17 Diciembre 2020
Vallecas está harta
70 años de la anexión de Vallecas a Madrid
Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
El 22 de diciembre de 1950, hace 70 años, Vallecas dejaba de ser un pueblo independiente y se convertía en un distrito de Madrid. La historia de la pertenencia o no de Vallecas a la capital había arrancado a principios del XX, con los gobiernos estatales y madrileños rechazando sucesivas peticiones del municipio de anexión total o parcial para aliviar sus carencias, pero entonces era obligatoria la unión por los intereses de Francisco Franco de construir un Gran Madrid imperial. Ahora, tras 70 años de sentirse discriminados, multitud de vallecanos gritan al mundo que están hartos y lamentan la alianza con dolor.
El último pleno del Ayuntamiento de Vallecas se produjo el 22 de diciembre de 1950 en el domicilio de su consistorio en la avenida del Generalísimo, actual sede de la Junta de Distrito de Puente de Vallecas, desde 1952 llamada avenida de la Albufera para evitar duplicidad con la famosa arteria madrileña prolongación del paseo de la Castellana. Al igual que en los otros doce pueblos anexionados entre 1948 y 1954 (Chamartín, Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo, Canillas, Canillejas, Hortaleza, Aravaca, Barajas, El Pardo, Vicálvaro, Fuencarral y Villaverde), en Vallecas se sucedieron, tras la incorporación a Madrid, los cambios de nombre de callejero.
Era alcalde de Vallecas Félix López Gómez de Ontiveros, que había sustituido meses atrás al falangista Alfonso Vázquez González, nombrado para el puesto tras finalizar la Guerra Civil y tristemente recordado por testificar sin pruebas contra Amós Acero, siendo el suyo uno de los testimonios en los que se apoyó la dictadura para fusilar, el 16 de mayo de 1941, al que fue primer alcalde democrático de Vallecas. Y era alcalde de Madrid José Moreno Torres, conde de Santa Marta de Babío. En el acto, junto a ellos, estuvo Acacio Avia, secretario del gobernador civil. Francisco Franco Bahamonde, omnipresente en la época, asistió a la ceremonia gracias al enorme retrato suyo que presidía el salón de plenos. El dictador había firmado el decreto de anexión el 10 de noviembre anterior.
Con la incorporación quedaba atrás medio siglo de polémica entre vallecanos, y de estos con políticos de la capital, por formar parte o no de la ciudad. Las razones de las discrepancias residían en las dos realidades muy distintas existentes entre el vecindario: por un lado, se hallaba el ancestral pueblo, Villa de Vallecas, de vida tranquila y rural, y por otra, separados de la Villa por cuatro kilómetros de distancia, los nuevos barrios agrupados bajo la denominación de Puente de Vallecas, de vida más urbana e industrial por su proximidad a Madrid y con multitud de personas que trabajaban en la capital. En la Villa se ubicaba el ayuntamiento, pero la población en los nuevos barrios se iba multiplicando de manera vertiginosa. En 1900, en Villa había algo más de 2.600 habitantes, y en las barriadas de Puente algo más de 7.000. En 1920, eran unos 3.000 los vecinos de Villa y ya más de 26.000 los de Puente.
Desde los albores del siglo XIX los vecinos de Puente querían unirse a Madrid. A primeros de 1912, el Senado español acordó un proyecto de ley para anexionar a la capital las partes más desarrolladas de algunos pueblos limítrofes, entre los que se incluyó a Vallecas. Los vecinos de Puente, liderados por un grupo de industriales, alegaban que la mayoría de sus 22.000 vecinos se trasladaban a diario a trabajar a Madrid, y nunca a la Villa. En junio de ese año, un grupo de vallecanos solicitó la anexión parcial al alcalde de Madrid, Joaquín Ruiz-Giménez. La tensión entre ambas zonas de Vallecas fue en aumento. En 1913, los motivos esgrimidos por los de Puente para la unión eran asuntos como el saneamiento de las calles, la construcción de un mercado y escapar del monopolio de la luz que ejercían, con precios sangrantes, las compañías Nueva Numancia y Pacífico. La inexistencia de una escuela propia era otra de las razones apuntadas. La gente de Puente, con el apoyo de todos los partidos políticos, creó una comisión que se dedicó a luchar por la anexión a Madrid al tiempo que negociaba rebajas en las tarifas de los tranvías, asunto que urgía al vecindario.
