27 Agosto 2014

Toneladas de basura se acumulan en las inmediaciones del Hospital Infanta Leonor

Publicado en Reportajes

Un demoledor paseo por la Gran Vía del Este

Antonio Luquero | Vallecasweb
Si entre los vecinos del distrito hiciéramos una encuesta sobre el lugar de Vallecas que más basuras “atesora”, sin duda el campeón de campeones, el vencedor de los desperdicios, sería el acceso al Hospital Universitario Infanta Leonor. Las inmediaciones del centro hospitalario presentan un aspecto tan insalubre, descuidado y deplorable, que son un buen ejemplo de todo lo que no se debe hacer respecto al mantenimiento y cuidado de espacios y mobiliario públicos.

Se accede al Hospital Infanta Leonor por la Gran Vía del Este, nombre realmente rimbombante para algo que recuerda más al oeste, pero al Oeste Americano, ese en el que las plantas rodadoras propias de las zonas desérticas se cruzan en tu camino.

La Gran Vía del Este es algo así como un camino al despropósito, salvo porque conduce a un servicio público de máxima prioridad como es el Hospital Infanta Leonor. En esta vía de gran capacidad nada funciona, y cuando decimos nada, es nada. Tampoco la iluminación nocturna.

Vallecasweb hizo este recorrido a pie en dos ocasiones, en dirección al Hospital, en días y horarios diferentes. Comenzamos la primera de las rutas por el lado derecho de la vía; salimos del Metro en Sierra de Guadalupe y giramos a la derecha junto al cantón de limpiezas, donde se guardan los camiones de la basura, máquinas barredoras y un taller que repara las “cubas-contenedor” donde van a parar los desperdicios.

Junto a nosotros camina una pareja de mediana edad, con pasitos cortos, rápidos, y aspecto poco saludable: parece que llegan tarde. Su conversación es atropellada y metida en una discusión ininteligible que termina cuando ambos, chica y chico, giran repentinamente a la derecha campo a través en dirección a las vías del tren, sorteando un montículo de tierra. Son toxicómanos, y tras subir por una montaña de basura se pierden en el horizonte. Un estrecho caminito nos da a entender que más gente se introduce por esa vereda que conduce a ninguna parte, a un escondite donde meterse un mal “pico”. Menudo arranque para un trayecto que lleva a un hospital…

La Gran Vía del Este es una calle como Dios manda, con tres carriles por sentido y una mediana “preciosa”, llena de matojos y decorada con basura por doquier. Una simple flor, plantada allí, moriría de tristeza en dos minutos. Este es un lugar para cardos, no para flores, nada de sentimentalismos.

Jalonan el paseo dos enormes rotondas, que llegan a convertirse en tres y hasta en cuatro conforme nos acercamos al Hospital. A la zona le faltarán muchas cosas, pero le sobran rotondas. Pasada la primera de ellas, y tras haber salvado basura y más basura de todos los colores y tamaños, llegamos por la acera a algo que parece ser un espacio destinado a mantener la salud de los vecinos.

Así lo indican una serie de aparatos metálicos —en origen de color amarillo— pero ahora acariciados por el marrón del óxido, que a duras penas permanecen en pie rodeados de vegetación. Es importante no olvidar el machete y el equipo de supervivencia si se quiere acceder a ellos, porque la vegetación, a veces selvática, no facilita el uso.

Allí languidecen un aparato con un volante para fortalecer las muñecas, balancines para endurecer los glúteos y unos pedales para preparar las piernas para la San Silvestre Vallecana... Dos bancos roñosos y con las tablas arrancadas y una papelera tirada por los suelos “embellecen” el entorno; no son fáciles de localizar y es complicado acceder a ellos, sobre todo a la papelera, pues alguna “aviesa” zarza está dispuesta a rasgarnos los pantalones. Pero no hay que preocuparse, la vegetación es así: bella, agreste, salvaje... Lástima esos cristales rotos, esa basura y la mierda, que desmerecen un poco este entorno idílico… Por lo demás, “todo perfecto”.

