21 Febrero 2021
Los cines de Vallecas, mucho más que cines
Una historia de película
Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
El placer de ver películas es una costumbre que siempre ha seducido a los vallecanos. En el periodo que va hasta la Guerra Civil los cines de Vallecas alternaron, además, la exhibición cinematográfica con el uso de sus instalaciones para fines sociales, solidarios o de otra índole, incluso durante gran parte de la fratricida contienda. Los cines eran mucho más que lugares para ver películas. Tras la guerra, ir al cine se asentó como una de las aficiones favoritas de los vallecanos, con un buen número de salas —también empleadas para actos ajenos al séptimo arte— fijadas en la memoria como imborrables recuerdos.
Al parecer, Vallecas conoció en los primeros años del siglo XX un pequeño cine ambulante que proyectaba películas sólo los sábados y domingos. Se llamaba Puente de Vallecas, y era, como la mayoría de los primeros recintos cinematográficos, un frágil barracón de madera, en su caso transportable. No sabemos si realmente este cine llegó a existir. Sólo los historiadores cinematográficos Pascual Cebollada y Mary G. Santa Eulalia recogieron datos sobre él (Madrid y el cine, pág. 352).
Sí hay certeza de la existencia de un cine estable denominado Salón de Recreo inaugurado en 1908, aunque desconocemos su ubicación exacta. Algunos autores lo sitúan en un solar entre la actual calle de Sierra de Javalambre y los primeros números impares de lo que hoy es la avenida de la Albufera. Sus dueños eran los zaragozanos Eduardo Jimeno Peromarta (1846-1914) y su hijo Eduardo Jimeno Correas (1870-1947), dos de los grandes pioneros de la industria cinematográfica en España. El hijo había rodado en 1897 Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza, considerada la primera película de la historia del cine español, y los dos se instalaron en Madrid para ir abriendo sucesivas salas dependientes de una sede empresarial establecida en el Palacio de Proyecciones, principal cine de los Jimeno, inaugurado en 1899 en la calle Fuencarral.
Cines que eran más que cines
No sabemos si el Salón de Recreo vallecano gozó de rigurosa continuidad en sus actividades, ni hasta cuándo duró, pero sí que, desde 1915, sus dueños poseían en el nº11 de la carretera de Valencia el cine Jimeno o Gimeno, como se anunciaba indistintamente en los periódicos. Esta sala se llamaba en abril de 1914 Cine Nuevo (La Correspondencia de España, 18 de abril de 1914). Como ocurrió de manera genérica en la época, y de un modo notable en Vallecas, el cine Gimeno —que era el nombre que lucía en su fachada y papeles— era utilizado para la celebración de actos ajenos a la proyección de películas, como mítines de agrupaciones obreras (el primero que hemos encontrado para luchar contra las tarifas de tranvías y trenes en junio de 1918), bailes (como los de Carnaval en febrero de 1919), reuniones del gremio de albañiles (de 1918 a 1922), encuentros del sindicato metalúrgico (junio de 1922) o citas de la asociación de vecinos de Puente de Vallecas (noviembre de 1922). Estos actos eran con frecuencia organizados por colectivos madrileños. Su actividad central, no obstante, era ofrecer los estrenos cinematográficos que llegaban a Madrid.
La elegante figura del cine Gimeno destaca en varias fotografías de Alfonso tomadas en 1925 en las que podemos apreciar, en lo alto del edificio, el nombre de sus propietarios: “Empresa Proyecciones”. Más arriba figura el nombre del cine, fijado erróneamente con “G” con que a veces se escribía, cuando el apellido de los dueños era con “J”. Este uso indistinto de las “J” y las “G” era común en la época. Junto al edificio se encontraba un pasadizo conocido como callejón del cine Gimeno.
Fotografía de Alfonso de 1925 de la bulliciosa avenida de Alfonso XIII, actual avenida de la Albufera, con el cine Gimeno en primer término. Destaca en lo alto del edificio el nombre de la empresa propietaria del cine: Proyecciones. Fotografía tomada del libro “Vallecas, en la mirada de Alfonso”, de Uría Fernández, editado por Vallecas Todo Cultura. Original de la fotografía en Archivo General de la Administración, Archivo Alfonso, signatura 12068. (© Foto: ALFONSO / Vallecasweb.com)
En octubre de 1932, el cine Gimeno acaparó páginas de prensa del país por el grito que un niño dio en su sala, en plena proyección, al encender otro niño un mechero. Andaban aún cerca los tiempos en los que los cines, por emplear rollos de película inflamable y materiales combustibles, eran a veces destruidos por aparatosos incendios.
El 7 de diciembre de 1934, el cine Gimeno fue sede de un importante festival solidario para recaudar fondos destinados a los niños que habían quedado huérfanos en Asturias, tras sofocar con dureza el ejército, codirigido por el general Franco, la famosa huelga revolucionaría iniciada en la madrugada del 5 de octubre en las cuencas mineras astures, una revuelta que se propagó como una llama por otras regiones del país. El 6 de octubre, grupos de obreros vallecanos habían participado en tiroteos contra el ejército tras la insurrección asturiana y se habían enfrentado a miembros de Acción Popular, partido de derechas, además de atacar a la comisaría de Puente de Vallecas. Murió una persona y hubo bastantes heridos. En días siguientes continuó el apoyo de las clases populares vallecanas al estallido revolucionario. Ahora, el pueblo se solidarizaba y recababa ayuda económica “para unos niños desamparados que no entienden de luchas fratricidas entre los hombres”, como dirá el diario La Libertad en la crónica de la velada.
Importante festival celebrado en el cine Gimeno para ayudar a los niños asturianos víctimas de la represión sufrida por la revolución de octubre de 1934. La Libertad, 9 de diciembre de 1934. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
Vallecas había vivido años atrás el incendio de una de sus primeras salas cinematográficas, una catástrofe que figura entre las más relevantes sufridas por la industria madrileña del séptimo arte en sus inicios. Fue en el Edén Concert de Vallecas —había otro con el mismo nombre en la madrileña calle de Atocha—, situado en la calle de la Presilla, pequeña vía paralela a la carretera de Valencia. El 28 de marzo de 1911 este cine, propiedad de Tomás Esteban Contreras, se convirtió “en una inmensa hoguera” con gran parte del edificio, el piano, el decorado y las sillas destruidos. La falta de agua en el lugar provocó que, pese a la presencia de los bomberos, el edificio quedara arrasado a las nueve y media de la noche. La prensa lamentó que algo similar pudiera ocurrir en otros inmuebles de Vallecas (El País, 29 de marzo de 1911). El Edén Concert estaba preparando su inauguración como cinematógrafo. Como teatro funcionaba al menos desde abril de 1910, cuando estrenó la pieza La obrera del tejar, una breve obra de contenido social escrita ese año por Julio Sánchez Godínez y Florencio Domínguez.