En diciembre de 1913 los vallecanos de Villa y Puente estuvieron a punto de llegar a las manos. En el ayuntamiento se celebró la elección de nuevo secretario, puesto al que se presentaron como favoritos una persona de Villa y otra de Nueva Numancia. Los ánimos se calentaron y la Guardia Civil tuvo que llevarse al segundo y al resto de concejales de Puente a sus domicilios. Los vecinos de los barrios próximos a Madrid salieron a la calle a protestar e impidieron la circulación del tranvía de vapor que unía la capital con Villa de Vallecas. Las diferencias entre ambas zonas eran tan grandes, que los de Puente llegaron a pedir su propia independencia como pueblo si no se les unía a Madrid.
En mayo de 1914, miembros de la comisión de Puente fueron recibidos por Eduardo Dato, presidente del gobierno, para reclamar la unión una vez más. Los de Villa, que querían seguir siendo independientes, se mostraban cansados de tanta insistencia e instaban a los de Puente a que se llevaran, para ver si así se conformaban, el ayuntamiento a sus calles, pero estos estaban empeñados en integrarse en la capital y no contemplaban otra medida.
Las peticiones, visitas y mítines de los “anexionistas” se sucedieron a lo largo de los años veinte. A mediados de esta década surgieron voces aisladas representativas que pedían la anexión de todo el pueblo, tanto de la Villa como Puente, pero las “fuerzas vivas” de Puente de Vallecas, como les llamaba en ocasiones la prensa, eran mayoritarias y seguían apostando sólo por la agregación de los barrios cercanos a Madrid. En diciembre de 1930, por ejemplo, organizaron un nuevo acto con este fin, ya con Amós Acero entre los oradores.
El edificio sede del Ayuntamiento de Vallecas hasta 1931 se encontraba en Villa de Vallecas, en la Plaza de la Constitución, en la actualidad llamada Sierra de Gádor. La fotografía es de 1980. (© Foto: MEMORIA VISUAL DE VALLECAS: álbum de fotos. Ayuntamiento de Madrid, Junta Municipal de Villa de Vallecas, 2000 / Vallecasweb.com).
Bronca monumental entre Villa de Vallecas y Puente de Vallecas a causa de la anexión a Madrid. (© Foto: EL SIGLO FUTURO, 3 de diciembre de 1913. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional / Vallecasweb.com)
Comisionados de Puente de Vallecas encargados de gestionar la anexión a Madrid. (© Foto: MUNDO GRÁFICO, 10 de noviembre de 1915. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional / Vallecasweb.com)
Noticia sobre la aprobación en Puente de Vallecas de la anexión a Madrid. (© Foto: LA ACCIÓN, 18 de marzo de 1918. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional / Vallecasweb.com)
Reportaje sobre la incorporación de Puente de Vallecas a Madrid. (© Foto: LA VOZ, 8 de noviembre de 1923 / Vallecasweb.com).
La petición de la anexión de Puente de Vallecas era un tema recurrente en la prensa de los años diez y veinte del siglo XX. (© Foto: LA VOZ, 26 de diciembre de 1925 / Vallecasweb.com)
El 12 de agosto de 1931, durante la II República, con Amós Acero alcalde desde abril de ese año, el Ayuntamiento de Vallecas rubricó el acuerdo por el que fue “acordado por unanimidad la fusión de la totalidad del Pueblo de Vallecas con Madrid”. La capital nos les hizo caso. El 4 de diciembre siguiente, veintiún concejales del Ayuntamiento de Vallecas presentaron un escrito donde aconsejaban el cambio del consistorio a Puente. Poco después, el 30 de diciembre, el Ayuntamiento de Vallecas acordaba su traslado definitivo a Puente de Vallecas, en concreto a la calle Nuestra Señora del Carmen nº 1, al edificio donde se localizaba la casa de socorro. En la reunión se desestimó la independencia de Villa de Vallecas por los problemas económicos que hubiera arrastrado su ayuntamiento con la separación. Se dejaba allí, no obstante, una tenencia de alcaldía con amplias facultades delegadas.
