Eduardo Cornago | Vallecasweb
Acostumbrados a recibir durante cinco temporadas consecutivas a los mejores equipos de España, Vallecas tiene que adaptarse a la Segunda División. De esta manera se dice adiós a una permanencia obrada sobre la bocina, una octava plaza que no nos llevó a Europa por motivos burocráticos y al prematuro descenso 'milagrosamente' obrado en Anoeta. Con Peñalva en el cielo, a quien se rindió homenaje antes del encuentro, empezó una nueva era en el que esperamos sea el fortín vallecano, donde solamente se busca el 'asalto hacia la Primera División'. 

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8.095 fueron los 'guerreros' que se sumaron a la batalla desde la grada y vieron cómo un césped más verde de lo habitual fue incapaz de ocultar las cavidades que albergaba en su interior. Pero vayamos a lo que realmente nos interesa: el fútbol. Ni siquiera las ricas pipas que vende el chino de la Avenida de la Albufera pudieron entretener a los aficionados durante el primer tiempo. La buena noticia es que el equipo supo reaccionar en el segundo tiempo gracias, en mayor parte, a las constantes internadas del recién ingresado al terreno de juego Álex Moreno y a la siempre decisiva pausa de Trashorras. El ¡Uyyy! hizo retumbar el estadio cuando Becerra atajó un señor cabezazo de Ebert.

Sandoval se decantó por una alineación muy similar a la mostrada en Elche. Las grandes novedades fueron Toño en portería y Lass en perfil diestro. (© Foto: MARÍA OLMO / Vallecasweb.com)


El terreno de juego no estuvo en buenas condiciones. Tanto los socavones como la facilidad para levantarse parecen indicar que debería ser 'más mimado' durante esta temporada. (© Foto: MARÍA OLMO / Vallecasweb.com)

El capitán, con contrato hasta 2020, fue de lo más destacado del equipo durante los 90 minutos de partido. (© Foto: MARÍA OLMO / Vallecasweb.com)


Sandoval y Herrera se fundieron en un caluroso abrazo antes de empezar el encuentro y se desearon suerte. (© Foto: MARÍA OLMO / Vallecasweb.com)

Pero ni el resultado, ni el césped, ni siquiera los 8.095 guerreros pudieron empañar al verdadero protagonista de la noche: Don Toño Martínez. Casi trescientos días después, el guardameta franjirrojo salió de Vallecas emocionado y por la puerta grande. No cortó orejas, pero sí hizo un gran paradón a la antigua usanza. Rodeado de los suyos, con gimoteo en la pupila y dando las gracias a cualquiera que estuviese por la calle, abandonó el Estadio de Vallecas como un auténtico héroe. El Rayo contó con un seguro en la portería, pero la faltó alguien que metiese los goles…y ese no es otro que el mítico jugador Manuel Peñalva, recientemente fallecido, que desde el cielo no pudo empujar la pelota para que el Rayo le pudiera brindar una victoria póstuma.

(*) En la imagen que abre esta información, los jugadores de ambos equipos guardan un minuto de silencio en memoria de Manuel Peñalva. (© Foto: MARÍA OLMO / Vallecasweb.com)

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