Junto al talud que protege de las vías del tren emergen de entre la vegetación unos aparatos destinados a mantener nuestra integridad física. Si desean mantenerla de verdad, ni se les ocurra acercarse a ellos. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Junto al talud que protege de las vías del tren, emergen de entre la vegetación unos aparatos destinados a mantener nuestra integridad física. Si desean mantenerla de verdad, ni se les ocurra acercarse a ellos. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Curioso aparato especial para aizkolaris. Para hacer ejercicio es preciso levantarlo y soltarlo como quien no quiere la cosa; totalmente desaconsejado para personas sensibles. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Curioso aparato especial para aizkolaris. Para hacer ejercicio es preciso levantarlo y soltarlo como quien no quiere la cosa. Totalmente desaconsejado para personas flojas o con escaso espíritu deportivo. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

¿Quién no ha soñado alguna vez con ver un amanecer mirando al Cerro Almodóvar en este idílico entorno? Dispone de todos los servicios. A la derecha, un camión de la basura procedente del cantón de limpiezas situado doscientos metros más abajo “pasa de largo”. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)¿Quién no ha soñado alguna vez con ver amanecer mirando al Cerro Almodóvar en un entorno "idílico" como éste? Dispone de "todos los servicios" —la papelera algo caída, eso sí—. A la derecha, un camión de la basura procedente del cantón de limpiezas —situado doscientos metros más abajo— “pasando de largo”. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Si la ubicación del banco que les ofrecimos en la foto anterior no les parece adecuada, a ver qué les parece ésta. Con sus retamitas, su papelera tirada a los pies, su soporte arrancado de cuajo. Lo malo no es llegar a él, lo difícil es salir de ahí. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Si la ubicación del banco que les mostrábamos en la foto anterior no les pareció adecuada, a ver qué opinan de ésta. Con sus "retamitas", su papelera tirada a los pies con su soporte arrancado de cuajo. Lo malo no es llegar a él, lo difícil es salir de ahí. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Un diez para quien decidió “camuflar” los bancos, resulta verdaderamente difícil encontrarlos. A este pobre le falta el respaldo, pero tiene para sentarse por lo que cumple su función “perfectamente”. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Un "diez" para quien decidió “camuflar” los bancos de la Gran Vía del Este; resulta verdaderamente difícil encontrarlos. A este pobre le falta el respaldo, pero tiene para sentarse, por lo que cumple su función “perfectamente”. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Volvemos a la acera, el único punto medianamente transitable y sin peligro de que pillemos el tétanos, aunque unos metros más adelante se nos cae el alma a los pies. Es feo que se nos caiga algo al suelo y no podamos recogerlo, pero al fin y al cabo es el alma, y no se notará mucho entre tanta y tanta basura; un desperdicio más, como tantos otros.

Llegamos a un parque infantil, ¿no lo creen? Sí, junto a un talud de la vía, en mitad del desierto de Arizona, ahí, a más de trescientos metros del hospital y por un sitio por el que no pasaría un niño en la vida, alguien decidió que era el lugar perfecto para que los más pequeños —¡pobrecillos!— pasaran un buen rato en los columpios.

La idea puede parecer descabellada, pero a veces los niños nos piden ir tan lejos… Lo malo es que el parquecito, no lo van a creer, parece diseñado por Herodes. Una “protectora” valla de colores nos indica que ahí hay un parque, gracias a ella los niños no se pueden escapar, ¡con el peligro que eso tiene! Menos mal que la valla también impide acceder. Bueno, la valla y la agreste vegetación que circunda el recinto, propia de la selva del Amazonas. Les aseguro que el hijo de Indiana Jones tendría serios problemas para llegar al columpio, incluso acompañado de su padre. De todas formas no se pierden nada, de los columpios no quedan ni las cadenas...

Llegamos al parque infantil. ¿A que dan ganas de “echarse” unos columpios? Afortunadamente, una valla reforzada por la exhuberante maleza impide que a cualquier niño se le ocurra entrar ahí. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Llegamos al parque infantil. ¿A que dan ganas de “echarse” unos columpios? Afortunadamente, una valla reforzada por la exuberante maleza impide que a cualquier niño se le ocurra entrar ahí. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