El cine vallecano Edén Concert tras el incendio que sufrió el 28 de marzo de 1911. Blanco y Negro, 2 de abril de 1911. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
Una de las crónicas publicadas en Madrid por el incendio de la sala Edén Concert. El País, 29 de marzo de 1911. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
El 13 de julio de 1916 se inauguró en la calle Melquiades Biencinto nº 9 el cine Frutos. Era también propiedad de Eduardo Jimeno Correas (su padre había fallecido en 1914). La familia Jimeno se hacía así con los dos cinematógrafos más importantes de Vallecas. El arquitecto fue Manuel Herrero Palacios. Su aforo era de 567 butacas. En su primera sesión se proyectaron tres películas de metraje medio: La banda de trompetas, A orillas del Ebro y El gitanillo. Al igual que el resto de salas, combinaría la proyección de películas con la celebración de encuentros sociales. Entre 1921 y 1931 alojó al menos dos reuniones del sindicato de la metalurgia y en septiembre de 1932, un mitin de Socorro Rojo Internacional y otro del Ateneo Libertario de Vallecas.
Posiblemente otra sala vallecana cinematográfica pionera, aunque efímera, se encontraba en la calle de Nuestra Señora del Carmen, popularmente calle del Carmen, hoy Puerto del Monasterio. Sólo se la menciona como “cinematógrafo del Carmen (Puente de Vallecas)” para anunciar que el día 8 de octubre de 1916 se iba a celebrar en su interior un mitin para protestar contra la falta de trabajo y el precio de las subsistencias (La Correspondencia de España, 8 de octubre de 1916).
El 8 de marzo de 1923, con el programa La ciudad sagrada y La dama de la flor, se inauguró el teatro cine Goya, que junto al Gimeno y al Frutos conformaron el trío de salas cinematográficas más prósperas de Puente de Vallecas hasta el final de la Guerra Civil. Su dirección era la calle Vallecas nº 3, actual calle del Monte Oliveti. Su aforo inicial era de 543 butacas. El dueño, al menos a finales de los años veinte, era Antonio Menéndez.
Nota sobre la inauguración del cine Frutos en un periódico madrileño. El Liberal, 14 de julio de 1916. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
El cine Goya de Vallecas en 1932 tras su profunda transformación y modernización. La Libertad, 16 de septiembre de 1932. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
Algunos de los principales diarios madrileños dieron cuenta de la sala tan moderna con que reabrió en 1932 el remozado cine Goya de Vallecas. Heraldo de Madrid, 26 de octubre de 1932. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
En 1926, se unió al citado trío el cine Tirso de Molina, nacido en el pueblo de Vallecas como teatro a finales del siglo XIX, en concreto en la calle Juan de Dios Raboso nº6, actual paseo de Federico García Lorca. Se hallaba en el mismo lugar donde se encuentra ahora la Junta de Distrito de Villa de Vallecas. Disponía de 317 localidades. Alternaría la proyección de películas y la programación teatral también con actos festivos de otra índole y con la celebración de eventos sociales.
Probablemente hubo otras salas cinematográficas más antes de la guerra de cuyas vidas de momento no conocemos rastro. En la segunda mitad de los años veinte, se encontraba en la calle Nicasio Méndez, en la actualidad avenida de Monte Igueldo, el cine Méndez, sala de verano donde llegaron a actuar los famosos payasos Pompoff, Thedy y Emig, residentes desde 1922 en la vallecana calle Teresa Llorente, hoy calle Montseny. También actuó en su escenario el Cuadro Artístico de la Casa del Pueblo, dependiente del Partido Socialista de Vallecas y dirigido por Manuel Dicenta, grupo financiado por el torero Ignacio Sánchez Mejías, a quien Lorca dedicó una de sus poemas más populares. No sabemos cuánto duró el cine aunque, tras un largo periodo de inactividad, volvió a abrir al público a finales de la década de los cincuenta, teniendo su entrada por la calle de Felisa Méndez. Se conservan dos fotos de 1926 que fueron cedidas por los descendientes de los dueños a la asociación Vallecas Todo Cultura.
Exterior e interior del cine Méndez. Al fondo del patio de butacas un kiosco ofrece “refrescos y cervezas”; tras él se encuentra la caseta de proyección. Fotografías de 1926 donadas por descendientes de los dueños del cine a la asociación Vallecas Todo Cultura. Fotos tomadas del libro “Vallecas en el objetivo”, obra de varios autores publicada por Agita Vallecas en 2019. (© Foto: VALLECAS TODO CULTURA / Vallecasweb.com)
Al servicio de la República durante la Guerra Civil
Cuatro cines vallecanos —Gimeno, Goya, Frutos y Tirso de Molina— llegaron con vida hasta la Guerra Civil, los dos primeros al menos hasta agosto de 1938, y el Frutos siquiera hasta mayo de 1937, con servicios que resultaron de vital trascendencia para la defensa de la República.
El Gimeno y el Goya formaron parte del reducido grupo de cines que publicitaron sus películas en la prensa madrileña en los primeros meses de combate. El cine Goya, que pasó a depender de Altavoz del Frente, aparecía en la cartelera junto a alrededor de una decena de salas madrileñas no vinculadas a sindicato alguno, como Capitol, Rialto, Callao, Salamanca, Monumental Cinema, Calatravas, Bellas Artes o el Cine de la Flor. Y el Gimeno figuraba en el grupo de cuatro o cinco salas pertenecientes a la Sección Cooperativa Obrera Cinematográfica y de Espectáculos Públicos, que dependía del Servicio de Subcomisariado de Propaganda del Ministerio de la Guerra. Los cines madrileños incluidos en esta sección eran Palacio de la Música, Royalty y Tivoli; y con el tiempo se añadiría al menos el Doré. Es decir, dos cines vallecanos fueron asociados a las principales salas cinematográficas de Madrid para luchar por la República. No ocurrió algo así con ningún otro pueblo madrileño. A finales de 1937, se publicitaba también otro grupo de salas dependientes del Sindicato Único de la Industria Cinematográfica y Espectáculos Públicos de la CNT. El cine Frutos seguía en activo, pero no aparecía entonces en las carteleras madrileñas.
