Antonio Luquero | Vallecasweb
Tres grados de temperatura en una noche gélida no parecen ser motivo suficiente para enfriar a una afición como la del Rayo Vallecano. Tampoco lo es que a falta de un minuto para la conclusión de un partido, los de Jémez dejen perder dos puntos en Vallecas frente a un rival directo en la lucha para evitar el descenso mientras 10.330 aficionados en pie siguen animando al equipo. La afición rayista está dispuesta a no dejarse contrariar por nada, de ahí que el penalti transformado por Larrivey sea el justo premio a un equipo y una afición que han entrado en calor en los últimos cinco partidos del campeonato.

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Porque el Rayo, que por fin se ha entonado en estas últimas jornadas, no es el que fue. Hace apenas dos meses los de Vallecas lucían en su casillero 20 exiguos puntos tras haber disputado 25 partidos de Liga. Ahora son 13 más, cuando llevamos 30 encuentros de campeonato. Y esto sucede justo ahora, cuando el equipo —hecho de “retales”, no lo olvidemos— ha empezado a funcionar.

El Rayo volcó su juego en la primera mitad por la banda izquierda, donde Rat actúa como cortafuegos efectivo en la parte de atrás y Iago Falqué como punta de lanza de un equipo que, cada vez más, busca en el área rival la certeza goleadora de un inspirado Larrivey.

La pugna entre Oier y el rumano Rat fue uno de los platos fuertes del partido, terminando en una ocasión con el defensa navarro pegándose un cabezazo contra las vallas publicitarias, que acabaron desplazadas varios centímetros sin sufrir ninguno de los dos —el navarro y el artefacto luminoso—mayores desperfectos.

El navarro Oier camino de estrellarse contra una valla publicitaria, en una jugada con Rat. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

El Osasuna de Javier Gracia ha sido de los equipos más discretos que han pasado por Vallecas, y dejémoslo ahí. Sólo Patxi Puñal intentó trenzar algo de juego entre la maraña desmanejada de rojillos, y Trashorras lo tuvo fácil para construir su fútbol apoyado, en la segunda mitad, por la entrada Viera en el terreno de juego.

El retorno de José Carlos, tras una larga lesión, tuvo un premio inesperado para el onubense. A falta de un minuto para finalizar el partido, el jugador rayista fue agarrado y derribado por Damià en una esquina del área, y el gallego Iglesias Villanueva no dudó en señalar penalti ayudado por su asistente, inmejorablemente situado para ver la infracción.

Como Larrivey está de dulce, resultó inevitable que el delantero argentino lanzara la pena máxima, que transformó en gol y en los tres puntos que sitúan al Rayo en una aparente zona cómoda de la tabla, pero a escasos tres puntos de los que “muerden” por salir del pozo del infierno.

La victoria da a los de Jémez un respiro para acudir al Santiago Bernabéu sin el aliento en la nuca de los rivales de abajo, y la nada disimulada esperanza de darle un zarpazo a los inquilinos de la Casa Blanca, ahora que han pasado del todo a la nada en poco más de cuatro días.

(*) En la imagen, los jugadores del Rayo celebran el gol de Larrivey en el último minuto del partido. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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