su liturgia. El padre, un hombre bueno, habla con sencillez de arte, y de algo inexplicable que afrontaba con respeto pero sin miedo. Sentía emoción al torear. El hijo, pese al trascendental debate actual sobre la fiesta, refuerza con datos y sentimientos lo explicado por su padre, y recuerda el papel de su madre, de espera silenciosa de noticias los días de faena en aquel espacio, hasta que su marido la llamaba por teléfono para decirle que no había pasado nada, que se encontraba igual de bien que unas horas antes. Juan Vicente detalla cuando su padre tuvo la cogida más importante de su carrera. Fue en Barcelona y su madre se enteró de ella por la televisión. Los dos repasan las horas previas al inicio de la corrida, cuando los cigarrillos se consumían sin pausa y la responsabilidad se apoderaba de uno.

El torero Vicente Córdoba Boti junto a sus hijos Juan Vicente, a su derecha, y Miguel Ángel, a su izquierda, en el homenaje de la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)El torero Vicente Córdoba Boti junto a sus hijos Juan Vicente, a su derecha, y Miguel Ángel, a su izquierda, en el homenaje de la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas. (© Foto: ARCHIVO FAMILIA CÓRDOBA NAVALPOTRO / Vallecasweb.com)

Juan Vicente Córdoba dio el pasado 16 de junio de 2018 el pregón de las Fiestas de Entrevías. Antes, en la primavera de 2017, había sido homenajeado por la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas, que siempre le ha apoyado, con un acto en el Centro Social “El Espacio”. No obstante, Vallecas y el Ayuntamiento de Madrid deben amparar más a los artistas que, como Juan Vicente, se vuelcan en defender y expandir lo que representa su barrio. Que sus trabajos no se conviertan en un rosario de desventuras para poder llevarlos a buen término. A la vez, se antoja urgente que se cree, por fin, un archivo-museo de Vallecas, donde se conserven, cataloguen y difundan, en este caso, los originales o copias de las numerosas películas en Super 8, video, trabajos y descartes en 16 mm y 35 mm y fotografías que guarda con celo, con Entrevías y Vallecas como principales protagonistas, nuestro director de cine por excelencia.

(*) En la imagen que abre esta información, el cineasta vallecano Juan Vicente Córdoba y su padre, el torero Vicente Córdoba, en su casa familiar de Entrevías. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

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Comentarios (1)

  • Luis Eduardo Siles

    Luis Eduardo Siles

    21 Mayo 2019 a las 08:18 |
    Magnífico artículo de Juan Jiménez Mancha. Con numerosos datos y amenidad en la exposición. Es muy importante recordar a figuras como Vicente Córdoba Boti, o su hijo, el cineasta Vicente Córdoba, personas brillantes en el contexto oscuro en el que los tópicos suelen ubicar a Vallecas y Entrevías. Y me uno a la buena idea de crear con urgencia un archivo-museo de Vallecas.

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