La anexión, así como el futuro de Villa de Vallecas, continuaron en el aire. En los años cuarenta, durante el primer franquismo, el Ayuntamiento de Madrid elaboró un documento titulado Bases para la anexión parcial del término municipal de Vallecas. En Madrid se seguía con la intención de agregar sólo Puente de Vallecas. Finalmente, el 12 de mayo de 1950, el Ayuntamiento de Madrid desechaba la anexión parcial. Los previsibles problemas económicos de un pueblo de Vallecas sin Puente resultaron determinantes.
Año 1931. Primer alcalde, Amós Acero, y concejales democráticos en la historia de Vallecas. (© Foto: MEMORIA VISUAL DE VALLECAS: álbum de fotos, Ayuntamiento de Madrid, Junta Municipal de Villa de Vallecas, 2000 / Vallecasweb.com)
Nota de prensa sobre el acuerdo municipal de anexión de todo Vallecas a Madrid, con Amós Acero de alcalde. (© Foto: LA VOZ, 15 de agosto de 1931. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional / Vallecasweb.com)
Sede del Ayuntamiento de Vallecas desde 1932, en calle de Nuestra Señora del Carmen nº 1, donde estaba la Casa de Socorro y una escuela. En la actualidad es una Biblioteca Municipal. (© Foto: INOCENCIA SORIA / Vallecasweb.com)
Escudo de Vallecas original en el edificio que fue sede del Ayuntamiento de Vallecas en Nuestra Señora del Carmen, hoy calle de Puerto del Monasterio. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El 22 de diciembre de 1950, ante los ojos de Franco, lo que importaba era el engrandecimiento de Madrid, y más viendo como crecía Barcelona como gran metrópoli. La anexión incluyó la totalidad del término municipal de Vallecas, consistente en una superficie de 72.360.000 metros cuadrados. La población total que absorbía Madrid era de 86.000 habitantes, de los cuales 6.035 pertenecían a Villa de Vallecas.
Vallecas pasó a pertenecer a Madrid, pero no fue recibida de corazón. Se aplicaron para mitigar sus carencias medidas esencialmente caritativas. Uno de los aspectos principales por los que Vallecas creyó que serviría de algo la unión, el problema de la falta de vivienda, pronto se mostró insuficientemente atendido, y más con la gran migración recibida en los años cincuenta. La falta de agua en muchas zonas, de pavimentación de las calles, de limpieza de sus vías, de alumbrado, de escuelas, de ambulatorios y hospitales, de transportes, de lugares para el recreo y la cultura, en definitiva, la ausencia de infraestructuras básicas para vivir con dignidad, comenzó a ser alarmante.
Decreto del 10 de noviembre de 1950 con la anexión de Vallecas a Madrid. (© Foto: BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO, 13 de diciembre de 1950 / Vallecasweb.com)
Nueva sede del Ayuntamiento de Vallecas desde 1946 en la Avenida de la Albufera, hoy sede de la Junta de Distrito de Puente de Vallecas; la imagen es del 4 de mayo de 2010. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Por el contrario, en Madrid creció una leyenda negra en torno a Vallecas. Los vallecanos sabían desde niños que estaban condenados a luchar contra ella. Era peor el suburbio sentimental soportado que el suburbio material que marcaba la realidad cotidiana. Sobre Vallecas cayeron etiquetas, ante las cuales los poderes públicos jamás lucharon, de cuna del chabolismo, de la delincuencia y de las drogas. Apenas se hacía distinción entre su población: todo lo que oliera a Vallecas era, de entrada, sospechoso. La juventud hacía esfuerzos por caer bien al resto de madrileños en sus lugares de trabajo, o cuando cumplían con el servicio militar, o, ya desde los setenta, al cursar estudios universitarios. Numerosas muchachas regresaban a casa tras el primer día en la facultad llorando porque les habían dicho que dónde escondían la navaja, que si en una liga, o lindezas similares. Madrid presumía de algunos de sus barrios, pero Vallecas era la oveja negra.
