29 Abril 2020
La calle Montseny como ejemplo de solidaridad vallecana
Historia de Vallecas
Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
De todos es sabido que Vallecas ha sido siempre ejemplo de solidaridad. Hoy mismo se puede apreciar en sus calles. Esta solidaridad es un valor histórico que se ha manifestado a lo largo del tiempo de múltiples modos. Un caso muy significativo lo constituye la calle Montseny, donde los famosos payasos Pompoff, Thedy y Emig; la enigmática, por poco conocida, Escuela de la Patata; el Colegio de la Asunción y, ahora, La Villana de Vallekas conforman variados ejemplos.
El trayecto de la calle Montseny va de la avenida de Peña Prieta a la calle Fernando Giráldez. Son alrededor de 700 metros. En la vía se mezclan las casitas bajas antiguas con edificios altos de nueva construcción, una combinación que hacer aflorar la Historia. Aunque, seguro, son muchos más los casos de solidaridad que ha conocido la calle, nos detenemos en cuatro muestras tan singulares como diferentes. Nuestro recorrido comienza en los primeros años veinte del siglo XX y finaliza en la época actual.
Los payasos Pompoff, Thedy y Emig
La saga de payasos más popular de España, la familia Aragón, residió en la calle Montseny, cuando se llamaba calle Teresa Llorente, desde 1922 hasta el final de la guerra civil. Se instalaron en un hotelito rural que encargaron construir en terrenos que ocuparían los números 8 y 10 de la arteria. La troupe la encabezaban los payasos Pompoff (José María Aragón), Thedy (Teodoro) y el mayor de todos, Emig (Emilio, que actuó con sus hermanos durante unos años y luego dirigió las funciones). Aunque eran naturales de Granada, procedían de Madrid, donde comenzaron su carrera, y se establecieron en Puente de Vallecas cuando ya gozaban de gran éxito.
Junto a estos tres “reyes del retruécano”, como los conocía en los años veinte la prensa, llegó de niño uno de los futuros “payasos de la tele”, Gaby, nacido en Madrid en 1920. En 1923, nació ya en la calle Montseny su hermano el popularísimo Fofó, mientras que Miliki lo hizo en 1929 en Carmona (Sevilla), donde residía la familia de su madre, aunque al igual que sus dos hermanos fue vecino de Puente de Vallecas hasta el final de la guerra. Los tres eran hijos de Emig y participaron en las funciones apenas aprendieron a andar. Otra hermana, Rocío, que había nacido en 1925, con el tiempo bailarina de flamenco y coreógrafa, solía también acompañar a la familia en escena, al igual que Nabucodonosorcito (José Aragón, hijo de Pompoff, que se afincó en la calle Hachero tras la guerra al casarse con una vallecana), Zampabollos (Emilio Aragón, hijo de Thedy) y otros miembros del clan; todos compartiendo domicilio.
La familia Aragón aprendía a cooperar con los demás en su propio seno; era una saga tan extensa que no les quedaba más remedio que tenerse muy en cuenta para convivir. De entrada, Pompoff, Thedy y Emig pertenecían a una generación de 15 hermanos. En noviembre de 1923, en la revista 'Madrid Cómico', decían que tenían una casita en Puente de Vallecas que ponían a disposición de los demás, “rogándoles que si van más de cuatro a visitarla, formen cola y no se peguen al entrar, pues habiendo compostura, todo puede arreglarse”. Miliki recordaría hacia 2004 las dos importantes ventajas de que disfrutaban en su hogar: tenían enfrente “campo abierto para jugar mil partidos de fútbol” y una fuente “de agua fresca y cristalina”.
