Antonio Luquero | Vallecasweb
El Rayo rompió su histórica racha de cinco victorias consecutivas en Vallecas al caer derrotado, por 0-3, frente al Athletic de Bilbao. La necesidad de victoria de los de Valverde para asegurarse un puesto la próxima temporada en la previa de la Champions, pudo ante la actitud pasiva de un Rayo acomodado tras lograr mantenerse, un año más, en Primera División.

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Vallecas fue una fiesta desde primeras horas de la mañana, fiesta rojiblanca, por supuesto, y lo fue hasta altas horas de la madrugada. La llegada de aficionados bilbaínos fue masiva, una vez más, y pugnó por hacerse oír más fuerte aún si cabe que los propios hinchas locales.

En lo deportivo, el partido no tuvo apenas historia. Tedioso en los primeros compases con ambos equipos intentando hacerse con el control en el centro del campo, prevaleció finalmente el bien hacer a balón parado de los visitantes en las jugadas a balón parado. En dos de ellas, de córner, San José y De Marcos, de manera casi consecutiva, ponían el 0-2 en el marcador y a cada uno en su sitio. Al Rayo celebrando la permanencia y a los de Valverde cerca, muy cerca, de su objetivo de colarse en la Champions. Ander Herrera, ya en la segunda mitad, establecería el 0-3 definitivo al transformar una falta directa.

El encuentro, que el Athletic resolvió con relativa facilidad sobre el terreno de juego, tuvo algunas cosas más dignas de reseñar. De inicio, el monumental tifo que la afición del Rayo tenía preparado antes de comenzar el partido. En esta ocasión, el premio no se lo llevó ninguna pancarta ocurrente, sino el lanzamiento masivo de papel sobre el área de Iraizoz. A la caída de numerosos rollos de papel higiénico acompañó un buen número de trocitos de papel que, a modo de alfombra, hicieron desaparecer el césped y las rayas que delimitan el área y la línea de gol.

La llegada masiva de aficionados del Athletic de Bilbao siempre es un espectáculo en Vallecas, aunque provoca incomodidades a los abonados del Rayo Vallecano. (© Foto: HÉCTOR SÁNCHEZ / RayoHerald.com)

Cuanto más se pedía a los aficionados que dejaran de arrojar papel, más caía, como si la “máquina” de fabricar papelitos hubiera quedado sin control. Así durante 15 minutos en los que el árbitro amenazó con suspender una fiesta que ni siquiera había llegado a comenzar. Porque la fiesta estaba en la grada, y en la grada también se manifestaba el cabreo de algunos aficionados del Rayo Vallecano.

Pese a ser la hinchada del Athletic una afición amiga, su llegada masiva no deja de provocar algunos inconvenientes al abonado del Club de Vallecas. La falta de acomodadores y la ausencia de un riguroso control sobre quién se sienta y dónde se sienta, propició que algunos plantaran sus posaderas donde no debían mientras que otros, que ya pagaron su abono en los tórridos días de agosto, tuvieron que buscarse la vida para encontrar una alternativa a su asiento de toda la temporada.

Por último, la caída de una valla durante la celebración del segundo gol visitante, puso de nuevo en evidencia que la instalación deportiva vallecana necesita de una profunda revisión, y que es preciso tomar medidas para que esto no vuelva a suceder. Pese a todo, y pese a la derrota, Vallecas certificó que es de Primera y la propia afición del Athletic así lo reconoció con cánticos de apoyo al conjunto de Paco Jémez.

(*) En la imagen, los jugadores del Rayo posan para la foto mientras los papelitos empiezan a “engullir” el fondo del Estadio. (© Foto: HÉCTOR SÁNCHEZ / RayoHerald.com)

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