¿Se imaginan a sus hijos subiendo por este tobogán? Dan ganas de salir corriendo… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)¿Se imaginan a sus hijos subiendo por este tobogán? Dan ganas de salir corriendo… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Analicemos con detenimiento esta foto, porque no tiene “desperdicio”. Bueno, es un decir… Al fondo pueden apreciar parte de la valla del “apetecible” parque infantil, y los palos de unas farolas que por supuesto no funcionan ni funcionarán en la vida. Pero quiero llamar su atención sobre lo que tenemos en primer plano. Junto a los soportes metálicos de lo que fue un banco —algo parecido a los esqueletos de los dinosaurios cuando llegan los paleontólogos— destaca la imagen erguida y orgullosa de esa papelera ¡¡¡que está en pie!!! Y no sólo está en pie, sino que algún cívico ciudadano, desafiando a la maleza, tuvo la osadía de dejar en ella una bolsa de basura. ¡Pero por favor, que identifiquen a ese ciudadano y le pongan una calle en Vallecas! (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Analicemos con detenimiento esta foto, porque no tiene “desperdicio”. Bueno, es un decir… Al fondo pueden apreciar parte de la valla del “apetecible” parque infantil, y los palos de unas farolas que por supuesto no funcionan ni funcionarán en la vida. Pero quiero llamar su atención sobre lo que tenemos en primer plano. Junto a los soportes metálicos de lo que fue un banco —algo parecido a los esqueletos de los dinosaurios cuando llegan los paleontólogos— destaca la imagen erguida y orgullosa de esa papelera ¡¡¡que está en pie!!! Y no sólo está en pie, sino que algún cívico ciudadano, desafiando a la maleza, tuvo la osadía de dejar en ella una bolsa de basura. ¡Pero por favor, que identifiquen a ese ciudadano y le pongan una calle en Vallecas! (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Juego infantil con anillas para niños intrépidos con ganas de escalar. En un entorno ideal ideal… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Juego infantil con anillas para niños intrépidos con ganas de escalar. En un entorno sano-sano e ideal-ideal… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

El columpio es el juego “estrella” en cualquier parque infantil... menos en éste. Llama la atención tanto espacio perimetrado para un simple columpio que además no funciona. A lo mejor nuestros niños deberían aprender a trepar por las farolas —hay muchas que están fuera de uso— porque con algo hay que jugar. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)El columpio es el juego “estrella” en cualquier parque infantil... menos en éste. Llama la atención tanto espacio perimetrado para un simple columpio que además no funciona. A lo mejor nuestros niños deberían aprender a trepar por las farolas —hay muchas que están fuera de uso— porque con algo hay que jugar. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Como en los casos anteriores, hacemos unas fotos teniendo cuidado en dónde pisamos, porque nos han llegado comentarios de que se han visto culebras por la zona y no estamos dispuestos a hacernos famosos como Frank de la Jungla.

En éstas, vemos que alguien ha debido vaciar su piso en una de las aceras; varios muebles y un sofá destartalado invitan a quedarse a vivir allí, lo que descartamos porque las vistas no son muy buenas. Sin embargo, algo nos llama más la atención que esta sala de estar "tirada a su suerte".

Desde hace rato venimos observando unas farolas que emergen al fondo entre la vegetación y que parecen puestas "a voleo”. ¡Vamos a ver qué nos encontramos! Tras sortear unos escombros, rodear apretados arbustos y esquivar algunas plantas cuyas púas parecen llamar a nuestros pantalones, damos con un gran hallazgo: un paseo adoquinado que viene de no sabemos dónde, y parece llegar a no se sabe qué sitio, pero jalonado, eso sí, por unas coquetas farolas en manifiesto desuso.

Como en las antiguas calzadas romanas, parte del adoquinado rojizo desaparece engullido por la vegetación, mientras algunos tramos quedan al aire libre, para disfrute de los arqueólogos. Evidentemente, nadie transita por aquí y no hay síntomas de que nadie en su sano juicio lo vaya a hacer en el futuro, al menos sin ir provisto del correspondiente GPS y un equipo de supervivencia.