Actuando en el Circo de Parish de Madrid, revista 'Mundo Gráfico ' del 29 de febrero de 1928. Pompoff, Thedy y Emig no sólo lograron reconocimiento en España, sino que alcanzaron un gran éxito internacional. (© Foto: J.J. MANCHA / Vallecasweb.com)
Recogiendo ya como estrellas sólo a Pompoff y Thedy calificándolos de “Reyes de la risa”, Emig dirigía las representaciones. Los hijos del trío solían actuar también. Revista 'Nuevo Mundo ', 14 de septiembre de 1928. (© Foto: J.J. MANCHA / Vallecasweb.com)
Placa de la calle del Payaso Fofó, frente al Estadio de Vallecas. La calle, llamada antes de los Monegros, estrenó su nueva denominación en homenaje al payaso vallecano el 25 de febrero de 1977. Alfonso Aragón 'Fofó ' nació en el municipio de Vallecas (aún no anexionado a Madrid), en la calle Montseny, el 8 de febrero de 1923.
Pompoff, Thedy y Emig fueron personas muy comprometidas con los demás y con Vallecas. Durante la guerra, cavaron —como tantos vallecanos— zanjas en torno a su casa para protegerse durante los bombardeos, y cuando se produjeron tiroteos por la zona, Thedy trasladó a heridos en su coche como si éste fuera una ambulancia. El propio Thedy dejó bien clara su manera de pensar y de proceder: “La guerra actual es sólo entre capital y trabajo. Y nosotros, que hemos vivido siempre del pueblo, estamos con los trabajadores. Las puertas de nuestra casa están abiertas para todos los antifascistas, y en nuestra mesa se sientan muchas personas necesitadas de la barriada”.
Los Aragón participaron en festivales durante los primeros meses de guerra para recaudar fondos en favor de la Segunda República. Varios de estos encuentros tuvieron que ver con Vallecas. El 4 de julio de 1936, actuaron en la sede de la Agrupación de Vallecas de la Juventud de Izquierda Republicana, destacando “la preciosísima Rocío Aragón”. El 29 de agosto, intervinieron en una corrida de toros en Las Ventas lidiando en plan humorístico un becerro. La recaudación obtenida fue para los hospitales de sangre de Puente de Vallecas. Y el 6 de septiembre, el conjunto de la familia artística participó en el cine Goya de Puente de Vallecas en un festival muy recordado por los vallecanos a beneficio de “los defensores de la libertad”, como resaltó la prensa.
La Escuela de la Patata
En los años treinta, hubo en la actual calle Montseny una señora que daba clases a los niños más pequeños alcanzando popularidad en Vallecas por cobrar su trabajo con una patata. Las clases las impartía en una humilde aula que había creado en una casa del número 3 de esta calle. La mujer, a la que Miliki recordaba como “La tía patata”, se llamaba Ana García Torralba. La miseria de la época, la falta de recursos y el amor a la docencia, la animaron a conformarse con un pago más que nada testimonial.
A Miliki, que realizaría sus primeros estudios en un centro escolar en esta mima calle, le llamaba la atención cómo “en la escuelita de La tía Patata” cantaban las tablas de sumar, restar y multiplicar los párvulos. El payaso reconoció haberlas aprendido por anticipado gracias a aquellos niños. Luego continuó sus estudios en Las Acacias, en el inicio de la calle del Pacífico, desde 1944 avenida de la Ciudad de Barcelona.
La Escuela de la Patata es todavía un misterioso mito en la fecunda historia de los centros educativos en Vallecas. Algunos la sitúan en los años cuarenta, otros en los cincuenta. A veces con la patata como trueque por las clases, y otras con la patata y un huevo. Fuere como fuere, la iniciativa representa una de las empresas más insólitas y solidarias de la enseñanza en Vallecas.
