Antonio Luquero | Vallecasweb
El Rayo Vallecano se ha vuelto a enganchar a la Liga y lo ha hecho en poco más de una semana. Dos victorias consecutivas ante dos rivales duros de roer como Valencia y Real Sociedad colocan a los de Jémez en un lugar envidiable para intentar la proeza de mantener al equipo en Primera División.

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No ganaban los de Jémez dos partidos seguidos esta temporada desde las jornadas 8 y 9, cuando derrotaron precisamente a la Real Sociedad en Vallecas y al Almería a domicilio. Antes, habían encadenado seis derrotas consecutivas frente a Levante y FC Barcelona en Vallecas, y At. Madrid, Málaga, Sevilla y Valencia a domicilio.

Lo sucedido anoche en Anoeta es para enmarcar. Todas las desgracias habidas y por haber, aquellas que se han venido conjurando contra el Rayo Vallecano a lo largo de toda la temporada, se esfumaron como por arte de magia. De libro es que al Rayo le metan un gol en el minuto 1 en jugada a balón parado, y de libro es que le rompan el empate justamente en el minuto 45 de la primera mitad, cuando mejor estaban jugando los de Paco Jémez. Al Rayo, la Real le hizo dos rotos en los peores minutos del partido, aquellos en los que es más fácil que la moral se te quede por los suelos.

Sin embargo, algo le debió pasar al Rayo en Anoeta porque tras encajar el primer revés en la primera jugada del encuentro, supo reponerse en el minuto 3 gracias a un penalti clarísimo sobre Larrivey que el argentino se atrevió en lanzar para establecer el 1-1. La “posesión-posesión-posesión” tan habitual en los planteamientos de Jémez se vio reforzada en esta ocasión por una defensa rocosa formada por Gálvez y Ze Castro, y la impagable ayuda del rumano Rat, dueño y señor de la banda izquierda tanto atrás como en posiciones más adelantadas. Hasta el “discutido” Arbilla brilló con luz propia en un partido en el que el Rayo actuó como una piña en la que todos atacaban, todos defendían y todos presionaban, sin fisuras.

Mención especial merece el trabajo de Rubén Rochina. El valenciano, tal vez el jugador de la plantilla actual con más pinta de “futbolista”, se permitió mandar y templar en el centro del campo, ayudado por Bueno, distribuyendo y repartiendo juego ante un centro del campo donostiarra completamente desbordado. De Bueno fue el gol que en el minuto 1 de la segunda parte ponía las tablas 2-2 en el marcador, y de Rochina el magnífico y escorado disparo que lejos de las manos de Zubikarai establecería el definitivo y más que justo resultado de 2-3.

La máquina de Jémez, con casi 20 jugadores nuevos esta temporada, parece empezar a funcionar. Ya era hora, aunque es justo reconocer que no debe ser fácil engranar un grupo de jugadores nuevo temporada tras temporada. La “flauta” que sonó la pasada campaña, evidentemente no va a sonar todos los años.

La victoria llevó la euforia al vestuario del Rayo Vallecano, pero eso es lo de menos. Lo importante es la inmensa, inmensísima alegría de la treintena de aficionados que tuvieron los santos “reales” de meterse 1.000 kilómetros entre pecho y espalda para acompañar al equipo en un desplazamiento relámpago de esos que meten miedo. La victoria es para ellos y para los muchos aficionados al fútbol que presenciaron el partido anoche por televisión, que habrán comprendido que hay algo más en esta vida que ver las galopadas de Cristiano por el Bernabéu, o las últimas vomitonas de Messi por esos campos patrios.

El encuentro televisado fue visto por 1.199.000 espectadores. Para que un número similar de aficionados pudieran presenciar en directo al Rayo en el Estadio de Vallecas, sería preciso disputar 120 partidos como locales, con una media de asistentes de 10.000 espectadores por encuentro. Es decir: pasarían más de 6 años y aún no llegaríamos a la cifra millonaria. La tele, pues, llega a más gente en las casas, pero se carga al aficionado tradicional que tiene que ver los partidos un lunes por la noche. Vamos, la eterna disputa de siempre…

(*) En la imagen, Rubén Rochina se está confirmando como uno de los jugadores más importantes de esta fase final del Campeonato. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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