Llegamos a la “habitación” de la Gran Vía del Este. No olviden el nombre: “Gran Vía”, suena tan bien… Una cama desmontada espera a que alguien se anime y traiga un colchón nuevo, porque al que había le ha arrancado el espumillón algún desaprensivo. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Llegamos a la “habitación” de la Gran Vía del Este. No olviden el nombre: “Gran Vía”, suena tan bien… Una cama desmontada espera a que alguien se anime y traiga un colchón nuevo, porque al que había le ha arrancado el espumillón algún desaprensivo. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

La misma cama desde otro punto de la “habitación”. Como verán, el hospital está muy cerca. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)La misma cama desde otro punto de la “habitación”. Como verán, el hospital está muy cerca y las vistas son sensacionales. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Una de las sorpresas del “viaje”: un paseo adoquinado que no conduce a ninguna parte y sin los inconvenientes de andarte cruzando con gente. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Una de las sorpresas del “viaje”: un paseo adoquinado que no conduce a ninguna parte y sin los inconvenientes de andarte cruzando con gente. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Unas plantas “saludan a la cámara” poniéndose delante del paseo adoquinado. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Unas plantas “saludan a la cámara” poniéndose delante del paseo adoquinado. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Nos llama la atención, viendo la abundante dotación ocupacional instalada alrededor del Hospital Infanta Leonor, lo desagradecida que es la gente. No vimos en los dos días de nuestra visita a un solo niño disfrutando del parque infantil, ni a joven ni “abuelete” alguno dándole fuerte a los aparatos recreativos para mejorar su salud, ni paseante aguerrido haciendo uso de la “calzada romana”.

Sí vimos, en cambio, los restos de al menos diez lunas rotas salpicados a lo largo de los espacios reservados para el aparcamiento no vigilado de vehículos. Plazas, evidentemente, gratuitas y situadas, evidentemente, lejos, muy lejos, del acceso al hospital y, por tanto, sin vigilancia alguna. Cristales rotos con aspecto de llevar allí, en algunos casos, desde el día en que se inventó el vidrio. Robos impunes, robos anunciados; cuando aparcas allí parece que estás asumiendo que lo haces para ser robado.

Se nos cruza en el camino una bandada de perdices que echan a volar ante nuestra presencia y nos asusta un ruido repentino que surge de entre la maleza. Preparados para echar a correr por si se trataba de una rata gigante, descubrimos que el animalillo en cuestión es un conejo. Normal, con tanta vegetación es fácil que animales silvestres se acerquen mucho al hospital y que estén gordos como ceporros. Dicen que el oso pardo y el lobo ibérico están aumentando sus zonas de presencia en España; a este ritmo, antes de que acabe la presente legislatura, a lo mejor vemos algún plantígrado columpiándose en el parque que los niños no se atreven a utilizar.

¿Un papelito de nada? Nooo, un montón con miles de cristalitos de lo que un día debió de ser la luna de un coche después de ser rota en mil pedazos. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)¿Un papelito de nada tirado en el suelo? Nooo, un montón formado por diminutos cristalitos de lo que un día debió de ser la luna de un coche, después de acabar rota en mil pedazos. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Más cristalitos, a tan sólo unos metros de los cristalitos anteriores. Contamos hasta diez de estos montones a lo largo del recorrido. Ahora me dirán que les están entrando ganas de dejar el coche en el aparcamiento de pago… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Más cristalitos, a tan sólo unos metros de los cristalitos anteriores. Contamos hasta diez de estos montones a lo largo del recorrido. Ahora me dirán que les están entrando ganas de dejar el coche en el aparcamiento de pago… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

¡Un conejo! Nos topamos con alguno más, así como con varios bandos de perdices. El de la foto es “Garbage” (basura, en inglés). Le pusimos este nombre y no sabemos por qué, fue el primero que se nos ocurrió. Prometemos ser más originales cuando bauticemos a nuestra primera perdiz. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)¡Un conejo! —¿o será una liebre?—. Nos topamos con alguno más, así como con varios bandos de perdices. El de la foto es “Garbage” (basura, en inglés). Le pusimos este nombre y no sabemos por qué, fue el primero que se nos ocurrió. Prometemos ser más originales cuando bauticemos a nuestra primera perdiz. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Llegamos a la última rotonda, la que nos aproxima al Hospital Infanta Leonor. Una rueda desgastada nos indica que alguien utilizó esta zona también como taller, y que es un buen sitio para cambiarle el aceite al coche. No queremos dar ideas…

Nos pasa el autobús H1, ese absurdo parche con el que las autoridades pretenden hacernos creer que el Hospital está cerca de los vecinos. Frente al acceso a Urgencias, una papelera parece pedir auxilio, su boca está a punto de reventar porque no le cabe un gramo de basura más; en el suelo, un alcorque muestra más variedad de latas de refresco que las que pueda contener cualquier estante de cualquiera de las grandes superficies conocidas. Las hay “sin” y “con”, “light”, de naranja, de limón, cola, cerveza y hasta “zero-zero”… Algún brick de zumo convenientemente “espachurrado” pone un poco de variedad entre tanta lata suelta.