El Colegio de la Asunción
En los años cuarenta, religiosas del Colegio de la Asunción de la calle Velázquez acudían a Puente de Vallecas para enseñar a leer a niños y a impartir la catequesis en pleno campo. Como ellas, alumnas y exalumnas del centro llegaban como voluntarias, en colaboración con la Parroquia Dulce Nombre de María, de Doña Carlota, para entregar alimentos, ropa, canastillas de recién nacidos o juguetes con los que aliviar la pobreza que rodeaba a la población. En 1949, empezaron la alfabetización de adultos y las clases de cultura general para todos. En adelante, se simultanearía la labor social con la educación. Los lazos de las asuncionistas con la zona se estrecharon y el 2 de septiembre de 1955 inauguraron el Colegio de la Asunción de Vallecas en la calle Montseny número 25. El 26 de septiembre, comenzó la enseñanza con tres clases y 125 alumnas.
Alumnas y monjas del Colegio de la Asunción de Vallecas en la hora de la comida, que se servía el comedor del propio centro escolar. (© Foto: COLEGIO ASUNCIÓN VALLECAS / Vallecasweb.com)
Alumnas del Asunción Vallecas posan a la entrada del colegio en la calle Montseny. (© Foto: COLEGIO ASUNCIÓN VALLECAS / Vallecasweb.com)
Al iniciarse los años sesenta, el hambre de cultura de los vallecanos requería de espacios para desarrollarse. Con el apoyo, tácito o expreso, del Obispo Auxiliar Alberto Iniesta, en el cargo desde 1972, algunas parroquias y colegios cedieron gratuitamente sus instalaciones. Dos de los colegios religiosos que prestaron su salón de actos fueron el Raimundo Lulio, que más adelante, de 1978 a 1983, acogería a la compañía El Gayo Vallecano, y el Colegio de la Asunción de la calle Montseny, que permitió que lo utilizara la compañía teatral vallecana TBO (Teatro de Barrio Obrero), grupo que había comenzado su andadura en 1971 de la mano de, entre otros, el pintor Pedro Sánchez y José Luis Belinchón. En la cesión del segundo espacio jugó un papel fundamental la madre Felisa Llombert Erenas, asidua visitante junto a otras monjas de la casa de la calle Ocho número 28, de Palomeras Altas, donde se habían instalado tras pasar por el Cerro del Tío Pío la madre María Ángela y el padre Carlos Jiménez de Parga.
Las representaciones que la compañía teatral vallecana TBO realizó en el colegio contagiaron la afición por el teatro a alumnas y profesoras del centro escolar. En la imagen, una representación posterior con alumnas del Colegio de la Asunción de Vallecas. (© Foto: COLEGIO ASUNCIÓN VALLECAS / Vallecasweb.com)
El salón de actos sirvió a TBO como local de ensayo y de representaciones durante un tiempo. Algunas monjas profesoras del colegio se contagiaron del ambiente teatral y participaron en el desarrollo de las iniciativas. Hubo alumnas que formaron parte del elenco de actrices. También se celebraron en el local conciertos de música, otras funciones teatrales y festivales con fines meramente solidarios. Hoy el colegio de la Asunción es mixto y da clases a alumnos de casi cuarenta nacionalidades.
La Villana de Vallekas
Más allá de ideologías, La Villana de Vallekas es hoy uno de los centros más solidarios de Madrid. Nació en 2013, aunque su apertura de puertas oficial se produjo el 5 de abril de 2014. Tomó su nombre del título de la comedia del siglo XVII escrita por Tirso de Molina. Se encuentra en el número 35 de la calle Montseny, en un edificio antiguo restaurado de dos plantas. Cada una de ellas cuenta con cerca de cien metros cuadrados útiles. Posee, además, una bonita azotea que sirve, cuando el tiempo lo permite, para reuniones o fiestas.
Durante el presente estado de alarma, La Villana de Vallekas está siendo muy activa a la hora de ayudar al vecindario proporcionando alimentos y otros tipos de cuidados, formando parte de la gran iniciativa solidaria conjunta Somos Tribu VK. Su trabajo, como el de otros colectivos vallecanos, está siendo inmenso. Junto a la Asociación de Vecinos de Puente de Vallecas-San Diego y la cooperativa Vegiterránea ha creado una red de reparto de comida caliente y de cestas de alimentos para las familias que más lo necesitan.