Las películas que ofrecían los cines vallecanos al principio de la guerra eran en su mayoría ideológicas o propagandísticas, pero luego se fueron diversificando las temáticas. Eran producciones de años inmediatamente anteriores. Gozaron de significativa presencia los maestros del cine soviético vanguardista y los filmes de Hollywood de éxito internacional, y sirvieron como complemento numerosos documentales y hasta rarezas como películas de animación coloreadas. El precio más habitual de las salas de Vallecas era de 1,50 pesetas, aunque a veces se fijaban dos tarifas: 1 peseta la primera sesión y 2 pesetas la segunda, la que echaban más tarde.
Un buen ejemplo del amplísimo uso de las salas cinematográficas vallecanas para actos sociales y políticos, en este caso en el cine Frutos. La Tierra, 24 de septiembre de 1932. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
Encuentro anarquista en el cine Frutos. La Tierra, 26 de septiembre de 1932. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
Anuncio del cine Frutos de 1936. Guía Práctica de Vallecas (Puente y Villa), 1936. (© Foto: BIBLIOTECA HISTÓRICA MUNICIPAL DE MADRID / Vallecasweb.com).
Acto en el cine Goya, en plena guerra, en beneficio de los defensores de la República, con la participación, entre otros, de los payasos Pompoff, Thedy y su grupo circense. La Libertad, 3 de septiembre de 1936. (© Foto: HEMEROTECA DIGITAL DE LA BILIOTECA NACIONAL / Vallecasweb.com)
A primeros de enero de 1937, el Goya proyectaba Fermín Galán (Fernando Roldán, 1931), drama histórico centrado en el militar sublevado en Jaca fusilado por luchar por la llegada de la República, y el Gimeno, por su parte, exhibía Lenin, el genio de la revolución (Dziga Vértov, 1934). Más avanzado ese mes, el Gimeno ofrecía un magnífico programa doble: Tempestad sobre México (Eisenstein, 1933) y Charlot, bombero (Charles Chaplin, 1916). Charlot seguía causando furor pese a haberse pasado del cine mudo al sonoro a finales de los años veinte. El 31 de enero, el Gimeno proyectaba la película de misterio Charlie Chan en Londres (Eugene Forde, 1934) y el Goya El mundo cambia (Mervyn LeRoy, 1933), protagonizada por el popular actor Paul Leni. Poco a poco las películas empezaron a ser más modestas. De finales de abril al 2 de mayo de 1937, última fecha en que se publicaron las programaciones de los cines vallecanos, las salas exhibieron films poco conocidos, como Amor de madre, Una aventura oriental, Golpe por golpe, El correo de Bombay y la mejicana El compadre Mendoza, con el cine Frutos apareciendo también en la cartelera.
Los cines vallecanos fueron, por otra parte, escenario de actos y festivales para ayudar al frente y a la retaguardia del bando republicano, tanto de iniciativas nacidas en Vallecas como procedentes de la capital, como venía ocurriendo por ser Puente de Vallecas en la práctica casi un barrio de Madrid. El 6 de septiembre de 1936, en el Goya, Socorro Rojo Internacional ofreció un festival a beneficio de las tropas republicanas con la actuación de los payasos Pompoff y Thedy y su troupe. A primeros de febrero de 1937, el cine Frutos acogió una reunión de las Juventudes Libertarias. En octubre de 1937, en el Goya, se celebró un encuentro pro unidad de los partidos socialista y comunista. En enero de 1938, Goya y Gimeno fueron los escenarios de la Semana del Niño, con películas y la actuación de artistas y de nuevo de los famosos payasos de Vallecas. En junio de ese año, los ateneos libertarios de Puente de Vallecas coordinaron un acto de afirmación antifascista en el Goya, y en agosto, tanto en el Goya como el Gimeno, la A.U.S. (Asociación de Amigos de la Unión Soviética) organizó festivales de ayuda a los evacuados de Levante y para dar difusión a su sociedad. En la función del Gimeno, que se celebró el 21 de agosto de 1938, volvieron a actuar Pompoff, Thedy y su grupo.
Una de las distracciones favoritas de los vallecanos
La guerra y el franquismo cercenaron la riqueza cultural popular que se había extendido por Vallecas durante los años veinte y treinta. Nada quedó de los numerosos clubs, círculos obreros o ateneos que habían florecido en las calles. Sin embargo, las salas cinematográficas siguieron en pie. El cine Frutos pasó a ser propiedad de Luis García Ramos y el Goya de Francisco José Saz. El segundo sería también el dueño del cine Avenida, que se levantó en los años cuarenta en el solar del extinto cine Gimeno. El Avenida, situado en la misma dirección que el Gimeno, aunque bajo la denominación de avenida del Generalísimo nº 11, disponía de 717 localidades, y causó baja en el Registro de Empresas Cinematográficas en 1969. En el Tirso de Molina, en Villa de Vallecas, propiedad de Antonio Álvarez, se abrió un cine de verano en 1944 con aforo para 1.000 localidades.
En los años cuarenta, además, existieron al menos dos salas cinematográficas estables de vida efímera: el cine Nacional, nacido en 1939 y ubicado en Peña Prieta nº 64, propiedad de Juan Hernández y con un aforo de 700 localidades, y el cine Numancia, inaugurado en 1942 y situado en la calle Lomas de Horcajo (luego Puerto de Alcolea y ahora Fernando Primo de Rivera), propiedad, como el Goya y el Avenida, de Francisco José Saz. El Numancia, que también ofrecía teatro, poseía una sala de fiestas donde se celebraban combates de boxeo y de lucha libre. Tenía una capacidad de 1.000 butacas y duró hasta los primeros años cincuenta.
Avenida del Generalísimo en Puente de Vallecas, actual avenida de la Albufera, en los años cuarenta. El segundo edificio de la izquierda, con letrero en lo alto de la fachada, es el cine Avenida. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
Edificio contiguo al solar que ocupaban los cines Gimeno y Avenida, en la avenida de la Albufera nº 11. Tras el derribo del cine, se pudo conectar la calle de la Sierra de Javalambre con la Albufera. La imagen es del 20 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
La Junta Municipal de Villa de Vallecas se edificó sobre el solar que quedó vacante tras la demolición del cine Tirso de Molina, cuyo origen fue un teatro construido a finales del siglo XIX. La imagen está tomada el 20 de febrero de 2021 en el pueblo de Vallecas. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
En la avenida de Peña Prieta nº 64 estuvo el cine Nacional, construido en este solar en 1939. La fotografía es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Los años cincuenta fueron objeto de una honda transformación del sector de la exhibición cinematográfica en España, también en Vallecas. Tras la llegada del cine Avenida en sustitución del Gimeno, en 1953 nació en la calle Melquiades Biencinto nº 3, frente al cine Frutos, el cine Bristol. La nueva sala, cercana al arroyo Abroñigal (actual M-30), se construyó en el solar del antiguo matadero de Puente de Vallecas, que ocupaba parte de esta calle y de las calles Antonia Calas y María Bosch. Se encontraba justo al lado de la iglesia de San Ramón Nonato. El arquitecto responsable del proyecto fue José Luis Sanz Magallón. Su aforo era de 1.102 localidades.
