19 Septiembre 2012

Una hostia para Cristiano

Publicado en Deportes

EL REAL MADRID VISITA VALLECAS

Antonio Luquero / Vallecasweb
No sé si a vosotros os estará pasando lo mismo que a mí, pero desde que comenzó la semana raro es el que conociéndome, y sabiendo que soy de Vallecas, no me comenta algo parecido a esto: “El domingo va el Real Madrid a Vallecas ¿no? ¡Menudo recibimiento le tendréis preparado a Cristiano!”

Ante semejante afirmación que -ya digo-, se repite una y otra vez aunque con pequeñas variaciones, uno no tiene por menos que pensar en qué tipo de recibimiento “le tendremos preparado a Cristiano”. Incluso, llego a elucubrar sobre qué recibimiento le debería hacer yo a este magnífico futbolista, pues seré uno de los que estará aquí para contarlo.

El derbi de este año tiene lo suyo. Al Madrid que visita Vallecas le acompaña un remolino de cosas tan extrañas, que en el barrio producen entre incredulidad y risas por lo “bajini”. ¿Jugará un Madrid lleno de complejos frente a un Rayito que parece no tenerlos?

La guinda al desasosiego blanco lo pone Cristiano. El portugués está triste, muy triste. Es una pena. Hablando del tema con un rayista, me comentaba: “¿Qué Ronaldo está triste? ¡No te jode, yo también estoy triste y me jodo!”. Aunque parezca mentira, esta frase tan simple, pero tan contundente, es la evidencia de que se expresa más claramente un rayista, que el propio Cristiano Ronaldo.

Pero a lo que íbamos. Vallecas no se puede quedar así, no podemos quedarnos impasibles ante la visita de un hombre tan triste, tan desdichado, con tanta pena dentro. Vallecas debería volcarse con Cristiano, debería echársele literalmente encima. Habría que quererle, abrazarle, mimarle, abrir las puertas a su paso, adularle, ponerle una alfombra rosa, tirarle pétalos de rosa... ¡qué sé yo! En suma, idolatrarle tanto como lo hacen los aficionados de su equipo, que pese a todo no logran sacarle de tan tremenda melancolía.

¿Habría que dejarle hacer algún "golito", o dos, o tres, y si es de taconazo lejano, mejor, para que las teles pudieran comparar con el golazo del año pasado y se le pase el disgusto? Tal vez tanto, no.

Una solución que se me ocurre para enjugar tanta desdicha podría ser la siguiente. El Estadio de Vallecas dispone de un rinconcito para la oración, para meditar y rezar. Cristiano podría escuchar misa minutos antes del partido y pensar en los motivos de su tristeza inconfesable. Reconocer que la soberbia, la egolatría, el egoísmo, atesorar riquezas, considerarse el centro del Universo, no está nada bien. La presencia de un sacerdote serviría para que confesara esos pecados, esos sobresaltos que le ahogan de amargura y le impiden celebrar lo goles. Debería oficiarse hasta una misa con comunión incluida. Para él, para toda la plantilla del Madrid, que tienen lo suyo algunos también... Y por último, que comulguen todos. Que a Cristiano le administren una hostia que le baje de la nube, le haga reflexionar, meditar, y le devuelva de nuevo a este mundo de las personas normales, donde los tristes lo son de verdad…

Seguro que Cristiano y los suyos después de confesarse, rezar y recibir la sagrada forma, saltarán más tranquillos al terreno de juego, y verán normal que la grada de Vallecas les reciba como se merecen. Porque hay una cosa segura: la grada de Vallecas les va a recibir como se merecen.

Sólo quedará entonces que los de la franja roja, con el permiso del árbitro, hagan el resto. Y aquí paz, y después goles. Amén.

En la imagen, Cristiano Ronaldo cuando era feliz (Foto: L. HERRERA / Vallecasweb)

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