30 Julio 2012
Amós Acero, primer alcalde democrático de Vallecas
VALLECANOS CON HISTORIA
Cástor Bóveda / Vallecasweb
Este maestro, de origen muy humilde, merece sin duda ser considerado como un referente ético y de coherencia del que los vallecanos debemos de sentirnos especialmente orgullosos.
Maestro por vocación, alcalde por compromiso
Nacido en Villaseca de la Sagra, con apenas 19 años el muchacho se instaló en Madrid, gracias al apoyo económico de un benefactor del pueblo, que conociendo la capacidad intelectual de Amós accedió a pagarle los estudios. El sueño de Amós era hacerse maestro.
Educador por vocación, pronto asumió que la única forma de que las gentes accediesen a una elemental calidad de vida, era combatir el analfabetismo, la ignorancia y la creencia de que la realidad era inamovible.
Por ello, en cuanto le fue posible, ya viviendo con su esposa en Vallecas, organizó una escuela laica por el día, y añadió: “e impartir clases nocturnas a los obreros y vecinos de aquel barrio”. Vallecas era una localidad de las afueras de Madrid, considerada por la prensa de la época poco menos que un estercolero social.
Esta constatación de una realidad más que cruda para su sensibilidad, le llevo a presentarse por el Partido Socialista al cargo de Alcalde. Su candidatura obtuvo un enorme porcentaje de votos de los vallecanos, en 1931.
Amós Acero, en el centro de la imagen con pajarita y un sombrero en la mano, durante la inauguración de una escuela en Vallecas (Foto: VALLECAS TODO CULTURA)
Ejemplo de honradez
Amós Acero constituye una referencia de honestidad sin parangón que la historia nos ofrece. Siendo nombrado Diputado, y ante la elección que tenía que hacer por ley, entre cobrar 1.000 pesetas como representante en Cortes, o 500 pesetas como Alcalde, nunca tuvo la menor duda: “Yo me considero Alcalde de las gentes de Vallecas, por tanto mis ingresos tienen que venir de esta responsabilidad” fueron sus palabras.
Ultimas líneas de una vida
La última carta de este personaje, a su familia, contiene un texto que plasma la más impactante despedida de un hombre que se enfrenta a la muerte con la mirada limpia.
Esta empieza así: “He tenido mala suerte. No ha servido la limpieza de mi vida y la nobleza de mi ejecutoria, para impedir este desenlace de dolor y lágrimas.
Me voy del mundo con la satisfacción y el orgullo de haber cumplido con mis deberes, sin daño ni quebranto a nadie. Sembré el bien por doquier hasta entre mis adversarios. La vida me recompensa así. Me siento orgulloso de encontrarme superior a los demás. Sentid también vosotros este digno orgullo mío, y que él sea el lenitivo que enjugue vuestras lágrimas y ahuyente vuestra pena.
No me duele morir, siendo inocente. Lo doloroso, sería morir culpable.
Ya no podré pagaros con mis sacrificios y mis ternuras la abundancia de cuidados y abnegaciones que en mi bien habéis derrochado. Pero este deber que con tal sublimidad habéis derrochado, Dios y la vida os lo recompensarán”.
Amós Acero nació en Villaseca de la Sagra (Toledo) el 31 de marzo de 1893, y fue fusilado en Madrid el 16 de mayo de 1941, tras la condena de un juicio militar sumarísimo sin posibilidad de defensa.
Castor Bóveda*
Autor de su biografía, publicada por Vallecas Todo Cultura
Comentarios (7)
Mercedes Manso de la Rosa
raul sanchez
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Rubén
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Maria Isabel Ruiz
Mercedes Manso de la Rosa