Antonio Luquero | Vallecasweb
Imagine que se acaba de gastar 45 euros tras comer en un conocido restaurante y que, antes de abandonar el local, llegan varios camareros y le cachean a usted y sus amigos para saber si se ha llevado un tenedor, una cuchara, o un mendrugo de pan que no ha terminado de consumir. Imagine que hacen esto no sólo con usted, sino con el resto de comensales del local. ¿Qué pensaría? Pues dele la vuelta “a la tortilla”, e imagine qué habrá pasado por la mente de los 10.914 aficionados que presenciaron anoche el encuentro Rayo-Villarreal y que fueron cacheados uno a uno. Es más, imagine que usted es de aquellos que tiene que acceder al estadio por la puerta número 1, y que le cachean de arriba abajo, de abajo a arriba, y le hacen desprenderse de su bufanda.

Acudir al fútbol se está convirtiendo en una actividad poco gratificante para la dignidad de las personas. En Vallecas lo sabemos bien. Tras el siempre recurrente “corte de cables” y varias acusaciones que inculpan a aficionados del Rayo Vallecano de las cuales el presidente del Club, Raúl Martín Presa, ha pedido explicaciones a las autoridades, sin recibir respuesta alguna que involucre directamente a abonados del Club de Vallecas, ha llegado a nuestro campo una especie de “estado de sitio” que encuentra su muestra más flagrante en lo que acontece en cada partido en las inmediaciones de la puerta número 1.

Bukaneros y otros colectivos de aficionados celebraron ayer un corteo previo al partido contra el Villarreal, en protesta por las medidas de “seguridad” que se están cebando no sólo con el grupo, sino con cualquiera que quiera acceder a un estadio de fútbol. Unos mil seguidores recorrieron el camino entre la boca de Metro de Buenos Aires y el Estadio de Vallecas al grito de “¡Somos Rayistas, no delincuentes!” y “Tebas vete ya”, en referencia al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, al que muchos en Vallecas consideran el artífice de estas medidas que pretenden acabar con la “violencia” en los estadios.

Un corteo con cientos de aficionados protestó, vestidos con monos de color naranja, contra las medidas restrictivas dentro del Estadio de Vallecas. (© Foto: Vallecasweb.com)

Mientras el corteo discurría por la Avenida de la Albufera y los “ultras” se despachaban a gusto entre cánticos y botes de humo de color naranja, que simbolizaban a los presos de Guantánamo, quien esto escribe se daba una vuelta por alguno de los accesos del Estadio para ver el funcionamiento de las medidas de seguridad en los momentos previos a la llegada de los aficionados “más conflictivos”.

En la puerta nº 5, un matrimonio de edad cercana a los 70 años, bien arreglados, sin bufandas ni símbolos externos, accedían por los tornos y ella, la mujer, era cacheada por los costados de su ropa y los pantalones, teniendo que abrir el bolso para ver su contenido. Él, con cazadora de cuero marrón y pelo cano, levantaba los brazos en alto mientras era tocado de arriba abajo en busca, tal vez, de posibles armas de fuego, objetos punzantes, bombas de relojería, un casco de moto plegable, algún grifo, un "cortacables" o una botella de ron sin abrir.

Hubo suerte, no sólo parecían personas honestas, sino que demostraron no llevar nada que pusiera en peligro el espectáculo. Además, que te den un “achuchón” veinticuatro horas después del Día de los Enamorados, no está tan mal. Pudieron pasar...

En una zona más “caliente”, la puerta nº 1, un padre accedía junto a su hijo de unos 4 años que llevaba una bolsita llena de chuches. El niño sacó un “artefacto” de “aspitos” de unos 30 centímetros de altura y reía, el pobre, mientras su padre era cacheado porque “que cacheen a papá debe ser superdivertido y como lo hacen siempre...”, pensaría.

Llegaban los aficionados del corteo a la puerta nº 1 y el dispositivo policial que estaba preparado junto al paso de cebra de la Avenida de la Albufera se ponía en marcha. A los empleados del Club que vigilan los tornos y a los de seguridad que cachean a quien pretende entran por dicha puerta, se sumaron entonces varios policías antidisturbios. Imaginen la aglomeración de varios cientos de personas vestidas de color naranja que intentaban entrar por un acceso controlado por cuatro tornos, y medidas extremas de control.

La Policía controló especialmente el acceso de la puerta número 1 en el partido Rayo – Villarreal. (© Foto: Vallecasweb.com)

Para la ocasión, Bukaneros había pedido la presencia de varias personas ajenas al fútbol con el objetivo de que fueran testigos de lo que acontece, en cada partido, en este punto de acceso. Entre ellos se encontraban la exdiputada regional María Espinosa; Mikel Jiménez, presidente de la Asociación de Vecinos de Alto del Arenal; Miguel Urban (Podemos); el sacerdote Javier Baeza, de la Parroquia San Carlos Borromeo de Entrevías; Jorge García Castaño, exconcejal de IU; y los periodistas Héctor Juanatey y Facu Díaz, entre otros.

