Antonio Luquero | Vallecasweb
El Rayo Vallecano volvió a tirar de épica para sacar adelante un partido en el que los de Jémez sufrieron una monumental ‘pájara’ en los primeros 20 minutos. Tras dos cambios ofensivos que parecían abocar a los vallecanos al suicidio, el Rayo supo igualar los dos goles en contra y pudo incluso haberse llevado el partido.

Fútbol, lo que se dice fútbol, no se puede asegurar que se vea en cada partido de los que se disputan en Vallecas. Ahora bien, emoción, lo que se dice emoción y el vivir con el corazón en un puño a cada jugada, eso está más que asegurado. Muestras de lo dicho hay muchas a lo largo de la temporada, la más reciente en el último encuentro vivido en Vallecas frente al Sevilla CF.

El Rayo, al que algunos daban por desahuciado hace poco más de un mes, atesora cinco encuentros consecutivos sin perder. Y digo “atesora” porque para el Rayo no perder es todo un lujo, viendo cómo se desarrollan los partidos. Sin ir más lejos, en el último, los de Jémez ya encajaron dos goles en menos de veinte minutos. N'Zonzi e Iborra volvieron a restregar la cara a la franja demostrando lo barato que resulta hacerle un gol al Rayo, y lo difícil que le resulta remontar partidos.

Con el 0-2, Paco dejó de ser políticamente correcto y mandó al banquillo a Nacho y Baena, aunque en entrenador dejó claro en rueda de Prensa que para nada eran culpables de lo que acababa de acontecer: “Necesitaba cambiar el ritmo del partido y les tocó a ellos como les pudo tocar a otros”.

Embarba y Manucho, los dos hombres elegidos para coser el roto, le dieron al Rayo un talante más atacante, pero con el peligro añadido de dejar la defensa más desprotegida y los corazones de los aficionados al borde del infarto de miocardio.

Embarba envía un balón al área en presencia de Vitolo y Coke. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Banega y Zé Castro luchan por un balón. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Trashorras ejecuta una falta sobre la portería de Sergio Rico. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Coke Andújar se encuentra entre los exjugadores del Rayo que más respeto sigue despertando en Vallecas. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

La entrega de los jugadores de Jémez durante todo el partido fue reconocida por los aficionados rayistas. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Manucho, a tres minutos del descanso, se 'lanzaba con todo' y ponía el 1-2 en el marcador. El momento perfecto para pensar en la remontada y con el tiempo justo para llegar al descanso sin posibilidad de reacción de los de Emery.

La segunda mitad fue más del Rayo, que tras entonar el mea culpa en defensa se fue más al ataque. El empate llegaría en el ’61 con un Miku poseído del don de la ubicuidad —o está en todas partes, o realmente lo parece—. El propio Paco Jémez reconocería al finalizar el partido que el venezolano llegó desmayado al vestuario: “Incluso le he pedido al médico que le hiciera una foto, para que quedara constancia de cómo se ha vaciado en el terreno de juego”.

El empate final supo a poco, o a mucho, según se mire, pero sigue colocando al Rayo fuera de los puestos de descenso. Los agoreros que dieron al equipo por muerto siguen sin entender que este Rayo es tan especial como imprevisible, una especie de aviso a navegantes de que el mejor Rayo está por llegar.

LA AFICIÓN GANÓ POR GOLEADA
Los hinchas del Rayo Vallecano volvieron a demostrar lo que es capaz de hacer una afición de un equipo ‘perdedor’. El 0-2 en contra que lució en el marcador durante varios minutos no aminoró el ánimo de unos hinchas que abrieron el partido con un monumental tifo del que les dejamos constancia gráfica. Durante todo el encuentro, incluso con el resultado en contra y el Rayo haciendo ‘aguas’ en defensa, no se oyeron pitos ni reproches a los futbolistas.

Mosaico en el fondo de Vallecas; la imagen lo dice todo. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Recordemos que en tiempos no muy lejanos —el mes pasado, sin ir más lejos— los silbidos al mal juego del equipo se oían claramente mientras Bukaneros mantenían el silencio atronador de su huelga de animación. Acabada la protesta, estos disconformes siguen pitando igual que antes y como lo han hecho siempre, pero ya no se les oye.

Ahora, con Bukaneros remando a favor —que para eso son los únicos que tienen barco— todo parece haber vuelto a la normalidad. Lástima de tiempo perdido...

(*) En la imagen que abre esta información, Manucho se tiró 'con todo' y logró poner el 1-2 en el marcador antes del descanso. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)
 

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