A finales de 1954, nació en la avenida del Generalísimo nº 41 —luego fue avenida de la Albufera nº43— el cine Excelsior, una nueva sala creada persiguiendo la modernidad que caracterizaba a las salas surgidas en la época. Era el no va más en Vallecas. Su arquitecto fue Miguel Ángel Ruiz Larrea. Se levantó en el solar que ocupaba el parador del Carmen. Su aforo era de 1.390 localidades. Disponía de una gran pantalla panorámica y de siete puertas de entrada. El dueño era Fortunato Reyzábal, uno de los hermanos de la cadena familiar que dominaría buena parte del sector de la exhibición en Madrid (propietarios de la distribuidora de películas Ízaro Films y del incendiado y desaparecido edificio Windsor, cerca del paseo de La Castellana). Se formaban enormes colas para entrar. No lejos de él, ni del cine Avenida, en la paralela calle Monte Oliveti, seguía funcionado el cine Goya. “El cine Goya, donde van los gilipollas”, decían muchos vallecanos cuando se referían a esta sala de proyecciones.
El 22 de octubre de 1955, con el programa doble El ceniciento y Creemos en el amor, abrió por primera vez sus puertas el cine San Diego, con domicilio en la avenida de San Diego nº 76, en la confluencia con la calle Manuel Maroto. El arquitecto fue Ambrosio Arroyo Alonso. Contaba con 562 butacas, y tenía sala de fiestas en el sótano (actuaron en ella estrellas de la canción como Rafael Farina y Juanito Valderrama). El cine San Diego fue escenario de distintas citas vallecanas trascendentales, como la primera gran asamblea de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Puente de Vallecas celebrada en 1976.
El 13 de abril de 1959 se inauguró otro clásico de las salas vallecanas: el cine París. Este nuevo recinto se hallaba en la calle Carlos Martín Álvarez nº 1, en el barrio de San Diego. Tenía un aforo inicial de 1.783 localidades, ampliadas años después a 1.883. Era la sala con mayor capacidad de todo Vallecas. Durante los años setenta, el cine París fue uno de los lugares más empleados para la celebración de asambleas de asociaciones vecinales y de mítines políticos, como el encuentro organizado por los vecinos de El Pozo del Tío Raimundo el 4 de mayo de 1975 (suspendido al entrar la policía nacional y arrestar a treinta y siete personas) o el mitin de Coalición Democrática en febrero de 1979, con la presencia de Manuel Fraga Iribarne, quien fue apedreado por los vecinos. En febrero de 1980, los aledaños del cine París sufrieron una de las tragedias más recordadas por los vallecanos: el asesinato del joven Vicente Cuervo con motivo de un mitin celebrado en la sala por el partido de ultraderecha Fuerza Nueva.
El cine París con sus características grandes letras en lo alto del edificio. Anteponía a su nombre el calificativo de “Gran” por ser la sala de mayor aforo de Vallecas. Tenía casi 2.000 localidades. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
Interior del cine Paris. Su importante aforo hizo que la sala fuese la más utilizada para actos multitudinarios sociales y políticos. Aquí, en 1976, acogiendo una asamblea general de la Asociación de Vecinos de Palomeras Bajas. Libro “Vallecas en el objetivo”, varios autores, editado por Agita Vallecas. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
El interés de los vallecanos por ver cine continuó en los años sesenta. En 1960, el cine Frutos se transformó en el cine Río, que en adelante conformaría junto al Bristol un tándem muy popular en la zona. En 1963 nació el cine Venecia, situado en Pedro Laborde nº8, y el 9 de enero de 1967 se inauguró en Villa de Vallecas el cine Carlos I, en la calle Villacampa nº 8.
De forma habitual, los cines de Vallecas proyectaban películas de reestreno bajo la fórmula de sesión continua o programa doble. Los filmes llegaban a las pantallas vallecanas procedentes de salas de primera fila donde habían sido estrenados uno o dos años antes, aunque también se proyectaban películas de mayor antigüedad que gozaban de gran popularidad entre los espectadores, como los westerns americanos. El programa doble incluía una pieza del informativo propagandístico NO-DO (Noticiario y Documentales, obligatorio hasta 1976), más dos películas proyectadas una detrás de otra sin apenas pausa. El poder entrar y salir de la sala en cualquier momento de la proyección era una de las “ventajas” de las sesiones “no numeradas”. El espectador se sentaba en la butaca que quería al no tener reservado nadie ningún asiento.
Los rollos de película, tras cientos de pases en las salas de estreno, llegaban a Vallecas en un estado de deterioro tal, que las rayas en los fotogramas, los “hilitos” en la pantalla, los problemas de sonido, los saltos en la imagen y la eliminación de escenas (a veces fundamentales para seguir la trama) eran habituales. En ocasiones, el metraje de la película se veía seriamente reducido a causa de estos cortes. Los bares eran uno de los elementos más característicos de los cines. En fines de semana, con la mayor presencia de niños y jóvenes, las proyecciones se realizaban invariablemente acompañadas del crujir de las cáscaras de pipas, el abrir de las bolsas de palomitas y patatas fritas y los comentarios jocosos en voz alta ante algunas escenas de la película. Al “¡Chsssssst, un poquito de silencio!” de algún espectador molesto le seguía la amenazante presencia del acomodador que, blandiendo su linterna, intentaba en la oscuridad averiguar de dónde procedían los inoportunos sonidos para reprender al autor o, incluso, expulsarlo de la sala. A veces, resultaba más entretenido estar pendiente de lo que sucedía en el patio de butacas que en la trama de la película que se estaba proyectando.
