05 Octubre 2014

El orgullo venció en Vallecas

Publicado en Deportes

Rayo Vallecano 0 – FC Barcelona 2

Antonio Luquero | Vallecasweb
El Barcelona volvió a ganar en Vallecas. Y lo hizo como lo hacen los grandes: en tan sólo minuto y medio gracias a dos genialidades de sus estrellas, ante un equipo demasiado arriesgado y falto de intensidad en defensa. Quien lea esto se pensará que se ha equivocado de medio y no está leyendo Vallecasweb. Efectivamente, las dos primeras frases podrían estar copiadas de cualquier medio de difusión nacional embarcado en la eterna pugna Madrid-Barça, esa dualidad que está pudriendo al fútbol español. Por tanto, olvídense de lo anterior y quédense con nosotros, que ahora viene lo bueno.


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Realmente ganó el Barça, sí, como otras tantas veces, como casi siempre cabría decir. Pero yo añadiría que cada vez que gana el Barça, pierde el fútbol. Por eso no seré yo quien cuente una crónica detallada de un encuentro que muchos de nuestros lectores vivieron en directo, o bien disfrutaron por televisión.

Todos saben ya que el Rayo plantó cara, que el Barça se volvió a llevar la victoria con dos jugadas en tan solo minuto y medio, y que los de Jémez se quedaron con dos jugadores menos en la segunda mitad tras las expulsiones de Morcillo y Aquino.

Lo importante para mí en estos encuentros no es el resultado, algo que evidentemente es lo único que importa a los aficionados que siguen a los dos grandes detentadores de esta farsa deportiva denominada Liga Española. Resulta curiosa la actitud de aficionados culés en cuantos foros de opinión se les ponen a tiro, en los que reclaman tres o cuatro penaltis en el área rayista y alguna que otra expulsión más. Nada nuevo tampoco, porque los hinchas de estos equipos “grandullones” son también insaciables: quieren más goles, más faltas a su favor, más expulsados del equipo rival; si por ellos fuera, sus victorias deberían valer cuatro puntos, y no tres. Es la avaricia por la avaricia.

Los de aquí, que somos más modestos, nos quedamos con la buena imagen que dio el Rayo, con su garra, con esa lucha por mantener un tres contra uno con el que contrarrestar la indudable calidad de una plantilla formada a base de talonario, aún a costa de dejarse los hígados y algún elemento corporal más sobre el terreno de juego de Vallecas.

El Rayo en verdad se lo puso difícil al Barça, que sufrió y mucho, hasta para salir de su propio campo. No desmereció ninguno de los de Jémez, aunque se acusó la falta de “gasolina” que ahogó a Trashorras conforme avanzaba el reloj del partido, lo que penalizó al Rayo.

Alberto Bueno controla un balón en presencia de Xavi. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)Alberto Bueno controla un balón en presencia de Xavi. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Hace tiempo que Vallecas perdió la vergüenza, y cuando digo Vallecas me refiero a equipo y afición. Los antiguos complejos de conjunto pequeño y estadio del tamaño de un futbolín pasaron a la historia. La arriesgada apuesta de Paco Jémez por plantar cara a rivales que te pueden hacer un "siete" —dicho esto en sentido literal— cuentan con el apoyo absoluto de la afición, que ve estos partidos como un trámite por el que hay que pasar, independientemente del resultado, por lo general desastroso para los intereses de la franja roja. A estos partidos se va a Vallecas a disfrutar y, en cierta medida, a reivindicar que aquí está Vallecas, aquí el Rayo, y que otra forma de entender el fútbol también es posible.

En Vallecas la satisfacción viene dada por la entrega de los jugadores, y no tanto por el resultado final. Se valora el ambiente en la grada y no se mira casi nunca hacia el marcador simultáneo, porque en Vallecas no hay un único rival al que batir, Vallecas lucha contra sí mismo, contra su pequeña afición, su plantilla hecha a base de retales y su presupuesto exiguo, cuyo valor no llega seguramente a lo que gastan todos los futbolistas del Barça en empastes bucales. La grandeza del Rayo es su pequeño tamaño, su afición familiar y esa esencia compacta de fútbol de verdad que destilan su gradas.

He leído por ahí que Vallecas votó, cantó y animó “como si realmente hubiera ganado”. Seguramente lo escribió algún indocumentado que no estuvo en Vallecas.

Los que allí estuvimos sabemos que Vallecas ganó realmente a todo un FC Barcelona. Porque ganó en orgullo, ganó en valentía, ganó en coraje y ganó en nobleza. En definitiva: ganó el fútbol. Y por goleada. De ahí la celebración en la grada. Lo demás son milongas que a ustedes les quieran contar.

(*) En la imagen que abre esta información, Licá consiguió doblegar a Dani Alves con facilidad durante una buena parte del encuentro. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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