La llegada de “Bukaneros” —y compañía— incrementó las medidas de seguridad. Algunos de quienes entraban eran revisados únicamente por personal del Estadio. Otros, aquellos que mostraban un aspecto físico aparentemente más “radical”, pasaban un segundo control, en este caso llevado a cabo por policías dentro del Estadio. En cualquier caso, se les obligaba a quitarse y mostrar las bufandas, banderas, enseñar las camisetas leyendo su contenido y abrirse las cazadoras con los brazos en cruz, o bien en alto, para poder ser cacheados de forma rigurosa. Una mujer, que llevaba un gorro de lana de color naranja muy brillante tuvo que quitárselo, para mostrar que bajo el mismo sólo había un moño hecho con una abundante mata de pelo.

Una pancarta con el lema “Tebas vete ya” colgó tras la portería del fondo de Vallecas. (© Foto: Vallecasweb.com)

Aquellos aficionados que tras el cacheo se encontraban con algún conocido o se quedaban a conversar con alguien, eran conminados a seguir su camino y abandonar la zona con pocos miramientos.

Presenciando el procedimiento de acceso al Estadio se encontraban las personas que citamos al inicio de este comentario. Una de ellas, la exdiputada de la Asamblea de Madrid, María Espinosa, pudo comprobar cómo se llevaba a cabo el acceso al Estadio situada dentro del recinto. Espinosa ha relatado a Vallecasweb cómo fueron esos momentos, y lo que ella vio durante el periodo en el que los aficionados eran sometidos a cacheos de control antes de poder acceder a su localidad:

“Me quedé en los asientos que hay en la zona situada nada más entrar al campo, en la puerta número uno. Me llamó la atención el trato de la policía hacia todos los asistentes, la forma en la que cacheaban. Incluso cachearon a un bebé. Me llamó la atención cómo dejaban pasar algunas banderas y otras no, siendo exactamente iguales. El control me pareció completamente aleatorio”.

“Lo que me resultó extraño, indignante y cómico es que leían las pancartas, las extendían para que la seguridad privada del Rayo y la Policía pudieran leer su contenido y ver si las dejaban pasar o no. Una de ellas decía “Machismo Mata” y se impidió que la pasaran porque decían que era violenta. Eso me pareció que no tenía ningún sentido, porque se interpreta la ley con un carácter interesado y restrictivo, de forma que convierten un espectáculo divertido en una tarde que puede ser desagradable, por no decir otros adjetivos.

La diputada regional María Espinosa acudió al recinto para comprobar in situ las condiciones en las que acceden los aficionados al Estadio de Vallecas. (© Foto: Vallecasweb.com)

“Por mera curiosidad intenté hacer fotos de manera aleatoria, pero la Policía se ofendió y me informaron que no se podían hacer. Me pidieron el DNI, me preguntaron quién era y me tomaron todos los datos”.

“Soy de Vallecas pero no soy muy aficionada al fútbol; había ido alguna vez a ver al Rayo pero nunca había visto este trato. La intención de todo esto la desconozco, pero sí veo sus efectos: puede provocar que al final a un aficionado se le quiten las ganas de ir al fútbol, porque todo esto es muy desagradable. Sí vi que entre todos se echaban la culpa unos a otros; la Policía decía que desde la seguridad del campo pedían cumplir unos requisitos de acceso, y desde la seguridad del campo decían que la Policía pedía hacer esto”.

“De entre las cosas que más me sorprendieron fue el caso de una mujer que pasó por allí con su bebé en brazos, junto al pecho, y cachearon el bebé. Me llamó la atención porque esto me parece ya lo último. El trato de la Policía hacia la gente no se puede calificar de amable, ha sido una actuación desagradable y aleatoria, miraban a ver qué dibujos tenía cada bufanda para dejarla pasar o no. Me pareció muy exagerado, restrictivo. Me resultó llamativo ver fuera del Estadio a cuatro policías con una escopeta. También vi expulsar a tres personas”.

Esta pancarta con el lema “El machismo mata, el Estado calla”, no fue autorizada por las fuerzas de seguridad. (© Foto: Vallecasweb.com)

Por último, María Espinosa mostró su absoluto rechazo a la violencia en el fútbol, pero pidió equidad en las medidas y que se adopten por igual en todos los estadios: “Creo que hay que cumplir la normativa para erradicar la violencia en el fútbol, que es algo en lo que estamos todos de acuerdo y que es muy evidente, pero me llama la atención que esto no ocurra en otros estadios, y que sólo en Vallecas se comporten de esta manera tan desagradable hacia los aficionados y se haga de una manera tan restrictiva en concreto contra Bukaneros, que son aficionados que protestan contra cosas que les parecen injustas. Si cualquier aficionado necesita mi testimonio sobre lo que he visto, puede contar conmigo”.

Por cierto, el Rayo Vallecano venció por 2-0 al Villarreal, una magnífica noticia. Pero esto, la victoria, hemos preferido en esa ocasión que la cuenten otros, porque además la disfrutamos todos. Sin embargo, lo que contamos aquí sólo lo vivieron y padecieron unos pocos...

(*) En la imagen que abre esta información, los accesos a la puerta 1 se colapsan en cada partido por el control al que se somete a los aficionados del fondo. (© Foto: Vallecasweb.com)

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