El cine Excelsior, en la avenida de la Albufera, cuando ya tenía tres salas. Fotografía de principios de 2000 tomada meses antes de desaparecer. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
El cine Bristol hacia 1960. (© Foto: ARCHIVO REGIONAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID / Vallecasweb.com)
La M-30 en obras a su paso por Puente de Vallecas, hacia 1974. El cine Bristol quedó pegado a esta gran arteria. Tras él sobresale el letrero del vecino cine Río. A la derecha del Bristol, la parroquia de San Ramón Nonato. Archivo General de la Administración, signatura 336-01407-00018. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
El cine Carlos I, en Villa de Vallecas, continuó abandonado durante muchos años tras su cierre a finales de los años ochenta. Fotografía de su salida de emergencia, realizada por Carlos Osorio, publicada en el blog Caminando por Madrid. La puerta sigue existiendo en la actualidad en la calle de Manuel Cano, aunque sin referencia alguna a la salida del cine.
Puerta de entrada del cine Carlos I, situada en la calle Villacampa nº 8. Además de películas, ofreció combates de boxeo y espectáculos musicales en directo, como la actuación del Dúo Dinámico en su etapa de mayor esplendor. Imagen tomada el 20 de febrero de 2021 en el pueblo de Vallecas. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El cine Madrid fue otro clásico en el pueblo de Vallecas. Ubicado en la calle del Monte Aya, sobre su solar se levanta en la actualidad la Biblioteca de Vallecas Villa Gerardo Diego y la sala del Teatro Municipal de Vallecas. La imagen es del 20 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
En Pedro Laborde nº 8 se mantiene el edificio donde existió el cine Venecia, aunque reconvertido en viviendas. La fotografía es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Éxito de los cines de verano
Al tiempo que las salas estables vivían tiempos de esplendor, se abrían por gran parte de Vallecas cines de verano. Desde los años cuarenta se hizo muy popular el que se instalaba todos los años en el campo del Rayo Vallecano, conocido primero como campo de las Erillas y luego del Rodival. En 1957 se inauguró el cine Olivar, ubicado en la calle Arroyo del Olivar, con la importante capacidad de 1.500 localidades. Su dueño era Anselmo Nalda. Y frente al cine Venecia nació en 1959 el cine San Pablo, con Pablo Manchado Aragonés de dueño. Disponía de 1.200 asientos. Celebraba veladas de boxeo.
No lejos de Venecia y el San Pablo, surgió en 1963 el cine Manchego, igualmente de verano, muy recordado también por las actividades no cinematográficas que acogía, como combates de boxeo y conciertos de música. Su dirección era calle Martínez de la Riva nº176. En el Manchego se celebró, el 17 de septiembre de 1978, la primera edición del célebre festival Vallecas Rock, cuyos beneficios fueron destinados en parte a la apertura del local del colectivo Hijos del Agobio. El Manchego repitió al año siguiente como sede en la segunda edición del festival.
En los primeros años sesenta comenzó a funcionar el cine Entrevías, igualmente organizando ocasionalmente veladas de boxeo. Estaba en la calle Vicente Tarodo nº 4. Disponía de 990 localidades y su dueño era Florencio Nieto Ramos. Desconocemos cuando dejó de exhibir películas. Se dio de baja en el Registro de Empresas Cinematográficas el 25 de noviembre de 1971. En 1960 se abrió el cine Picazo, en Peña Prieta nº 30, con un aforo de 1.320 localidades, y en 1963, el Palomeras, en la avenida de Palomeras nº124, que alternó en sus inicios la proyección de películas con recitales de cante flamenco y variedades (llegó a actuar Antonio Molina).
Interior del cine Manchego, en el Camino Bajo de Palomeras, muy empleado para citas vallecanas. En esta ocasión, en 1976, congregó una asamblea contra los Planes Parciales urbanísticos en Puente de Vallecas, en el marco de la lucha por una vivienda digna. En la pancarta del fondo puede leerse: “POR UN VALLECAS NUESTRO Y NUEVO A.V. PALOMERAS ALTAS”. Libro “Vallecas en el objetivo”, varios autores, editado por Agita Vallecas. (© Foto: VALLECASWEB.COM)
Al fondo el Palomeras, popular cine de verano que se encontraba en el Campo de la Paloma. Libro “Vallecas fotos antiguas”, de Sixto Rodríguez Leal. Ediciones La Librería.
Terreno donde se ubicaba el cine de verano Palomeras, en la actual calle del Campo de la Paloma. Además de cine ofrecía actuaciones de toda índole, como espectáculos de magia y teatro para niños. Junto a él existía una galería de alimentación, aún hoy en funcionamiento, y una parada de furgonetas que, por un precio económico, llevaban a los vecinos de la zona hasta el “Ambulatorio del Cine París”, actual Centro de Salud Vicente Soldevilla. La imagen es del 19 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Un edificio de viviendas y una galería comercial ocupan el solar donde estuvo el cine de verano San Pablo, en la calle de Pedro Laborde nº 11. La fotografía es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El padre Llanos llegó a auspiciar en 1968 un cine en Palomeras Bajas, llamado Nevada, ubicado por donde está hoy la Asamblea de Madrid. El dueño de esta sala era el empresario vallecano Florencio Esteban López, propietario unos años antes, a finales de los cuarenta, de la célebre casa de Peironcely nº 10 fotografiada por Robert Capa durante la Guerra Civil. El Nevada era el cine más cercano a Pozo del Tío Raimundo.
Ubicado en la esquina de las calles Puerto de Canfranc y Francisco Iglesias existió el cine Marbella. Los historiadores Pascual Cebollada y Mary G. Santa Eulalia detallan en su libro "Madrid y el cine" que se inscribió en 1968 como cine al aire libre, siendo su dueña Virtudes Camacho López. El Marbella se dio de baja en el Registro de Empresas Cinematográficas en 1985, pero es probable que llevase algún tiempo sin funcionar, como solía ocurrir con las salas que iban teniendo poco público. Nuestro lector Ángel García Galiana nos señala que, además de “muy buenas películas”, en el Marbella llegó a actuar el famoso grupo musical Los Bravos, con su solista Mike Kennedy a la cabeza. Y como anécdota de aquella visita recuerda que Mike y todo el grupo “tuvieron que salir corriendo por negarse a añadir una canción más de propina cuando terminaron de actuar”.
El último gran cine de verano en crearse fue el Veracruz, en la avenida de San Diego, a mediados de los años setenta. Junto al Manchego fue de las últimas salas al aire libre en Madrid en desaparecer, haciéndolo ambos a mediados de los ochenta, con bajas en el Registro de Empresas Cinematográficas en 1987.
