Jesús López | Vallecasweb
Como en tantas otras ocasiones, primaba en mi conciencia el haber programado la visita con carácter urgente, de aquí para allá, con una multitud poblada de compromisos. Partí del polideportivo Wilfred Agbonavbare, perenne leyenda del Rayismo, a las 18:50 horas. El coche circulaba a una velocidad superior a la permitida por la calle del Puerto de Balbarán, infligiendo un maltrato innecesario al sistema de amortiguación del vehículo.

Angustiosamente, el crucifijo de las manecillas del reloj consumía el tiempo propuesto de las siete de la tarde, para que todos llegáramos puntuales a la cita en el Centro Cultural Paco Rabal, en el mismo corazón del barrio de las Palomeras Bajas. Era el tercer viernes de Cuaresma y nos reunimos para celebrar la penitencia de la carne en el banquete, también litúrgico, del arte. Un arte, vecinal y participativo, aderezado por el chef artístico —nuestro gurú— Carlos Ruiz Balaguera, donde se nos presentaba, a los figurados comensales, otro de sus exquisitos platos gourmet, recién sacado de los fogones: “Cerro Testigo 24, Proyecto Colaborativo” [ver vídeo del catálogo].

Meses atrás, en el comienzo de la andadura del proyecto, el recetario propuesto parecía fortuito, caprichoso, arbitrario. Las indicaciones enviadas por Carlos para la elaboración del producto creaban confusión, duda y asombro. ¿Coordenadas espaciales, fotografía de nuestros pies, escritura de un texto?, ¿qué tenía que ver todo esto con el Cerro Almodóvar, con el Cerro Gordo, tal y como lo llaman los vecinos más viejos del lugar; con el cerro Testigo, tal y como lo llamaron los integrantes de la I Escuela de Vallecas, o con el Cerro Artesa, denominación rescatada de algunos miembros de la II Escuela de Vallecas, como Álvaro Delgado?

En todo momento, mi confianza permaneció intacta. Me limité a seguir sus indicaciones. Ese 12 de octubre me encaminé hacia el Cerro con un par de zapatillas. No elegí azarosamente la fecha, por supuesto. Toda mi intención estaba dirigida en rendir homenaje al principal promotor de la originaria Escuela de Vallecas, Alberto Sánchez, el escultor-panadero, el titán telúrico, aquel fantasmagórico y huesudo toledano que “campó a sus anchas” por las tierras vallecanas durante la brillante década de la eclosión de las vanguardias. El día de la Fiesta Nacional, antigua fiesta del Pilar, patrona de la Benemérita, día de la Hispanidad o día de la Raza, coincide también con el aniversario de la muerte de Alberto, un español muy hondo que no pudo volver a su patria, postergado al silencio del exilio.

De una manera fundamental, el Cerro proyecta en mi subconsciente una concepción única y exclusivamente estética. Una estética con un eminente carácter de transición hacia un futuro poco halagüeño, cuyo pronóstico certifica el final de ese lugar tan emblemático para los vallecanos. Un espacio degradado natural que, como un glaciar que se derrite sin remedio, emerge en el océano de los desarrollos urbanísticos del sureste metropolitano.

Nada existe, ningún vínculo que relacione al Cerro con la nostalgia, con la emoción, con la memoria. El Cerro Almodóvar alberga un imaginario que agoniza, un tiempo que huye en permanente fuga, en un constante proceso de extinción, sin ningún tipo de paliativo. La contemplación desde su cima, al atardecer, de esa caravana luminosa, difuminada en púrpura, que proyectan los vehículos al circular por la carretera de Valencia de vuelta a sus hogares, resulta de una belleza infinita, insuperable, espectacular.

La muestra sobre la Escuela de Vallecas 3.0 “aterrizará” en el Centro Cultural Francisco Fatou del 1 al 30 de abril de 2022, tras haber permanecido expuesta en el Centro Cultural Paco Rabal de Puente de Vallecas. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

La exposición “Cerro Testigo” ejemplifica el ideario de la Escuela de Vallecas 3.0. Esta visión personalísima, forma parte de ese conjunto poliédrico que Carlos ha conseguido adobar en una magnífica perspectiva plástica alrededor del Cerro. Tomando como precedentes a Hockney, la familia Boyle o Kawara, cada una de las aportaciones individuales, desnudas del concepto de autoría, forman un rompecabezas de materiales artísticos capaces de reflejar el sentimiento culminante de una colectividad que santifica su territorio. Fotografías, acículas de pino, sílex…, en una cuidada relación de mensajes subliminales, destacan en su mundo figurativo, deteriorado e imperfecto. Todo relato, toda narrativa finaliza en un desenlace. El desenlace de un encuentro, un ritual, una comunión poética junto al fuego nutritivo de la tribu; el alimento artístico horneado por Carlos.

MÁS INFORMACIÓN
Exposición “Cerro Testigo 24”
► Cuándo: del 1 de abril de 2022 al 30 de abril de 2022.
► Dónde: Centro Cultural Francisco Fatou.
► Dirección: C/ Manuel Vélez, 10 (Casco Histórico, Villa de Vallecas).
► Horario: de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas.
► Teléfono: 91 380 66 20.
► Precio: acceso gratuito.
► Cómo llegar: Bus EMT líneas 54, 58, 103, 142 y 143. Metro estación de Villa de Vallecas (línea 1). Cercanías Renfe estación de Vallecas (línea C2).

(*) En la fotografía que abre esta información, imagen de la exposición "Cerro Testigo 24" que estará en Villa de Vallecas del 1 al 30 de abril de 2022. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

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