Carmen es una vecina que se dirige a nosotros, al vernos hacer fotos, porque piensa que lo hacemos porque vamos “mandados” por alguien que va a limpiar todo esto. Afirma que “es una vergüenza cómo está todo. Todo en este hospital es un despropósito. Si se fijan, lo hicieron mirando a la carretera de Valencia en vez de a Santa Eugenia, que es donde yo vivo. Si algún día, que yo no lo veré, hicieran el paso para poder pasar desde el barrio, aún así, tendría que darle toda la vuelta para poder entrar en él. Parece una broma de mal gusto”, dice indignada.

Nuestro primer neumático, aunque a éste no le pusimos nombre. ¿Qué les ha llamado más la atención, el neumático en sí o la exhuberante cama de vegetación seca sobre la que reposa? (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Nuestro primer neumático, aunque a éste no le pusimos nombre. ¿Qué les ha llamado más la atención, el neumático en sí o la acolchada cama de vegetación seca sobre la que reposa? (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

El H1 pasa frente al acceso de Urgencias. ¡Mecachis!, se nos ha vuelto a escapar, nos va a tocar hacer el camino de vuelta otra vez andando. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)El H1 pasa frente al acceso de Urgencias. ¡Mecachis!, se nos ha vuelto a escapar; nos va a tocar hacer el camino de vuelta otra vez andando. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

¿No les da asco ver esta papelera repleta de basura?, ¿una pequeña arcada quizás? Está frente a la entrada del módulo de Urgencias, luego dirán que la gente no las utiliza… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)¿No les da asco ver esta papelera repleta de basura?, ¿una pequeña arcada quizás? Está frente a la entrada del módulo de Urgencias, luego dirán que la gente no las utiliza… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Una de alcorques, considerados como “papeleras alternativas” en épocas de carencias. Éste de la foto tiene de todo, hasta una litrona. Les recuerdo que estamos a menos de cien metros de la entrada de Urgencias… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Una de alcorques, considerados como “papeleras alternativas” en épocas de carencias. Éste de la foto tiene de todo, hasta una litrona. Les recuerdo que estamos a menos de cien metros de la entrada de Urgencias… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Otra de alcorques, con más latas y un cartón de 3 pizzas de 300 gramos cada una. Ya lo dice el refrán: cada mochuelo a su olivo y cada lata a su alcorque, como debe de ser… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Otra de alcorques, con más latas aún y un cartón de 3 pizzas de 300 gramos cada una. Ya lo dice el refrán: "Cada mochuelo a su olivo y cada lata a su alcorque", como debe de ser… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

En el segundo día de visita a los accesos al hospital, intentamos llegar a él por el camino más corto, que se hace cruzando la calle Gran Vía del Este y transitando por la “acera” de la izquierda. Varios coches aprovechan para aparcar en una zona de tierra y piedras donde no existe acera, aunque sí unas antiguas naves. Uno de los coches aparcados luce un cartón blanco bien visible, en el que se puede leer: “COCHE YA ROBADO. NO HAY NADA DE VALOR EN SU INTERIOR”. ¡Qué mal rollo!

Ocultos tras la fila de coches, un grupo de indigentes ha instalado un “chiringuito” con varias maderas clavadas en la tierra, a modo de bancos, y una caja que hace las veces de mesita en una especie de sala de estar improvisada. Sorteando los coches, la tierra y teniendo cuidado con los vehículos que le vienen de frente, transita por la calzada una silla de ruedas.

Es Luis, un vecino de Vallecas con las dos piernas amputadas, que va de consulta al hospital. Lo hace por la calzada, puesto que por el lado izquierdo hay un tramo sin acera, y algo después varios espacios a medio urbanizar con desniveles de hasta 20 centímetros de altura. Vamos, que Luis habría tenido que venir a consulta en un Land Rover, en vez de en su sillita eléctrica.