Como consecuencia de esta simplista y cruel visión, todos los vallecanos se unieron y fueron acentuando su identidad propia a espaldas de la capital. Surgieron pioneras asociaciones de vecinos, como la de Palomeras Bajas, en 1968, considerada la primera en Madrid y de las primeras en España; se organizaron infinidad de manifestaciones vecinales para salir de las terribles condiciones en que se vivía; surgieron colectivos sociales o culturales para amparar a una juventud que sufría una marginación extrema; se crearon festivales propios o salas de música donde se rendía culto al rock español más descarnado, con profusión de bandas nacidas en su suelo; se instalaron en sus casas partidos políticos de izquierdas en busca de un lugar para echar raíces; brotaron genuinos grupos de ecologismo activo; se valoraron todavía más la historia y la cultura propias, con leyendas sobre el origen del nacimiento de Vallecas como emblemas.
Vallecas nunca ha perdido su identidad ni su imagen de municipio independiente, como muestra esta fotografía de la iglesia de San Pedro Advíncula durante un concierto con motivo de las Fiestas de la Virgen de la Torre, el 11 de septiembre de 2013. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Vecinos hartos de las emisiones nocivas de la incineradora de Valdemingómez se manifiestan por las calles del Casco Histórico de la Villa de Vallecas; fotografiados el 3 de febrero de 2018. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Edificio en la calle de los Montes Universales, en el barrio de San Diego, donde se construyen 1.200 nuevas viviendas de promoción pública. Junto a las familias necesitadas, Vallecas se ha convertido también en el destino “favorito” para realojar a personas conflictivas que no quieren en otros barrios de Madrid. La imagen es del 25 de noviembre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El abandono de Vallecas con respecto a los barrios de la “almendra central” de Madrid es clamoroso en todos los sentidos. Este árbol lleva años levantando las baldosas con sus raíces sin que desde el Ayuntamiento de Madrid se ponga remedio. La imagen está tomada frente al número 28 de la calle del Payaso Fofó el 15 de diciembre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
La mejora de los accesos y las infraestructuras siempre ha sido una reivindicación de los vallecanos, con escasos resultados. Entre ellas, la ampliación del aparcamiento disuasorio de la estación de Cercanías Renfe en Santa Eugenia, tan diminuto que apenas caben en él medio centenar de vehículos. La imagen tomada el 11 de octubre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
“El barrio es nuestro”, proclamaba uno de los lemas vallecanos que agrupaba al vecindario en la lucha por salir del barro. El olvido y la falta de cariño provocaron una mayor expansión del “orgullo vallecano”. Apareció el uso de la letra “K”, el Vallekas con “K”, el Vallecas de una letra que también andaba arrinconada. Se empezó a pedir puerto de mar, lo utópico. Vallekas se fue afianzando como unos de los barrios bandera del sur de Madrid, de la clase obrera, símbolo de rebeldía y de solidaridad.
Ahora, 70 años después de su anexión a Madrid, de la pérdida de su independencia, Vallecas está harta. Pese los logros obtenidos, los más relevantes en la década de los ochenta, jamás ha dejado de sentirse ninguneada, y lo vivido en estos últimos años le resulta insoportable.
Los vallecanos no entienden que se perpetúen en el tiempo asuntos que les perjudican tanto como el mantenimiento de la incineradora de Valdemingómez, un complejo que está dañando seriamente la salud de sus vecinos; la ausencia de inversiones e infraestructuras, como si sus calles no merecieran ser sedes de prósperas empresas o de proyectos culturales de primer orden; el empeño en identificar a Vallecas con la pobreza, es decir, acodarse sólo de ella en la construcción de vivienda para rentas con escasos recursos y para alojar a población no deseada por otros barrios; la falta de limpieza intensiva, similar a la de otros barrios, en calles, parques y lugares públicos; el arreglo de sus vías públicas, donde se recurre invariablemente al parcheo; el cuidado de su abandonado arbolado; la ausencia de sus barrios en nuevos proyectos de transporte, como en los casos de la línea 11 de Metro, donde se ignora una estación en Doña Carlota, y de Cercanías de RENFE, no contemplando una estación en San Diego; la falta de apoyo institucional a los trabajadores, equipos y afición del Rayo Vallecano, indefensos ante una directiva del club que disfruta del uso de un estadio público y de un ciudad deportiva en terreno propiedad de Vallecas solo buscando rentabilidad económica; la defensa de su juventud frente a las poderosas casas de apuestas; unos confinamientos “selectivos” frente a la COVID-19 que parecen cebados con ellos; o actuaciones policiales muy distintas, especialmente duras, frente a las que puede observar cualquiera, a través de los medios de comunicación, en otros barrios madrileños.
