12 Junio 2012
Almudena Grandes presentó en Vallecas su último libro
“El lector de Julio Verne”
Cerca de 300 vallecanos participaron en el acto de presentación del último libro de Almudena Grandes “El lector de Julio Verne”. Almudena presentaba otra pieza más de lo que será un gran recorrido por nuestra Guerra Civil y su postguerra. Un relato entre la ficción y la realidad que ella trato de emparentar, con todos los respetos, a los Episodios Nacionales de Pérez Galdós. El acto, había sido organizado por la librería MUGA, en colaboración con el IES Madrid Sur, dentro de Vallecas Calle del Libro.
El origen de esta novela es una persona de carne y hueso: Cristino. Era de Jaén y su infancia había transcurrido en la casa cuartel de Fuensanta de Martos. De pequeño, había sido testigo de los golpes y gritos en las noches de redada. Los niños mayores protegían a los más pequeños de las angustias y tensiones del momento. Por miedo a que no creciera demasiado y no pudiese entrar en el Cuerpo, le enseñaron mecanografía, taquigrafía y francés para, llegado el momento, poderse colocar en la Diputación de Jaén.
La otra historia que subyace a lo largo de “El lector de Julio Verne” es la de los guerrilleros contra el franquismo. Almudena Grandes se niega a catalogarlos de bandoleros o maquís, destacando la historia de “Cencerro”, un luchador que retaba a la represión franquista con golpes de efecto, con mucha imaginación y frecuentes disfraces con los se metía en “la boca del lobo”, dejando billetes con la leyenda: “así paga Cencerro”.
Almudena contó partes de su novela sin desentrañar todos los vericuetos, todas las certezas y descubrimientos de esos años posteriores a la guerra en la provincia de Jaén. Un gran trabajo de documentación a pie de calle, con relato detallado de los sufrimientos a los que se forzó a buena parte de la población de todos esos pueblos: Los Villares, Fuensanta de Martos, Torreperogil, Torredonjimeno, Valdepeñas de Jaén y otros lugares también citados en “El lector de Julio Verne”.
Al término de su intervención, que a todos se nos hizo corta, y tras contestar dos o tres preguntas de los presentes, Almudena firmó numerosos ejemplares de sus obras.