Preguntar a Luis y descubrir problemas que otros no vemos, es todo uno: “¿Han visto que no hay acera y que tengo que ir por la calzada? Pues ese es sólo uno de los problemas: que te lleve un coche por delante. Para Luis llegar al Hospital Infanta Leonor “al que tengo que acudir cada vez que tengo revisión”, supone un esfuerzo extra: “Porque está muy lejos, está muy lejos de todas partes”, asegura.

Llegar al pabellón de Consultas Externas (el de color rojo) le obliga a dar toda la vuelta al hospital. Inaudito ¿verdad?: “Alguna vez intenté subir por el camino de tierra ese que hay ahí, pero me da miedo a que la silla se quede encallada y no pueda salir”, afirma, mientras señala al “camino de cabras” por el que suben diariamente centenares de pacientes y personal, y que es el camino más corto —y lógico— para acceder a la zona de Consultas Externas. Como todo lo “lógico” en este hospital, no está asfaltado.

Luis emplea un buen rato en ir y venir al hospital, y a veces se la juega, porque debe circular por la calzada. Y aunque atraviesa de una acera a la otra por los pasos de cebra, en ocasiones no aprieta el botón para que el semáforo se ponga en rojo para que los vehículos se detengan: “Para qué, si muchas veces no funciona”.

Eso sí, en un momento de la conversación, repara en el parquecito infantil —que en este caso nos queda enfrente— y afirma al verlo abandonado: “¡Qué pena, con lo bien que nos vendría en mi barrio algo así para que los niños pudiesen jugar!”.

Luis en su silla de ruedas camino del Hospital a primera hora de la mañana. Circula por la calzada porque hay un tramo sin acera y con barreras arquitectónicas. Si se fijan bien, aquello que viene de frente es un camión de la basura. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Luis en su silla de ruedas camino del Hospital a primera hora de la mañana. Circula por la calzada porque hay un tramo sin acera y con barreras arquitectónicas. Si se fijan bien, aquello que viene de frente es un camión de la basura. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

La mayoría de los usuarios del Hospital infanta Leonor utilizan este “camino de cabras” para acceder al pabellón de consultas externas. Aunque el acceso no está acondicionado, instalaron unos soportes de plástico para evitar que los coches entraran en él y aparcaran allí. Qué rápidos para algunas cosas, y qué lentos para otras. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)La mayoría de los usuarios del Hospital infanta Leonor utilizan este “camino de cabras” para acceder al pabellón de consultas externas. Aunque el acceso no está acondicionado, instalaron unos soportes de plástico para evitar que los coches entraran en él y aparcaran allí. Qué rápidos para algunas cosas, y qué lentos para otras. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Una de las pocas papeleras que no están “llenas” de basura, del modelo “invisible”. En el suelo, unas bolsas con caquitas de perro nos recuerdan que hay vida en la Gran Vía del Este. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Una de las pocas papeleras que no están “llenas” de basura, del modelo “invisible”. En el suelo, unas bolsas con caquitas de perro nos recuerdan que hay vida en la Gran Vía del Este. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Mientras Luis sigue su camino, descubrimos unas grandes bolsas de algo parecido al “acuaplast”, que alguien debió dejar abandonadas a su suerte y que, tras explotar, se han petrificado sobre una de las aceras. Podrían llevar allí días, semanas, años..., haría falta la prueba del "carbono catorce" para poder datarlas con mayor exactitud.

Además de la vegetación salvaje, el mobiliario en mal estado y las papeleras —las que quedan en uso— a punto de reventar, el paseo ofrece a cada paso un regalo para tus ojos: los restos de ladrillo de una pared reventada que alguien debió dejar ahí porque “hacía bonito”, una jardinera antigua llena de desperdicios, una pila algo rota —más bien hecha añicos—, una cama desmontada junto a restos de enseres que en su día debieron tener un uso, latas y envases de comida a miles… Un enigmático cartel de El Corte Inglés con el eslogan “ESTRENA” aparece tirado a nuestros pies. ¿Estrena qué…?

Llama la atención entre tanta inmundicia y tanto acto incívico, la presencia de las papeleras que se encuentran en buen estado y que vecinos civilizados han llenado con sus residuos. Todas ellas permanecen llenas, todas están a reventar, a rebosar, síntoma inequívoco que de aquí no se limpia ni lo bueno, ni lo malo. No sólo no se recoge lo que está en el suelo, tampoco hay celeridad en vaciar las papeleras que cívicos ciudadanos utilizan en su tránsito hacia el Hospital.

