11 Enero 2015

¡Alerta: rayista a la vista!

Publicado en Deportes

El aficionado al fútbol, bajo sospecha

Antonio Luquero | Vallecasweb
Acudir al fútbol se está convirtiendo en un deporte de alto riesgo. De riesgo en el sentido de que cada vez corres más peligro de que no te dejen pasar a ver un partido para el que acabas de sacar la entrada, o tienes un abono de temporada.

Lo sucedido en los últimos días tras la conminación a Bukaneros para que desalojen de materiales el local que tenían habilitado en el propio Estadio de Vallecas tiene varias lecturas.

Por una parte, resulta llamativo la manía que tenemos en este país a magnificarlo todo. Así, si muere un niño con un juguete defectuoso comprado en una tienda de importación, se cierran todas las tiendas de importación del país; si se cae una cornisa de una terraza en Villa Arriba, se prohíben todas las cornisas de España; si aparecen cuatro “chorizos” que todo lo roban, todos somos sospechosos de ser también “chorizos” como ellos. Y así con todo…

No les voy a contar ahora lo que sucedió hace varias semanas en un Atleti-Depor ni las terribles consecuencias que tuvo. Aquello no se puede volver a repetir, pero los efectos secundarios que tamaña tragedia están teniendo para el aficionado al fútbol parecen diseñados por el despacho de agentes de Mortadelo y Filemón, la TIA, en un día malo.

Las medidas contra los hinchas radicales han venido acompañadas de otras la mar de extravagantes, hasta tal punto que atentan contra la libertad de expresión. Ni los propios jefes de seguridad de los estadios saben a ciencia cierta quién o quiénes determinarán los contenidos apropiados o no de las pancartas, ni si determinada expresión es o no constitutiva de “delito”; ojo: constitutiva de delito. Queda todo, pues, al arbitrio de autoridades de las que me van a permitir dude de su capacitación oral y escrita. ¿Tienen título universitario y son licenciados en Filología y Letras?, ¿consultarán el contenido de cada pancarta o cada cántico a la Real Academia Española de la Lengua?, ¿a la Fundéu?, ¿a su abuela?

A Bukaneros les han obligado a sacar sus banderas, mástiles, pancartas, bombos, “platillos” y hasta el micrófono, porque no pueden estar ahí. Queda por ver si “no pueden estar ahí”, pero se pueden volver a meter en cada partido y por lo tanto son “legales”, o si ya no se podrán exhibir jamás, decisión que intuimos decidirá algún “jefe” especialista en banderas, mástiles, pancartas, bombos, “platillos” y micrófonos.

Tampoco sabemos si las bufandas con el —por ejemplo— lema “Antimadridistas” serán constitutivas de delito y te las podrán quitar cuando las muestres desde tu lateral en el bufandeo del minuto 24, y si por ello te podrán echar del estadio o pegarte un multón de 6.000 euros y prohibición de volver a pisar un campo de fútbol en tu vida. O si es violento llamar “¡malo!” desde la grada al asistente del árbitro, como hizo Messi sobre el terreno de juego la pasada semana a un linier que parecía tenerle “tirria”. ¿Puede Messi llamarle “¡malo!” y tú no? De la misma manera, ¿podrán echarte de un partido de baloncesto por llamar “sinvergüenza” a un jugador? ¿Y por llamárselo a un torero que se juega la vida en Las Ventas? Esto se llama igualdad de oportunidades, pero quien sabe…

Las medidas antiviolencia se muestran tan improvisadas, aleatorias, etéreas, incoloras, “insaboras” e insípidas, que no hay por donde cogerlas. Empezando porque si en algún estadio hay alguna persona o personas que incumplen la norma, deberán ser expulsadas con nombres y apellidos por hechos concretos y demostrados, pero no “en masa” y a lo loco, como si fueran borregos, y coartando de antemano su libertad de expresión, oral y escrita. La legislación deportiva deberá adaptarse a las leyes vigentes en nuestros códigos Civil y Penal, pero no al revés.

El Rayo juega este lunes un partido a las 20:45 horas, una hora “perfecta” para llenar un estadio de fútbol. Un encuentro en lunes a las nueve de la noche ¿no incita a que los aficionados terminen por odiar el fútbol y todo el tejemaneje económico que lo mueve?

Puede ser, ¡pero cuidado!, porque odiar algo o a alguien también puede ser motivo de sanción, aunque haya sido de palabra, obra u omisión. O no, quién sabe. De momento, que sepas que eres sospechoso

(*) En la imagen que abre esta información, a este ritmo los aficionados terminarán exhibiendo su certificado de penales en lugar de una triste bufanda. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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