Los recortes en los servicios públicos siempre han estado en el punto de mira de los vecinos de Vallecas, como en esta marcha entre Puente y Villa de Vallecas celebrada el 22 de noviembre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Trece años llevan los vecinos reclamando un paso subterráneo que comunique el barrio de Santa Eugenia con el Hospital Universitario Infanta Leonor. En estos trece años, las autoridades municipales y autonómicas se han reído de los vallecanos dilatando plazos y no dando respuestas concretas. Al respecto, sólo se actuó contra esta pintada y fue tapándola rápidamente con pintura gris. “Ojos que no ven corazón que no siente”, pensarán los políticos, pero en Vallecas estos desprecios no se olvidan fácilmente. La imagen es del 13 de septiembre de 2015 y llegamos a tiempo antes de que actuaran los hombres de la brocha. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El deterioro con fines especulativos es palpable en los barrios más históricos de Vallecas, donde las infraviviendas presentan un estado lamentable. La imagen es del 15 de septiembre de 2020 y está tomada en la Avenida de San Diego. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El carácter reivindicativo y peleón de los vallecanos siempre ha llamado la atención de otros distritos de Madrid. La foto es del 22 de noviembre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Con “C” o con “K” el nombre de Vallecas siempre está presente en todos los actos públicos como seña de identidad de los vallecanos, muy especialmente en los partidos que el Rayo Vallecano ha disputado en Vallecas. La pancarta de Bukaneros se mostró el 11 de septiembre de 2011 en un Rayo-Zaragoza que terminó con empate a cero. Hasta Javi Fuego falló un penalti, ¡vaya, qué mala suerte! Menos mal que esto ya lo avisa la grada con sus cánticos: “¡El resultado da igual, aquí se viene a animar, lolo lolo lolo looolo loooooooolo!”. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Las gentes de Vallecas siempre han sabido homenajear a los suyos… y a las suyas. En la imagen, tomada el 10 de mayo de 2010, las jugadoras del Rayo Vallecano Femenino no pueden ocultar su alegría por el recibimiento que les brindó su afición, en la Fuente de la Asamblea, tras proclamarse campeonas de la Superliga Femenina y de la Copa de la Reina. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Rodeada y herida por la M-30, la A-3, la M-40, la M-50 y las vías del tren, Vallecas está metida en un embudo del que no es fácil salir. De ahí que reivindicaciones que mejoren la movilidad de los vecinos como el tan reclamado apeadero de Cercanías Renfe en San Diego debería ser prioritario para la Junta Municipal, el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Fomento y ADIF. Sin embargo, no lo es, y la nueva estación ni está ni se hará. La imagen es del 25 de noviembre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Quienes sabemos que Vallecas es un barrio fantástico no tenemos por menos que emocionarnos contemplando escenas como ésta: un grupo de vecinas sale a charlar y a tomar el fresquito (con sus mascarillas puestas y sus propias sillas) durante una tarde de verano en la calle de Pablo Rica de Puente de Vallecas. La imagen es del 15 de septiembre de 2020. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Para comprobar que Vallecas y los vallecanos tienen muchísimo que contar sólo hay que buscar y recrearse en la gran cantidad de libros que se han publicado y se siguen publicando sobre distintos aspectos de su Historia, así con mayúsculas. Acércate a cualquier librería de Vallecas y te informarán sobre las últimas novedades y te mostrarán una bibliografía tan amplia que te sorprenderás. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Son sólo ejemplos, y se podrían haber mencionado muchos más. Pero, por encima de todo, a los vallecanos les duele que Madrid permanezca indiferente ante su realidad, que no se la escuche de verdad, o que se la insulte tranquilamente desde barrios más afortunados en dinero y en bienes materiales, o que desde las instituciones se siga actuando como si Vallecas fuera la oveja negra de Madrid.
(*) En la imagen que abre esta información, histórica fotografía del Pleno del Ayuntamiento de Vallecas en el que se aprobó la anexión a Madrid. (© Foto: ARCHIVO SANTOS YUBERO / Vallecasweb.com)
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Comentarios (3)
José Luis Belinchón
Gracias Juan por darnos a conocer o recordarnos nuestra propia historia de manera tan constante.
Juan sin. Credo
AV Doña Carlota Numancia