¿Pero esto qué será? Parece que a la lata de refresco se le ha salido toda la espuma, pero no. Es un “pegote” más, uno de tantos… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)¿Pero qué será esto? Parece que a la lata de refresco se le ha salido toda la espuma, pero no. Es un “pegote” más, uno de tantos… (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Aquí está parte de la solución a la fotografía anterior. Una bolsa de “Plaste para cubrir gotelé y pinturas en relieve”, según indica el envase. O sea, que nos van a pintar en liso el acceso al Hospital Infanta Leonor. ¡Por fin! (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Aquí está parte de la solución a la fotografía anterior. Una bolsa de “Plaste para cubrir gotelé y pinturas en relieve”, según indica el envase. O sea, que nos van a pintar en liso el acceso al Hospital Infanta Leonor. ¡Por fin! (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Una caja de naranjas llena de escombros, los restos de una puerta de madera a punto de pulverizarse por los efectos del clima, y una montaña de ladrillos. Al fondo el Hospital. ¿No les sobra algo en esta foto? (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Una caja de naranjas llena de escombros, los restos de una puerta de madera a punto de pulverizarse por los efectos del clima, y una montaña de ladrillos. Al fondo el Hospital. ¿No les sobra algo en esta foto? (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Un macetero, por fin algo de buen gusto entre tanto desperdicio. Aunque sirve de papelera para latas —cuánta lata— también permite poner en su sitio una tabla con dos clavitos hacia arriba. No hay nada como tener las cosas ordenadas. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Un macetero, por fin algo de buen gusto entre tanto desperdicio. Aunque sirve de papelera para latas —cuánta lata— también permite poner en su sitio una tabla con dos clavitos hacia arriba. No hay nada como tener las cosas ordenadas. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Llegamos al fregadero, una pila muy mal colocada —yo diría que parece fuera de uso— aunque han dejado unos ladrillos por si algún manitas se anima a rehabilitarla. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Llegamos al fregadero, una pila muy mal colocada —yo diría que parece fuera de uso— aunque han dejado unos ladrillos por si algún manitas se anima a rehabilitarla. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Esta cama ya la hemos visto antes, pero no su entorno cercano al Hospital. Como apreciarán, hay coches aparcados en el lateral, pero ninguno se ha atrevido a hacerlo junto al montón de desperdicios. Los vallecanos somos así, muy nuestros. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Esta cama yo la conozco, pero no su entorno cercano al Hospital. Como apreciarán, hay coches aparcados en el lateral, pero ninguno se ha atrevido a hacerlo junto al montón de desperdicios. Los vallecanos somos así, muy nuestros. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

Los indigentes que malviven frente al cantón de limpiezas de Vallecas recogen cartones para luego venderlos. Para vergüenza ajena, son los únicos que limpian algo en la zona. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)Los indigentes que malviven frente al cantón de limpiezas de Vallecas recogen cartones para luego venderlos. Para vergüenza ajena, son los únicos que limpian algo en la zona. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

¿No les parece ¿No les parece "fantástico" este cartel? Ahí tirado y con ese eslogan tan "aparente"... La Gran Vía del Este debería colocarlo en su entrada, pero bien visible, como dando la bienvenida. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

El estado de abandono del entorno del Hospital tiene su origen en un problema de competencias. El centro hospitalario fue construido y urbanizado por la Comunidad de Madrid, habiendo traspasado la gestión del entorno al Ayuntamiento de Madrid, que aún no la ha “recepcionado”, lo que significa que es un espacio que no pertenece a nadie.

De esto hace ya seis años, el tiempo que se lleva acumulando basura mientras la vegetación amenaza con convertir el Hospital en un edificio situado en el medio de la selva. Tal vez seis años no sea tiempo suficiente para que las administraciones se pongan de acuerdo sobre quién debe velar por el mantenimiento de un entorno y unos equipamientos que han costado decenas de miles de euros y no pueden ser utilizados.