Cineclubs y salas alternativas para intentar llegar a todos
Pero es que, además, las películas llegaban con frecuencia, gracias al esfuerzo de asociaciones y colectivos, a los lugares y familias de Vallecas con menos recursos económicos. En los años sesenta se celebraron cinefórums en el Centro Oscus, en la calle Arroyo del Olivar, y en el Ateneo de Puente de Vallecas, en parte baja de la avenida de la Albufera. En el patio de la iglesia de San Carlos Borromeo también se organizaron sesiones cinematográficas estivales, como en otras iglesias y colegios, aprovechando, si era necesario, hasta las paredes de los edificios para proyectar películas. En el colegio San José, en la calle Pedro Escudero, se echaba cine los sábados.
Barrios como el Cerro del Tío Pío y El Pozo del Tío Raimundo lograron que el cine estuviera presente entre los vecinos bien como mero entretenimiento o como vehículo transmisor de cultura. En El Pozo del Tío Raimundo se proyectó cine en el salón de actos de la escuela de formación profesional. En 1977, a instancias del padre Llanos, un aula infantil de la Fundación Santa María ofreció películas en un local cedido por la iglesia de Santa María del Pozo.
Con posterioridad, el cine fue objeto de debates político-sociales. Asociaciones, partidos políticos y colectivos proyectaron películas, como podían, a vecindarios ávidos de cultura. Como en el Centro Cultural Ciudadano Fuenteovejuna, en el colegio Raimundo Lulio, donde se organizó, en 1979, el II ciclo dedicado al cine imperialista. Este centro ofreció en años siguientes otras películas no comerciales, a veces a iniciativa del grupo teatral El Gayo Vallecano, con sede en el lugar.
La lenta desaparición de los cines de Vallecas
Con la llegada de los años ochenta cambiaron los hábitos de consumo de obras audiovisuales, en buena medida como consecuencia del auge del vídeo doméstico. También se pusieron de moda nuevas formas de ocio. En Vallecas, como en todo el país, comenzaron a desaparecer los cines. Negocios como bingos, salas de fiestas, salones de boda, gimnasios, llamativas promociones de viviendas, supermercados o cadenas de restauración sustituyeron a las salas cinematográficas madrileñas de toda la vida. Había que sobrevivir.
El cine Goya pasó a ser en 1984 sala de “Cine X”, otras de las salidas que contemplaron las viejas salas. En 1985 cerró el San Diego, transformado primero en discoteca y luego en los salones de boda y bingo. El Río, que pertenecía a la Sociedad Ibérica, fue clausurado a principios de 1986, y su trayectoria posterior merece, como veremos, un capítulo aparte. A finales de 1988, el París se reconvirtió en los salones de boda Reina Isabel, y el Bristol se quedó sin salida y sin comprador, como veremos también a continuación. En 1995, los dueños del Bristol traspasaron su nombre a un nuevo Bristol que nacía en la calle de Fuencarral. El Excelsior, el último cinematógrafo tradicional vallecano en morir, dividió su sala en tres cines, inaugurados en agosto de 1990, y cerró definitivamente sus puertas a finales de 2000. En su lugar se instaló un supermercado, al que pronto sustituyó un gimnasio de una famosa cadena.
Tras el derribo del cine Goya, en la calle de Monte Oliveti, se levantó en su lugar el Centro de Salud Peña Prieta. La imagen es del 20 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
En este lugar estuvo el cine San Diego, en la avenida de San Diego nº 76. Las puertas de emergencia daban a la calle de Manuel Maroto. La fotografía es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El edificio donde se ubicaba el Gran Cine París continúa en pie aunque visiblemente cambiado. Situado entre las calles de Martínez de la Riva y Carlos Martín Álvarez, los vecinos siguen utilizando su nombre cuando se refieren a esta zona de Vallecas. La imagen está tomada el 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
La fachada del cine Excelsior en la actualidad. Aunque ha sido remozada, la silueta del edificio es inconfundible en la avenida de la Albufera. La fotografía es del 20 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Los minicines, o multisalas, fue otra de las apuestas de numerosos exhibidores. En Vallecas se abrieron en 1992 las seis salas de los Multicines Albufera en el Centro Comercial Albufera, que duraron hasta los primeros años del nuevo siglo. En diciembre de 1997 se inauguraron en Méndez Álvaro dieciséis salas de los Cine Cité, un complejo que palió el hambre de buenas películas de multitud de vallecanos. En 1998, se abrieron al público las nueve salas de los cines Yelmo Cineplex, en Madrid Sur, que resistieron hasta 2011. Desaparecidos estos, los únicos cines que existen en Vallecas desde entonces son las diez salas de Cinesa La Gavia del Centro Comercial La Gavia, inauguradas en julio de 2009.
El triste y fantasmal epílogo de los cines Bristol y Río
Bastantes cines de Vallecas permanecieron cerrados como fantasmas abandonados porque ni existía nadie que quisiera comprar o alquilar sus solares para levantar un negocio nuevo, ni había administración que se quisiese hacer cargo de sus cadáveres. El Plan de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 protegía a los cines y teatros de la destrucción de sus inmuebles o de un uso que no fuera cultural, pero el ayuntamiento madrileño se mostró bastante flexible en la aplicación de esta norma. Parte de los viejos cines vallecanos, pese a todo, continuaron olvidados en las calles y daban cada vez más pena.
La caída del cine Río fue muchísimo más que la caída de un cine. Poco después de darse de baja en el Registro de Empresas Cinematográficas, en enero de 1986, con sus instalaciones interiores prácticamente intactas, fue alquilado para convertirse en el local de ensayo de la recién creada Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Durante más de veinte años, el cine Río fue el lugar donde elaboraba toda su producción esta insigne compañía, y también su centro de formación. Preparaban hasta las producciones que se estrenaban en el Festival de Almagro. En 1989 y 1990 se organizaron en su interior cursos con profesores de la talla de Fernando Lázaro Carreter, Fernando Fernán-Gómez, Jesús Puente, Amparo Rivelles, José María Rodero y otras ilustres personalidades de la cultura española. La CNTC llegó a sopesar crear una escuela actoral estable. En el cine Río trabajaron, ensayando las obras de Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Lope de Vega y otros autores clásicos, lo más granado de nuestro teatro. Directores como Marsillach, Pilar Miró, José Luis Alonso de Santos, Andrés Amorós y tantos otros; o actores como José Luís Pellicena, Jesús Bonilla, Encarna Paso, María José Goyanes, Adriana Ozores, Carmelo Gómez, José María Pou, Manuel Galiana, Aitana Sánchez-Gijón, José Coronado, Silvia Marsó, Cayetana Guillén-Cuervo, Blanca Portillo y un largo etcétera pasaron por la sala vallecana. El 14 de febrero de 2003, el periodista Javier Vallejo apostaba en El País por salvar al cine Río gracias a su rehabilitación como sala teatral:
“Además del Teatro de la Comedia, en obras, y del Pavón, su sede provisional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico tiene en Madrid otra sala que muy pocos conocen, el antiguo cine Río, en el barrio de Vallecas. Allí se ensayan, desde hace 16 años, todas sus producciones. Viendo las proporciones del escenario, su altura y que entre platea y entresuelo la sala podría albergar más de 400 localidades, todas a pocos metros de la escena, cabe imaginar un fin mejor que la piqueta y la especulación para tantos cines de barrio cerrados y olvidados. ¿Por qué no se rehabilita por iniciativa municipal y autonómica parte de ese patrimonio edificado para uso público, tal y como se rehabilitaron en los años noventa decenas de teatros en toda España por iniciativa del Estado? En Madrid faltan escenarios en condiciones”.