Con la solidaridad como bandera, La Villana de Vallekas es un centro social autogestionado que funciona como lugar de encuentro vecinal tanto para la defensa de los derechos del barrio como para fomentar el desarrollo cultural, educativo y de ocio de las personas. Abierto a todo, en permanente crecimiento, es sede en la actualidad de colectivos o espacios como Orgullo Vallekano, la PAH Vallekas (Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Vallecas), Ambigú (cocina con mesas con tapas y platos de todo tipo, incluido comidas veganas y vegetarianas y cervezas artesanales y ecológicas), La Despensa Solidaria (con acciones de recogida de alimentos por justicia social), Grupo de apoyo a Yo sí Sanidad Universal, Clases de Castellano, Swing del Kas (grupo de baile del vecindario), La Escuelita (para apoyo escolar a niños y niñas), Grupos de consumo (con tres agrupaciones: Huerta de Hebra, Grupo de Consumo y Bahllekas) y Talleres (ahora mismo pilates, yoga, dibujo y pintura y comunicación vinculada).
Exterior del edificio de la Villana de Vallekas, situado en la calle Montseny nº 35. (© Foto: J.J. MANCHA / Vallecasweb.com)
Anagrama de la Escuela de las Periferias, iniciativa de la Villana de Vallekas. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
Uno de los últimos proyectos de La Villana de Vallekas es La Escuela de las Periferias - Nociones Comunes Vallekas, un espacio de autoformación vecinal para conocer la historia y el presente de las luchas en el barrio de Vallecas y en los barrios de la periferia madrileña. Su curso piloto, que empezó en enero de 2020, se ha visto interrumpido por el Covid-19, pero volverá a su quehacer en cuanto pueda, en principio tras concluir el verano. Ojalá el precioso y necesario empeño en profundizar en la historia y actualidad de Vallecas y de los barrios del cinturón madrileño fructifique en resultados debidamente registrados cara al futuro.
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■ Bibliografía: se han tomado datos sobre los payasos Pompoff, Thedy y Emig del libro 'Vallecas en la mirada de Alfonso: imágenes recuperadas (1921-1936) ', escrito por Uría Fernández y editado por Vallecas Todo Cultura en 2007. Sobre Miliki, se han recogido testimonios personales suyos publicados en el libro '50 x VK: Cincuenta por Vallecas', editado por la Junta Municipal del Distrito de Villa de Vallecas en 2004.
■ Agradecimientos: Celia Rodríguez Matilla, bibliotecaria del Colegio de la Asunción de Vallecas.
(*) En la imagen que abre esta información: Pompoff, Thedy y Emig con sus roles de actuación en una ilustración de la revista 'Nuevo Mundo' del 15 de mayo de 1922. (© Foto: J.J. MANCHA / Vallecasweb.com)
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Comentarios (4)
Juan sin. Credo
Magdalena Morales Valverde
Javier Iturgáiz
MIGUEL
La pena que me da que la familia nunca suele hablar ni del barrio ni de sus orígenes en Granada.
De hecho cuando he escuchado alguna vez que otra a Emilio Aragón hablar siempre habla de sus orígenes en Cuba creo no equivocarme.
Mi familia también es emigrante de Granada a Vallecas siempre han estado muy orgulloso del barrio nos criamos en la calle Albalate del Arzobispo al lado del colegio Raimundo Lulio.
Yo trabajé del aprendiz en un taller que antiguamente fue de Ángel Nieto . También no le escuche mucho hablar del barrio. Esto no quita de que fuesen grandes personas pero en mis tiempos se hablaba más de drogas, robos y atracos que de la cultura que proporcionaba el barrio.
Creo que ellos con su popularidad le hubieran dado otra visión, y no es una crítica. Gracias.