¿Habrá que esperar a que la Infanta Leonor se convierta de infanta a princesa, de princesa a reina, de niña a mujer, para que el problema se solucione? Aunque a lo mejor no hay que esperar tanto: las próximas elecciones municipales y autonómicas están nada más pasar el primer montón de escombros.

(*) En la imagen que abre este reportaje, una montonera de ladrillos y escombros nos da la "bienvenida" al Hospital Infanta Leonor. (© Foto: D. CÁMER / Vallecasweb.com)

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Comentarios (8)

  • Carlos Gutiérrez

    Carlos Gutiérrez

    27 Agosto 2014 a las 16:48 |
    Siento bochorno leyendo estas noticias sobre mi barrio, las fotos lo dicen todo ¿No sienten vergüenza quienes tienen que ocuparse de mantener todo esto en buen estado?
  • Carmen

    Carmen

    27 Agosto 2014 a las 18:39 |
    Si no hay ningún responsable político que lea esta noticia y no se ponga de inmediato a trabajar es que sinceramente no sé para que pagamos impuestos. ¿Si todas las zonas tienes inspectores de zona que pasa aquí? Sin duda alguna una gran cadena de incidencias en la gestión, mantenimiento, etc...
    Pónganse a trabajar y espero que de manera urgente solucionen todas las incidencias que aquí se dan y pronto podamos leer esto como pasado y no como presente.
  • Nacho

    Nacho

    27 Agosto 2014 a las 22:32 |
    Estimada Carmen,

    Leo tu comentario, acertado como el completo artículo que nos ocupa, y creo que puedo intentar contestarte con la información de la que disponemos.

    ¿Tienen las administraciones técnicos que conozcan la situación? Sí ¿Les ha llegado información formal? Sí. En los plenos del distrito los 3 grupos de la oposición (yo soy del PSOE pero la realidad es que tanto IU como
    UPyD también insisten como nosotros con la problemática) hemos llevado reiteradamente la situación. La respuesta del PP, la misma: el Ayuntamiento no ha recepcionado los terrenos aún y son competencia de la Consejería, también del PP, que se lava las manos. Tienen mayoría absoluta por lo que, más allá del debate político y de la denuncia mediática, no podemos hacer más.

    Pero como vecinos, que lo somos antes que representantes políticos, nos asquea completamente este basurero surgido entre la impunidad de quienes nos gobiernan y la incredulidad de unos vecinos que no vemos ninguna similitud entre el hospital que se nos vendió en periodo electoral y el que sufrimos a día de hoy.

    Esperando que mis explicaciones le hayan servido de algo, reciba un cordial saludo,

    Nacho (portavoz PSOE JMD V. Vallecas)
  • Lourdes García

    Lourdes García

    28 Agosto 2014 a las 07:21 |
    y luego bien q nos cobran las tasas de basuras. A dónde irá esos impuestos?
  • Sheila Chicharro

    Sheila Chicharro

    28 Agosto 2014 a las 07:24 |
    Así es como se encuentra Villa de Vallecas... gracias Vallecasweb!
  • Maria

    Maria

    29 Agosto 2014 a las 08:21 |
    Es absolutamente desolador leer esta noticia. Espero que pronto se pongan a trabajar, porque hay muchas deficiencias/incidencias en esta notica que se ponen de manifiesto y que espero que con urgencia se pongan a trabajar.
    Yo por mi parte al leer esta noticia he puesto una queja en la online en la web del Ayuntamiento porque no hay derecho, es absolutamente vergonzoso este estado.
    Gracias Vallecasweb
  • isi

    isi

    21 Diciembre 2014 a las 17:45 |
    Es evidente, con solo dar una vuelta por vallecas es apreciable, que hay un abandono sobresaliente y falta de limpieza en todo el barrio, es impresentable, pero tambien lo es la falta de educación de muchísimos vallecanos.
  • Raquel López

    Raquel López

    26 Enero 2015 a las 16:40 |
    Hola
    Llevé este asunto a la comisión de Medio Ambiente hace un año. Os dejo el enlace para que sepáis lo que me contestó el PP.

    https://www.youtube.com/watch?v=rmKcB-RUtkk

    Y mañana lo vuelvo a llevar a Pleno a ver si se les cae la cara de vergüenza y lo limpian de una vez.

    Un saludo
    Raquel López
    Concejala IU Ayuntamiento de Madrid

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