Ni que decir tiene que la iniciativa no prosperó: ¿Por tratarse de Vallecas? Al menos hasta 2007, el cine continuó como local de ensayos de la CNTC. Una vez se marchó la compañía de teatro, los bajos fueron alquilados para abrir una discoteca “de parejas”. Mientras, los proyectores cinematográficos conservados se fueron deteriorando, como su vestíbulo, sus butacas y el resto de enseres y mobiliario originales del cine; como mostró en 2013 el proyeccionista Alberto Uris García con la publicación de valiosas y sorprendentes fotografías en su blog “La pantalla mágica”. Ni se hizo un teatro ni un museo del cine de Vallecas. O se podría haber creado, al fin, el museo general de Vallecas tantos años ansiado. No. Vallecas nunca ha sido del agrado de las administraciones públicas para realizar inversiones. Y el capital y Vallecas tampoco han conformado nunca un matrimonio bien avenido.
Edificio del cine Río con evidentes muestras de abandono. (© Fotografía de Alberto Uris García publicada en 2013 en el blog 'La pantalla mágica')
Vestíbulo del cine Río durante la lenta agonía tras su cierre. (© Fotografía de Alberto Uris García publicada en 2013 en el blog 'La pantalla mágica')
Lamentable estado de los equipos y la sala de proyección del cine Río. (© Fotografía de Alberto Uris García publicada en 2013 en el blog 'La pantalla mágica')
Deterioro de la cabina de proyección y de las butacas del entresuelo, que conservaron su característico techo de carpa de circo. (© Fotografía de Alberto Uris García publicadas en 2013 en el blog 'La pantalla mágica')
Solar del cine Río tras su demolición en el verano de 2020. En su lugar se construirán viviendas de lujo. La imagen es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
El cine Bristol también sucumbió ante la piqueta. Tras el solar vacío, se encuentra la parroquia de San Ramón Nonato. La imagen es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
Las inmobiliarias se quedan con los solares y también pretenden apropiarse de los sentimientos. La promoción de viviendas sobre el solar del Bristol se publicita utilizando su nombre. La imagen es del 16 de febrero de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)
En 2016, la vecina Ana Ouro presentó en los presupuestos participativos municipales una iniciativa para recuperar el cine Bristol, como lugar para locales de ensayos y espacios para el arte, y el cine Río, como cineteca, y en 2017, se presentó una propuesta similar formulada por “JuanFg”. El Ayuntamiento de Madrid rechazó ambas iniciativas con el calificativo de “inviable”, alegando que se trataba de edificios o suelos de propiedad privada. Por alguna razón no se planteó adquirirlos, como sí hizo con otros inmuebles madrileños: ¿De nuevo por ser Vallecas?
Así, los cines Bristol y Río llegaron fantasmales hasta, como quien dice, hace cuatro días. El Bristol, con su letrero de cine ajado y apagado, fue demolido en septiembre de 2019 para levantar en su solar más viviendas. El derribo del cine Río se consumó en el verano de 2020 también para dar entrada al negocio del ladrillo. Ambos cines, para mayor ironía, darán nombre a las promociones de casas que ocuparán su lugar: Edificio Bristol y Edificio Río.
(*) En la imagen que abre esta información, el cine Gimeno en la avenida de la Albufera. (© Foto: ALFONSO / Vallecasweb.com)
MÁS HISTORIAS POR DESCUBRIR DE LOS CINES DE VALLECAS...
La Historia de los Cines de Vallecas sigue viva en nuestra memoria y no termina con este artículo. Seguramente tú tienes algún dato, curiosidad o anécdota que nos gustaría conocer. Si quieres compartirla con nosotros déjala escrita en la parte inferior de esta información en el apartado “COMENTARIOS”.
Por último, si trabajaste en un cine de Vallecas, tienes algún familiar que lo hizo, o tienes una fotografía delante o dentro de uno de los cines de Vallecas, nos gustaría que la compartieras con nosotros para poder incluirla en este reportaje. Para ello, envíanosla por correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla. con tu comentario y tu historia. Recuerda que la historia de los cines de Vallecas forma parte de la "historia común" de todos los vallecanos.
Comentarios (69)
jose molina blazquez
Muchas gracias Juan.
AV Doña Carlota Numancia
Muchas gracias
Juan sin. Credo
Isabeau
Lola Montalvo
Magnífico artículo, qué maravilla de fotografías... me dan un pellizquillo de nostalgia.
Bibliotecas Ayuntamiento de Madrid
José Haro
Los cines de Vallecas, mucho más que cines. Articulazo de Juan Jiménez Mancha.
Agustín Senderos
Una salvedad. El cine Méndez no estaba en Nicasio Méndez (Monte Igueldo), sino en Felisa Méndez, perpendicular a la anterior, frente al colegio Santa Isabel.
Gracias por mantener vivo el legado de Vallecas
Juan Jiménez Mancha
El cine Méndez existió durante dos etapas del siglo XX, permaneciendo cerrado durante un largo periodo entre ambas. De la primera, en los años veinte, no hay documentación precisa sobre su ubicación aunque los descendientes de los dueños del cine dijeron que estaba en la calle de Nicasio Méndez. En los años cincuenta volvió a abrir en la calle de Felisa Méndez.
Un cordial saludo.
Juan Jiménez Mancha.
Maria Luisa
conocí abierto (gracias Agustín por su certera aclaración) siempre en la calle que lleva el nombre de mi bisabuela. Me gustaría ponerme en contacto con ustedes, si son tan amables.
