03 Julio 2016
Fallece Eduardo Vílchez, el jugador al que el Rayo Vallecano atrapó para siempre
Militó en el conjunto de Vallecas en Tercera División
Antonio Luquero | Vallecasweb
Eduardo Vílchez, quien fuera jugador del primer equipo del Rayo Vallecano, ha fallecido a los 86 años de edad. Vílchez militó en el conjunto de la franja a comienzos de la década de los años '50 del siglo pasado y, tras retirarse del fútbol, decidió vivir con su familia en el barrio de Santa Eugenia, en Villa de Vallecas.
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Quizás muchos aficionados rayistas de la actualidad jamás hayan oído hablar de Eduardo Vílchez, o tal vez hayan escuchado su nombre mal pronunciado: “Vílches”. Sin embargo, y pese a que su presencia futbolística en Vallecas fue efímera, su calidad deportiva y personal jamás se olvidará entre todos aquellos que le disfrutaron dentro y fuera del terreno de juego.
Porque Vílchez era un centrocampista hábil y muy poderoso, aunque no exhibiera una envergadura y estatura rompedoras. Ocupaba en el terreno de juego la posición de medio izquierda, pese a no ser zurdo, debido a su habilidad innata para pegarle al balón con cualquiera de las dos piernas. Aún reconociendo que por entonces llevaba en su camiseta el número 9, “yo en realidad jugaba de 6”, aseguraba.
Eduardo Vílchez López había nacido en Torreperogil (Jaén) el 8 de mayo de 1930 porque su padre, que era guardia civil, estaba destinado allí. Como vemos, desde sus orígenes, el Rayo Vallecano (fundado entre otros por un guardia civil) y la Benemérita anduvieron siempre muy ligados. Cuando Vílchez contaba tan sólo 3 años la familia se trasladó a Madrid estableciéndose en el barrio de Pacífico, colindante con el Puente de Vallecas. Allí vivía su tía María Dolores, en una casa de la calle Abtao número 8.
Eduardo pegó las primeras patadas a un balón en una época de estrecheces en la que aún se dejaban sentir las secuelas de la recientemente terminada Guerra Civil. Su barrio, Pacífico —menuda paradoja—, fue testigo de ello. Entonces las porterías se hacían con palos y no había ni botas de fútbol, ni ropa conjuntada, ni nada que se le pareciera. Cualquier descampado, sobre todo los más cercanos a Vallecas, era bueno para mostrar las habilidades. Los balones estaban hechos con cuerdas y trapos y al primer 'zambombazo' quedaban desbaratados, como recordaba el propio Vílchez.
Mostró su afición por el balón desde edad muy temprana, contando con el apoyo de su familia. Con catorce años, su destreza y determinación cambiaron el rumbo de su destino, que no era otro que seguir la profesión de su padre, guardia civil. Sus habilidades pronto traspasaron 'fronteras' y llegaron noticias de él hasta el barrio de Doña Carlota, en Puente de Vallecas, donde el club vallecano Cerámica Cascales decidió hacerse con sus servicios.
Dado que en aquellos tiempos no existían los representantes, las cláusulas de rescisión, ni la podredumbre de intereses de hoy en día, era muy habitual que, tras un partido, los equipos que acababan de enfrentarse ofrecieran a los jugadores incorporarse al equipo rival. Así, Vílchez militó en distintos conjuntos en poco tiempo. Del Cerámica Cascales de Vallecas pasó al Getafe, que jugaba en Primera Regional. Militando en el conjunto getafense y tras un Getafe-Rayo que los de Vallecas perdieron por 3-1, el equipo vallecano pidió a Eduardo que se incorporara a sus filas. Vílchez aceptó integrarse en esa Agrupación Deportiva Rayo Vallecano que por aquel entonces jugaba en Tercera División, aunque con aspiraciones de subir algún día a Segunda. El futbolista rondaba ya los 20 años de edad y sus entrenadores vislumbraban en él un futbolista de técnica depurada, habilidad e inteligencia con el balón, además lanzaba muy bien los penaltis, por lo que su paso por Vallecas tenía todos los visos de resultar efímero.
Eduardo Vílchez defendiendo la camiseta de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano. (© Foto: Archivo EVL / Vallecasweb.com)
Y así fue. Con 21 años Eduardo Vílchez recibe una oferta del Plus Ultra, filial del Real Madrid, y se marcha de Vallecas. Despuntó tanto en esta temporada, que formó parte de la Selección Española en los II Juegos del Mediterráneo, siendo proclamado mejor futbolista español del torneo.
En el Plus Ultra, Vílchez vivió una progresión espectacular que le llevaría, en 1955, a fichar por el R.C.D. Español (hoy RCD Espanyol), de Primera División, donde se incorporó el 8 de diciembre de ese mismo año y jugó cinco temporadas. Allí conoció y disputó partidos con Alfredo di Stefano, Ladislao Kubala, Luis Suárez, Miguel Muñoz y Ricardo Zamora, entre otros.
Jugó posteriormente en el Murcia, Alcoyano, Albacete (donde también fue entrenador) y, de vuelta a Madrid, el Aranjuez, de nuevo como futbolista. Ejerció de entrenador en el Conquense, Getafe y RSD Alcalá. En sus últimos años en activo entrenó a los juveniles del Real Madrid B y fue director de la Escuela de Fútbol Las Encinas de Boadilla del Monte.
Félix Bardera “Felines”, de espaldas, se abraza con su admirado Vílchez. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)
Vílchez, primero por la derecha, con sus compañeros de la Asociación de Veteranos de la ADRV. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)
Retirado del fútbol, decidió venirse a vivir con su mujer Loli y sus hijos Rodolfo, Sergio y Eduardo al barrio vallecano de Santa Eugenia. Participó desde entonces activamente en la Asociación de Veteranos del Rayo Vallecano y no hubo acto, partido o evento solidario, que no contara con su presencia. Siempre acudía como espectador a todos los partidos que el Rayo disputaba en el Estadio de Vallecas, siendo muy admirado por su trayectoria profesional y humana por su amigos exfutbolistas de la Asociación de Veteranos de la ADRV. Decir “Vílchez”, entre ellos, era nombrar palabras mayores, no en vano hay que recordar que fue internacional con España.
Tras su desaparición, su asiento en la tribuna de preferencia de Arroyo del Olivar quedará vacío en el primer partido de la próxima temporada en Segunda División, igual que venía sucediendo en los últimos meses cuando su estado de salud no le permitió acudir a Vallecas con la asiduidad que él hubiera deseado. Descanse en paz Eduardo Vílchez, un futbolista al que el Rayo Vallecano atrapó para siempre.
(*) En la imagen que abre esta información, Eduardo Vílchez durante un partido solidario disputado en la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano, en enero de 2015. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)
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Comentarios (8)
Jabu
José Luis Colilla
Luis Piti
Pedro
Con Vilchez se nos va un trozo de la historia de nuestro Rayo pero nos queda para siempre el amor y la entrega a nuestro club y a nuestro barrio hasta el final de su vida.
DEP
Miguel Angel Alvarez
Manuel
Gran hombre, gran padre, gran entrenador un gran ejemplo.
Muchas gracias y D.E.P.
Gregor71
Rafael