29 Febrero 2016

Manucho dos punto cero

Publicado en Deportes

Rayolandia | Real Betis 2 – Rayo Vallecano 2

Eduardo Cornago | Vallecasweb
Betis y Rayo empataron a dos en el Benito Villamarín y se escapan tímidamente de los puestos de descenso. Vallecasweb vivió el gélido encuentro al pie de la trinchera: a ras de césped. Hacíamos las maletas el pasado viernes y viajábamos a Sevilla para ver como el Rayo seguía invicto tras seis encuentros sin perder. La Giralda, la Plaza de Toros y la Torre del Oro iban a pasar a un segundo plano porque la ocasión no se prestaba para hacer turismo. La bufanda y la bandera no podían faltar en el equipaje que los rayistas estaban dispuestos a lucir por las pequeñas callejuelas de Sevilla.

No sólo el Guadalquivir divide en dos esta ciudad. Los dos ‘mundos’ completamente antagónicos se notan a cada paso que das: Sevilla CF y Real Betis Balompié. No hay más. En una zona los rayistas son tratados con afabilidad: fotografías, largas charlas amigables y muchas risas. En cambio, el lado más ‘oscuro’ de la ciudad reside a las afueras. El partido, catalogado como ‘clásico de equipos humildes’, propicia un clima de rechazo en los béticos al ver una franja roja. Pocos eran los que saludaban amigablemente a los hinchas del Rayo y les deseaban un buen partido.

El frío viento que congelaba el Sur de Andalucía era una señal de que algo raro se venía nos encima. Incluso antes del pitido inicial, dos gatos negros saltaban al terreno de juego y hacían las delicias del público.

Con los jugadores entrando al césped, el Benito Villamarín estalló con 25.000 almas cantando al unísono el himno del Betis como si no fuera a haber mañana. Y el cántico debió ser efectivo, porque apenas sin darse cuenta el Rayo encajaba dos goles y se antojaba impensable darle la vuelta como ya sucediera hace una semana en Vallecas con los vecinos del Sánchez Pizjuán. El reloj avanzaba y lo mejor que le podía venir al Rayo era el descanso, intentando en lo posible que el 2-0 obra de Rubén Castro no creciera más.

Aunque dos gatos negros se cruzaron en nuestro camino antes del inicio del partido, no pudieron evitar la remontada de los de Vallecas. (© Foto: E. CORNAGO / Vallecasweb.com)

Paco Jémez responde a Vallecasweb en la sala de prensa del Villamarín. (© Foto: E. CORNAGO / Vallecasweb.com)

No sé qué pasaría en el descanso, pero es fácil de imaginar. La ‘jemecina’ iba a hacer efecto nada más comenzar la segunda parte tras un recital de cambios y estrategias de ‘nivel mundial’. A esto, hay que añadirle un par de ‘güebos’ del tamaño un camión que se explican si retrocedemos un par de horas antes…

Justo entonces, el autobús del Rayo llegaba a los aledaños del estadio bético bajo una descomunal pitada. Los jugadores, uno a uno, iban entrando por la puerta de acceso. Todo era ‘normal’ hasta que bajó Manucho. El angoleño era recibido bajo una nube de insultos y calificativos poco cariñosos, lo que propició que éste destinase un gesto bastante llamativo a la afición bética: torso abajo, manos arriba y pierna izquierda levantada, toda una premonición. Había nacido Manucho dos punto cero.

Manucho tiró de piernas —y ‘güebos’— para dar la vuelta al partido nada más iniciarse la segunda mitad, sustituyendo a Miku. Logró los dos goles del Rayo. Y volvió a levantar la pierna, en esta ocasión para batir a Adán con una espectacular chilena. Eso es lo que nos estaba intentando decir… Que la iba a liar.

El Betis, pese a estrellar un balón contra la cruceta, no fue capaz de llevarse una victoria que tenía en el bolsillo desde el primer acto. En tan sólo dos semanas, Sevilla entera había sufrido el ‘efecto Jémez’. Así es imposible hacer amigos en esta ciudad. ¿Continuará la racha frente al FC Barcelona en Vallecas?

(*) En la imagen que abre esta información, los contados aficionados del Rayo Vallecano pudieron disfrutar del empate del equipo en el Benito Villamarín. (© Foto: E. CORNAGO / Vallecasweb.com)