Antonio Luquero | Vallecasweb
Unas horas antes de que el Rayo visitara el Nou Camp para enfrentarse al FC Barcelona, unos amigos me pedían un pronóstico sobre el resultado del partido. Para su sorpresa, aseguré que el Rayo perdería por 7 a 0. Y digo “su sorpresa” porque imaginaban que les daría como predicción un 0-3, o que el Rayo daría la campanada venciendo aunque fuera por la mínima. Ya hubiera querido yo pero, desgraciadamente, aquello de que “fútbol es fútbol” pasó a mejor vida cuando equipos como el Rayo se enfrentan a los dos grandes, quedando las posibilidades de una “sorpresa” reducidas a prácticamente cero.

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Sorprenden sin embargo algunos titulares de la Prensa, como el que utiliza el diario El País para calificar la derrota de los de Jémez en el feudo culé: “Iniesta ilumina a un Barça de fábula”. Considerar “de fábula” al juego que practica una plantilla de 11 jugadores, cuyo valor en el mercado multiplica en más de 300 millones de euros el que pueda tener la plantilla franjirroja, es como si dijéramos que “Usain Bolt se pasea en la prueba de 100 metros” tras ganar “fabulosamente” a un grupo de niños de 3 años.

Tampoco se pierdan esta frase, para redondear el artículo: "El Rayo cae bien en el Camp Nou porque permite goles tan exquisitos como los que metió el Barça nada más comenzar el partido". Así, da gusto...

La vara con la que se mide el fútbol hoy en día y, lo que es peor aún, los parámetros que se utilizan para ello, son altamente injustos. En esta Liga de dieciocho en la que hay otros dos —que sumen veinte— a años luz del resto, no se puede ni se debe crucificar a quien dobla la rodilla ante quienes manejan un presupuesto que multiplica el tuyo por veinticinco, por mucho que lo diga Jémez o lo diga Perico el de los Palotes.

La estadística de los tres últimos campeonatos es demoledora. En los enfrentamientos Rayo-Barça de ida y vuelta —en total seis— de las tres últimas temporadas, el Rayo ha recibido 29 goles y ha hecho solamente 1. Evidentemente no ha ganado ningún partido, ni tampoco lo ha empatado: seis encuentros, seis derrotas, a una media de 4´8 goles encajados por partido, y con un promedio “goleador” a favor de los de la Avenida de la Albufera de 0´166666 goles por partido. A este ritmo, el Rayo conseguiría meter un gol en uno de cada seis enfrentamientos Rayo-Barça.

Sigamos pensando, pues, que estos resultados son producto de “la casualidad”, y no de que uno de los equipos maneja un presupuesto bestial y el otro… el otro casi no tiene ni presupuesto.

Sí estoy de acuerdo con Jémez en que nuestra Liga llega ahora, y que los seis puntos frente a Sevilla y Valencia dirán mucho sobre cómo enfrentará el Rayo la recta final del campeonato. Los 8.000 ó 9.000 “de siempre” seguirán “en vivo y en directo” los avatares de una plantilla cuyo principal hándicap es su paupérrimo presupuesto, pagando su entrada o su abono a toca teja. Y de los “piratas” ni hablamos; en Vallecas no los busquen en el fondo, aunque algunos se hagan llamar “Bukaneros” y terminen cantando “La Vida Pirata”.

Los piratas, los ladrones, los que se están cargando nuestro fútbol —por mucho que nos hayan hecho ver la pasada semana con una “campaña” contra el pirateo del fútbol—, no están dentro de los estadios, ni siquiera fuera de ellos. Tal vez los verdaderos piratas, quienes permiten que haya equipos que sigan teniendo unos ingresos tan pobres pese a los derechos televisivos y otros —dos— sobrepasen todo lo inimaginable, estén escondidos y agazapados en algún despacho. Mientras tanto “Iniesta ilumina a un Barça de fábula”. Así cualquiera…

(*) En la imagen que abre esta información, Leo Messi responde a los periodistas tras enfrentarse al Rayo Vallecano. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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