Agradezco su cariño a Cine de verano Sanz Méndez.
Iñigo Montoya
MJ
Marta Peñalva
Maribel
Javier Álvarez Hernández
Javier Álvarez Hernández
Luis.M
Marga Sobrino
Miguel Ángel
Los cines de Vallecas, mucho más que cines.
Qué maravillosos recuerdos.
Agustín Senderos
Ángel Sánchez
Antonio Mora (Peña Rayista Rivas)
Juan Jiménez Mancha
No tenemos fotos de ninguno de los dos.
Jose
José Luis Belinchón
Otra vez más, gracias, Juan.
Víctor Jiménez Fernández
Esta historia es poco conocida, solo los que somos muy viejos lo recordamos. Mi madre era de la calle Vallecas, ahora Monte Oliveti. Y yo ya nací en la calle Pico Montanchez, ahora Arroyo del Olivar.
Mari Paz Moreno Canales
Luis Eduardo Siles
Juan Jiménez Mancha
No sé cómo agradecerte tus palabras, tan generosas y maravillosamente escritas como siempre. Para los que intentamos aportar algo sin saber si lo hacemos bien, personas como tú son un regalo. Gracias a ti podemos respirar tranquilos.
Mingo
Del cine Bristol tengo el recuerdo de ir los miércoles a la sesión doble porque era el día del espectador y la entrada tenía un precio de 100 pesetas, contaba la gente que de vez en cuando alguna rata correteaba por las butacas en plena sesión.
Del cine París el recuerdo que tengo eran de las que se liaban con toda la chiquillería que se juntaba, la gente estaba más pendiente de lo que ocurría que de la película, me acuerdo que de vez en cuando se iba la voz y la mayoría de chiquillos gritando "SONORO CABRON", otros escupiendo desde el palco de la 1° planta a la gente que había en las butacas, en general era un espectáculo ir a ver una película allí.
El cine San Diego el primero que tengo recuerdo de ir con mi madre a ver Pipi Cazalargas.
Que recuerdos, que dulce melancolía esos tiempos que pasábamos todo el día jugando en la calle y lo felices que eramos.
Lo dicho un excelente trabajo de investigación.
JOSE LUIS
Gracias
Leyre Roizo Bermejo
Admiro a Juan Jiménez Mancha.
María Jesús Robles
Elena Abad
Toñi Cervera
Gonzalo Martin Carpallo
Julia del Mar Cortezón
Xavier Moral
Samu Pertegás
Postalino
Gregorio Llorente
alimentaba mis sueños de dos rombos la taquilla.
Una muchacha que vendía las entradas,
que partía en dos mi alma al sonreír tras el cristal".
Fernando
Ángel Sánchez
La Villana de Vallekas
Juan Vicente Córdoba
Juan Jiménez Mancha
Alberto Leva
Ángel García Galiana
Mi más sincero agradecimiento por el artículo del asunto referenciado. Solo si me permites añadir una sugerencia, echo en falta el cine de verano “Marbella” en la esquina de Puerto de Canfranc con Francisco Iglesias. Muy buenas películas!!!
Puedes contactar con Mike Kennedy (cantante de Los Bravos) y preguntarle si recuerda cómo tuvieron que salir corriendo por negarse a añadir una canción más de propina cuando actuaron.
La intención de este mensaje es constructiva, un estudio como el que has hecho merece ser completado en lo posible.
Gracias de nuevo por tu trabajo.
Saludos.
Ángel.
Juan Jiménez Mancha
Vi en un sitio una pequeña mención al cine Marbella y Vallecas y consulté el libro "Madrid y el cine" de Pascual Cebollada y Mary G. Santa Eulalia, basado en el Registro de Empresas Cinematográficas, donde se da algún dato sobre él pero donde se dice que no se saben las señas. Por eso no lo incluí, pero lo hacemos ahora.
Se inscribió en este registro en 1968 como cine al aire libre. La dueña era Virtudes Camacho López. Se dio de baja en el registro en 1985, pero es probable que llevase algún tiempo sin funcionar, como solía ocurrir antes de darse baja las salas que iban teniendo poco público. Le agradezco muchísimo su comentario constructivo, que ha servido para mejorar el trabajo.
Gracias de nuevo por su importante aportación.
Saludos.
Juan.
Sixto Rodríguez
sixto Rodriguez
Gracias por tu labor de historiador de nuestro barrio
Angel
Jose
También en la foto de la avenida de Peña Prieta número 64 estuvo el cine Nacional, conocido en el barrio por el "Bobina", ya que de vez en cuando hacían un alto y ponían un letrero pidiendo paciencia mientras cambiaban de bobina.
Yo asistí a la inauguración del Bristol, donde complementando la película proyectaron un reportaje "en color" de Joaquín Blume.
No trato de enmendar el excelente trabajo suyo Juan Jiménez, sino colaborar en su ingente labor.
PD. Tengo entradas de los cines Excelsior, Bristol, Goya, Rio y París que puedo hacerle llegar para ampliar su archivo.
Jose Luis
JOSE LUIS GARCÍA
Pero no me ha parecido leer nada de otro emblemático cine de verano, a unos 500 metros del Manchego, el "Veracruz" a la altura del 218 de la Av de San de San Diego. Toda una generación aprendió artes marciales viendo sus películas "de chinos", liándonos a patada limpia el día siguiente, con las botas ortopédicas con las que, no se por qué, no conseguíamos recrear esos saltos de varios metros de altura sostenidos en una fracción espacio-temporal. A solo 200 m del Veracruz vivía yo, mecido el comienzo de mi sueño con los sonidos de las películas.
Gracias por recuperar un trocito de mi esencia
Pepe
Tambien no olvidaré nunca las noches de verano en el cine al aire libre de El Olivar, llevándonos nuestro bocadillo de casa y nuestra Mirinda.
!!! Que maravilla y que recuerdos.!!!
José Castillo
Gracias.
Carmen
Teresa
Qué recuerdos!!! Toda una vida del barrio en un artículo. Gracias por rememorar y recordar la memoria, que es nuestro mejor legado. Gracias.
Manuel
Manuel Garcia
Gracias por recuperar su memoria.
Tomás Guirado
El cine Sandiego
Enrique
José Luis
Fran Sierra
Nel Avia
https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1KMEZ557NYrofnefOB-El0u55h8jsvh4&ll=40.42547399416177%2C-3.692339883911142&z=13
Jose Costoso Trenado
Atentamente: José Costoso.
Santiago
Alicia